Mas, el conductor en la sombra

Los acontecimientos se precipitaron en las 24 horas siguientes a la reuni¨®n celebrada el lunes entre Carles Puigdemont y su antecesor, Artur Mas. El president opt¨® en el Parlament por una pirueta dial¨¦ctica que le permiti¨® proclamar la independencia y dejar en suspenso sus efectos en menos de un minuto. La decepci¨®n fue inmediata. Pero, ?qui¨¦n estaba detr¨¢s de esta repentina maniobra? Las cabezas no tardaron en volverse hacia Mas.

El expresident sigue proyect¨¢ndose sobre la pol¨ªtica catalana y no solo como una sombra del pasado. Acude con inusitada frecuencia a la Generalitat, utiliza su cargo como presidente del PDeCAT, el partido de Carles Puigdemont, para mantenerse al frente de mil y una negociaciones y no duda en presentarse a las reuniones que cree importantes. No es extra?o, pues, que haya estado en la cocina tanto del refer¨¦ndum del 1 de octubre como de las maniobras de los d¨ªas sucesivos.

Mas pas¨® buena parte del 1 de octubre en el interior del Palau de la Generalitat. Sigui¨® con el Govern las noticias que llegaban desde la calle, los problemas log¨ªsticos para abrir los colegios, las cargas policiales y la interrupci¨®n del sistema inform¨¢tico por mandato judicial. Su figura apareci¨® incluso detr¨¢s de Puigdemont en el reportaje que la televisi¨®n auton¨®mica emiti¨® para rememorar la jornada del 1 de octubre. Su intervenci¨®n fue constante tambi¨¦n los d¨ªas posteriores, con llamadas a todos los niveles y tambi¨¦n al presidente Puigdemont.

El frenazo del pasado martes y la tensa espera de estos d¨ªas ha estado sin duda condicionado por el expresidente. Fue el primero que alert¨®, pese a matizarlo despu¨¦s, que Catalu?a no estaba preparada para una independencia ¡°real¡±. Lo dijo el 6 de octubre en una entrevista en Financial Times en la que defend¨ªa que de poco serv¨ªa declarar la independencia si no se pod¨ªa hacer efectiva por falta de infraestructuras o reconocimiento internacional. Las palabras de Mas provocaron malestar en amplios sectores del independentismo. Pero lo cierto es que los posteriores movimientos de Puigdemont se enfocaron en esa direcci¨®n.

La CUP, los socios anticapitalistas de Carles Puigdemont, acusan sin tapujos a Mas de haber frenado una declaraci¨®n real e inequ¨ªvoca sobre la independencia. Endavant, una de las ramas m¨¢s radicales de la CUP, lo verbaliz¨® en un comunicado el pasado jueves. ¡°El mensaje que nos lanzan es claro y triste: las opiniones de unos pocos tienen m¨¢s valor que los votos de una mayor¨ªa. La soberan¨ªa, para el soberanismo gubernamental, es negociable y transaccionable¡±, dijeron en alusi¨®n a las posiciones de Mas.

El expresident no ha ocultado su posici¨®n contraria con la declaraci¨®n unilateral de independencia. Y tampoco ha ahorrado cr¨ªticas a quienes presionan a Carles Puigdemont para que se l¨ªe la manta a la cabeza y la declare esta misma semana. En su ¨²ltima aparici¨®n en TV-3, el viernes, abog¨® por seguir frenando. ¡°Si un estado se declara independiente pero no lo reconoce nadie y no puede actuar como tal, es una independencia est¨¦tica. Y si no se tiene en cuenta el factor exterior, se pueden cometer errores¡±, remarc¨®. A?adi¨® que las decisiones las debe tomar el president y sus consejeros y que ni la CUP ni las entidades soberanistas forman parte del Gobierno. Y por si fuera poco record¨® que siempre cabe convocar unas elecciones ¡ªque denomin¨® ¡°constituyentes¡±¡ª para desatascar la situaci¨®n e intentar legitimar la independencia.

La CUP no tiene dudas de que si el proceso acaba parado ser¨¢ porque Mas, el mismo hombre que lo puso en marcha cuando le convino, habr¨¢ maniobrado desde la sombra.