Mila Hernando, la diplom¨¢tica m¨¢s indomable
?nica mujer al frente del Gabinete de Internacional de Moncloa y embajadora en L¨ªbano durante la guerra siria
No es habitual que un embajador participe en una manifestaci¨®n en el pa¨ªs donde est¨¢ destinado. Pero Milagros Hernando Echevarr¨ªa (Mila, para los que la conoc¨ªan) decidi¨® acudir el 13 de abril de 2014 a la marcha por la paz convocada por representantes de todas las confesiones y comunidades que conforman el mosaico liban¨¦s. ¡°Decid¨ª participar, ya que no siempre la historia te da la oportunidad de aportar tu presencia en una causa que creo tan justa. [¡] Me ratific¨® en mi idea de que la mayor¨ªa de los libaneses no quieren estar en uno u otro lado, sino trabajar por un futuro en paz en el que todos puedan vivir conjuntamente¡¤, escribi¨® en su blog, titulado ¡°En medio del ajedrez levantino¡±.
La manifestaci¨®n se convoc¨® bajo un lema muy familiar para una mujer nacida en Bilbao en 1957, en los albores de la banda terrorista ETA: ?Bikaff¨¦! (?Basta ya!, en ¨¢rabe). Licenciada en Ciencias Pol¨ªticas y Sociolog¨ªa, ingres¨® en la carrera diplom¨¢tica en 1988 y pas¨® por las embajadas espa?olas en Per¨² y Praga, antes de ser jefa de Gabinete del entonces secretario de Estado de Asuntos Europeos, Ram¨®n de Miguel, y directora general de Planificaci¨®n y Evaluaci¨®n de Pol¨ªticas para el Desarrollo, en la Agencia Espa?ola de Cooperaci¨®n Internacional.
Con ese bagaje se convirti¨®, en mayo 2008, con Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero en La Moncloa, en la primera, y hasta ahora ¨²nica, mujer al frente del Departamento de Pol¨ªtica Internacional de Presidencia del Gobierno. Los periodistas que la tratamos entonces, en los briefings que preced¨ªan a los viajes al extranjero del presidente, la recordamos como la mejor comunicadora del Gobierno, capaz de traducir al lenguaje llano la indescifrable jerga de la burocracia comunitaria.
Es posible que, como el propio Zapatero, Mila pecase de exceso de optimismo en un momento en que Espa?a se precipitaba en el abismo de la recesi¨®n, pero su buen humor y su ¨¢nimo indomable no ten¨ªan ni un atisbo de cinismo: eran un arma secreta con la que espantar los negros presagios y no dejarse ganar nunca por el des¨¢nimo.
Sin ellos, no habr¨ªa podido dirigir con pulso firme la Embajada de Espa?a en L¨ªbano entre mayo de 2012 y abril de 2017, a pesar de que el c¨¢ncer que acabar¨ªa con su vida ya estaba min¨¢ndola y la oblig¨® a pasar por el quir¨®fano. Le toc¨® beber tragos amargos, como la muerte por fuego israel¨ª del cabo Francisco Javier Soria, y gestionar los devastadores efectos de la guerra civil en la vecina Siria, pero tuvo tiempo de correr la marat¨®n de Beirut o participar, con los cascos azules espa?oles, en una campa?a de reforestaci¨®n en el sur de L¨ªbano.
Mila no era capaz de separar la profesi¨®n de la pasi¨®n y acab¨® enamorada de ese peque?o pa¨ªs que las grandes potencias manejan como un pe¨®n en el endiablado tablero de Oriente Pr¨®ximo. Cumpli¨® hasta el ¨²ltimo d¨ªa, sin adelantar su relevo pese a la quebrantada salud, y de vuelta a Madrid sigui¨® ligada a su anterior destino como embajadora en misi¨®n especial para Asuntos del Mediterr¨¢neo.
La ¨²ltima entrada de su blog, fechada el pasado 8 de mayo, la dedic¨® a Adyan, una organizaci¨®n libanesa dedicada a inculcar en los j¨®venes la revolucionaria idea de la ciudadan¨ªa, ¡°para que no sea lo sectario lo que impere, sino la coexistencia y el respeto por el otro¡±. Unos valores m¨¢s necesarios que nunca. Y no solo en el L¨ªbano.
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