Los primeros polic¨ªas de homicidios en Espa?a
Luis Arrufat y Andr¨¦s Mart¨ªn formaron parte de uno de los grupos pioneros de la Polic¨ªa especializados en delitos graves que se form¨® en los a?os 80
Jes¨²s Junquera, uno de los primeros jefes de Homicidios en Espa?a, siempre se guardaba un momento de introspecci¨®n cuando llegaba a la escena de un crimen. Un instante para decirle al muerto que ¨¦l y todos sus hombres se pon¨ªan a su disposici¨®n para averiguar qui¨¦n lo hab¨ªa asesinado y para transmitirle la noticia a su familia. Este polic¨ªa at¨ªpico, que llev¨® casos como el de la dulce Neus antes de ocupar ese cargo y que hab¨ªa estudiado algunas asignaturas de Medicina, fue el encargado de liderar uno de los cinco grupos de agentes que a principios de los 80 se form¨® para resolver muertes violentas, secuestros y violaciones. Era el Grupo 2 Homicidios de Zaragoza.
Luis Arrufat y Andr¨¦s Mart¨ªn, el primero, jubilado y el segundo a dos meses de la retirada, formaron parte de este equipo desde el principio y lo abandonaron 20 a?os despu¨¦s. Solo hoy, m¨¢s de una d¨¦cada despu¨¦s de abandonar esa unidad, han aceptado revivir algunos de los cr¨ªmenes m¨¢s importantes de su carrera. Lo hacen en la serie que lleva el mismo nombre que su grupo policial y que ha repasado casos como el secuestro de Quini, el homicidio de Caspe, Lady Halc¨®n o el crimen de la Laboral. Arrufat y Mart¨ªn se sientan en una sala de Heraldo de Arag¨®n (que participa en la producci¨®n de la serie) para rememorar c¨®mo se formaron aquellos primeros grupos especializados.
En el a?o 1982, los primeros pasos de la democracia espa?ola, Juan Jos¨¦ Ros¨®n (UCD) estaba al frente del Ministerio de Interior. La forma de trabajar de la Polic¨ªa cambi¨® radicalmente. "Antes nos organiz¨¢bamos en turnos. El turno del grupo 1, el del 2, el del 3... Cualquier cosa que pasara en tu horario te ca¨ªa, fuera estupefacientes, homicidios o atracos. Ese a?o nacieron los grupos especializados y el que se qued¨® con homicidios fue el Grupo 2", explica Arrufat. Los muertos pasaron a ser cosa del equipo de Junquera, ya fallecido. Hab¨ªa un cad¨¢ver cada dos d¨ªas, unos 12 al a?o eran fruto de muertes violentas. Era tambi¨¦n la ¨¦poca del auge de la hero¨ªna. "Muchas veces nos llamaban y nos describ¨ªan al cad¨¢ver como alguien de raza negra, pero no, un cuerpo consumido por la hero¨ªna acaba siendo pr¨¢cticamente negro", asegura Mart¨ªn.
Los agentes de los grupos que ese a?o se formaron en Barcelona, Sevilla, Valencia, Zaragoza y Madrid tuvieron que recibir formaci¨®n espec¨ªfica en la capital, para lo que se desplazaban por tandas. Al mismo tiempo, se diplomaron en t¨¦cnicas forenses en la universidad gracias a convenios especiales. "Llevamos la vida real a la universidad, ellas aportaban la teor¨ªa y nosotros la pr¨¢ctica", explica Mart¨ªn. Ellas son las profesoras entre las que se encontraba la catedr¨¢tica Mar¨ªa Castellanos (la primera mujer que obtuvo en Espa?a una c¨¢tedra en facultades de Medicina). "Se form¨® un t¨¢ndem muy curioso entre las profesoras y los agentes. Qued¨¢bamos a cenar, les ayud¨¢bamos a vigilar a sus alumnos en los ex¨¢menes", a?ade el agente.
En esos a?os todav¨ªa no se utilizaba el ADN, ten¨ªan que usar t¨¦cnicas como la filiaci¨®n para confirmar sospechosos. Y eso que la unidad aragonesa tambi¨¦n fue pionera en este campo gracias, entre otros, a la catedr¨¢tica Bego?a Mart¨ªnez Jarreta, pero para la consolidaci¨®n de esta t¨¦cnica har¨ªan falta unos a?os m¨¢s. Las t¨¦cnicas psicol¨®gicas las aprend¨ªan en su d¨ªa a d¨ªa. "Us¨¢bamos los interrogatorios y confesiones como un hilo con el que continuar la investigaci¨®n, pero nosotros ¨ªbamos a buscar las pruebas de cargo. De hecho, tuvimos un elevad¨ªsimo n¨²mero de condenas porque nuestras acusaciones se basaban en pruebas", apuntan. En esos 20 a?os resolvieron el 90 % de los casos que se les asignaron. Las m¨¢quinas de escribir y la falta de informatizaci¨®n contribu¨ªan a un trabajo m¨¢s artesanal. "Cuando hab¨ªa una redada, uno de los compa?eros cog¨ªa un tel¨¦fono en el lugar de la operaci¨®n y el otro se colocaba en el archivo a comprobar manualmente los nombres de los detenidos", cuentan entre risas.
Sentados a la mesa, Arrufat, porte de exestudiante de seminario, y Mart¨ªn sin parar de garabatear en un papel, abren la caja de recuerdos de su carrera. Aquel esquizofr¨¦nico al que una voz le dijo que deb¨ªa matar al primero que entrara en la estaci¨®n de trenes y as¨ª lo hizo, el chaval que convivi¨® con el cad¨¢ver de su madre durante todo un a?o, la mujer que parec¨ªa muerta y revivi¨® al encender los focos para tomar fotos del supuesto cad¨¢ver. Y tambi¨¦n aquella vez en la que tuvieron que ir con un grupo de prostitutas en taxi hasta la jefatura tras una redada porque la polic¨ªa municipal se hab¨ªa llevado el coche de sus colegas. O esa otra ocasi¨®n en la que tuvieron que recorrer media provincia porque un franc¨¦s con un p¨¦ndulo aseguraba saber d¨®nde estaba Anabel Segura (el Ministerio dio la orden de seguir esa pista).
De esos a?os data tambi¨¦n el acuerdo t¨¢cito entre Polic¨ªa y medios de no airear los suicidios, a menos que hubiera un motivo de peso. "Hab¨ªamos comprobado que provocaba efecto llamada", asegura Arrufat. Reconocen tambi¨¦n que la presi¨®n medi¨¢tica para averiguar los ¨²ltimos detalles sobre algunos casos, incluso bajo secreto de sumario, no es comparable a la de esos a?os. "Nosotros respet¨¢bamos la ley y solo pas¨¢bamos informaci¨®n con permiso judicial, ahora cualquier d¨ªa vemos en la tele todo tipo de filtraciones", se queja Mart¨ªn.
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