Hijos del pujolismo, maestros en autoindulgencia

No hay dudas sobre la filiaci¨®n, basada en tres principios: el primero, es la ley del embudo (s¨®lo se cumple la ley cuando va a favor); el segundo, es que la culpa siempre es ajena; y el tercero, que el pa¨ªs y los intereses propios son todo una y misma cosa (riman bandera y cartera, Pujol y Catalu?a). As¨ª funcion¨® el pujolismo y as¨ª lo transmiti¨® a sus herederos, que desbordan ampliamente el estricto marco familiar y partidista de Converg¨¨ncia y de su continuaci¨®n en el PDCat.

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Maniobras revolucionarias

The End. Es el final

Francesc Trillas lo formul¨® muy bien: el procesismo es la fase superior del pujolismo. Se puede explicar con nombres y apellidos, en una aut¨¦ntica genealog¨ªa de los dirigentes, los intereses y las empresas independentistas. Se puede explicar tambi¨¦n muy claramente en la continuidad de las ideas, especialmente la reserva de desconfianza hacia Espa?a que Pujol mantuvo siempre en toda su pol¨ªtica de pactos.

Pero tambi¨¦n hay una continuidad en t¨¦rminos morales, que se resume en una sola palabra, autoindulgencia, en la que se resumen los tres rasgos de la filiaci¨®n: protegidos por la noble causa de la naci¨®n catalana, estamos autorizados a moldear las leyes a nuestro gusto, a perseguir los intereses particulares protegidos por el patriotismo y a endosar siempre al enemigo exterior todos los errores y todos los males que nos sobrevengan.

Ahora nos encontramos en la apoteosis de la autoindulgencia. Justo cuando comienza ¡ªobligadamente, todo hay que decirlo¡ª el reconocimiento de los propios errores y pecados, hay que hacerlo siempre excus¨¢ndose en los errores o los pecados de los dem¨¢s. "No est¨¢bamos preparados para la independencia", dice la frase que todo lo resume, pero inmediatamente a?ade que "no est¨¢bamos preparados para hacer frente a un Estado autoritario sin l¨ªmites a la hora de aplicar la represi¨®n y la violencia".

Fij¨¦monos que el independentismo ha hecho tres descubrimientos desde el 1-O, tres descubrimientos que para muchos ciudadanos eran evidencias pero que el independentismo se empe?aba en ocultar, haciendo uso de todo tipo de malas artes, incluidas las mentiras m¨¢s descaradas. La insuficiencia de su pretendida mayor¨ªa social, que contrasta con el despertar de un sentimiento de identidad fuertemente espa?ol en una mitad hasta ahora oculta de la sociedad catalana. El rechazo de los mercados y del mundo empresarial en general a un proyecto sin garant¨ªas respecto a la continuidad en la zona euro. Y la extraordinaria fuerza coercitiva de todos los Estados, radicalmente renuentes a dejarse trocear y dividir con rotura o abuso de ley.

Mintieron y ocultaron, y ahora lo reconocen, aunque es cong¨¦nita, debida a la filiaci¨®n moral pujolista, la dificultad para admitir sus errores, suyos y ¨²nicamente suyos. Errores que son, en principio, de an¨¢lisis de la realidad; pero en todo caso de explicaci¨®n mentirosa a la ciudadan¨ªa. Ante el surgimiento de la mitad de Catalu?a c¨®modamente espa?ola, se esgrime la serie de palabras fetiche: fascismo, franquismo, extrema derecha... Ante la reacci¨®n del mundo econ¨®mico, las excusas de mal pagador que atribuyen a Rajoy las instrucciones para marchar o el espanto producido en los mercados por la violencia policial del d¨ªa 1-O. Ante la fuerza del Estado, la incre¨ªble explicaci¨®n de que no lo hab¨ªan tenido en cuenta y decidieron evitar la violencia.

En resumen: nunca hay responsabilidades propias. Nada se ha hecho mal en estos cinco a?os en que se contaban las cosas al rev¨¦s de como despu¨¦s se han producido. Un excelente ejemplo de la autoindulgencia pujoliana al uso nos lo da este martes el editorial "autocr¨ªtico" del diario independentista de referencia, que es el Ara, donde tras reconocer los errores de percepci¨®n de la realidad y el pecado de ocultamiento de la verdad a los ciudadanos termina el art¨ªculo con un p¨¢rrafo de antolog¨ªa: "El independentismo empieza a hacer autocr¨ªtica. Y esto lo fortalece. Alg¨²n d¨ªa, esperamos, tambi¨¦n deber¨¢ ser el turno del unionismo". Se supone que este generoso y sim¨¦trico consejo no ser¨¢ para conseguir tambi¨¦n que el unionismo se fortalezca.

Hay que decir, en su descargo, que estos hijos del pujolismo y maestros en la autoindulgencia han triunfado en toda regla, aunque en su ¨¦xito, si acaba plenamente confirmado en las urnas, llevar¨¢n la penitencia. Su triunfo popular ha sido tan abrumador, que sus seguidores, aut¨¦nticos creyentes de esta fe demostradamente falsa, siguen como si nada y se preparan a revalidar los errores y los pecados en las elecciones del 21-D: credo quia absurdum, dice dicha cl¨¢sica sobre el catolicismo (creo porque es absurdo). En premio a sus mentiras y sus ocultaciones, en lugar de enviarlos a la oposici¨®n, si atendemos a las encuestas que hay ahora a nuestra disposici¨®n, los quieren volver a llevar a gobernar, y por tanto a repetir los mismos errores y pecados, quiz¨¢s un poco m¨¢s prudentemente y m¨¢s despacio.

Yo espero que no sea as¨ª, si atendemos sobre todo a aquel sabio y famoso dicho dudosamente atribuido a Abraham Lincoln: " Se puede enga?ar a todos durante alg¨²n tiempo, se puede enga?ar a algunos siempre, pero no se puede enga?ar a todo el mundo siempre". No importa de quien sea la frase si sirve de consuelo ante la terca persistencia de este casi dos millones de catalanes que han cre¨ªdo y siguen creyendo con la fe del carbonero en el santo y gratuito advenimiento de la Pur¨ªsima Independencia de Catalu?a.