¡®?Alegr¨ªa!¡¯, el grito que uni¨® a los voluntarios contra el chapapote
El graznido de las gaviotas y los rayos del sol que alumbran sus plumajes hacen dif¨ªcil pensar que 15 a?os atr¨¢s la playa de O Rostro, a las afueras de Fisterra, se convirtiera en una marisma invadida por una masa de chapapote pegajoso, denso e inh¨®spito para sus vecinos. Tan correoso y resistente como la fuerza de voluntad de los miles de voluntarios, que como Soledad M¨¦ndez (C¨¢ceres, 1973) ¡ªo simplemente Sole como aqu¨ª la llaman todos¡ª, se afanaban por limpiar hasta el ¨²ltimo cent¨ªmetro de una Costa da Morte devastada por la mancha inabarcable del Prestige. "Vine para dos semanas y ya va para tres lustros", afirma risue?a mientras le toca la cara a Alegr¨ªa, su hija mayor. ¡°Aqu¨ª conoc¨ª al padre de mis hijos. A todos nos mov¨ªa el mismo deseo, devolver a la vida este sitio ¨²nico¡±.
A sus 29 a?os, Sole ¡ªde ra¨ªces extreme?as¡ª dej¨® la gesti¨®n de un incipiente establecimiento rural en la sierra de Gata: cogi¨® el coche, los guantes de jardiner¨ªa y se encamin¨® rumbo a Galicia. "Me enter¨¦ de lo mal que estaban las cosas gracias a las noticias difundidas por Portugal a trav¨¦s de la radio y de las noticias que ve¨ªa en Internet".
Antes de recalar en Fisterra, pas¨® por la localidad coru?esa de Corrubedo, sin nadie que le diera unas ¨®rdenes precisas de c¨®mo actuar ante un vertido incontrolable y solo con sus manos y un pa?uelo a modo de escudo. "Fue horrible. El chapapote y el agua helada se incrustaban en los dedos", recuerda. Ni siquiera la protecci¨®n de unas manoplas de lana debajo de las que usaba para arrancar las galletas del crudo aliviaban los s¨ªntomas. Sin embargo, la lluvia, el fr¨ªo g¨¦lido de un oto?o aciago y las agujetas que asediaban su cuerpo no lograron doblegarla.
Su determinaci¨®n la llev¨® hasta Fisterra. En O Rostro, como en las costas aleda?as de Mar de Fora o en otras pr¨®ximas al municipio, el silencio era el mayor s¨ªmbolo de los congregados, el clamor de los desesperados ante una clase pol¨ªtica ausente. "'?Cagho no demo!'?(me cago en el demonio); ?que vengan ellos a sacar la mierda!", vociferaban. "Se sent¨ªa una gran frustraci¨®n. Te ibas cuando ya no hab¨ªa luz, despu¨¦s de limpiar kil¨®metros de costa y sabiendo que llegar¨ªa un nuevo temporal que lo manchar¨ªa todo de nuevo".
Algunos de los voluntarios m¨¢s veteranos ¡ªentre los que se encontraban Sole y su pareja¡ª no permitieron que el des¨¢nimo les invadiera por completo. "Grit¨¢bamos el lema??Alegr¨ªa! en los peores momentos para levantar el ¨¢nimo y luchar contra el monstruo negro que ten¨ªamos enfrente", asegura con satisfacci¨®n. "Por eso le pusimos este nombre a la ni?a", aclara mientras observa las huellas que su hija deja en la playa salpicada por un inocente grupo de algas.
Cinco meses m¨¢s tarde, un temporal dej¨® al descubierto la cara m¨¢s amarga del vertido: la mezcla del chapapote se hab¨ªa unido formando varias capas resistentes junto a la arena de O Rostro. "Se hab¨ªa solidificado. No pudimos limpiarlo antes, porque con mal tiempo se nos imped¨ªa el acceso". Con el agua m¨¢s all¨¢ de las rodillas volvieron a la faena. "Muchos de los capachos, que iban repletos hasta los topes, deb¨ªamos llevarlos entre dos personas al otro extremo de la playa. Era agotador", rememora.
La primavera comenz¨® a devolver la plenitud a toda una zona devastada hasta la extenuaci¨®n. Encinta y renovada, Sole volvi¨® a Extremadura para cerrar los flecos de una vida que a¨²n ten¨ªa pendiente. Despu¨¦s, regres¨® a Fisterra con la ilusi¨®n de quedarse ¡ªqui¨¦n sabe¡ª si para siempre. "Ahora, me gustar¨ªa escribir un libro con las experiencias que viv¨ª y que lo puedan leer mis hijos, para que sepan la huella que dej¨® su madre en este lugar".
LOS ESCENARIOS DE LA TRAGEDIA: LAXE
Panor¨¢mica de la playa de Nemi?a, en la localidad de Laxe (A Coru?a) tambi¨¦n afectada por la marea negra del ¡®Prestige¡¯, el 1 de diciembre de 2012. En la imagen, una voluntaria sube un terrapl¨¦n sujetando dos palas y manchada de chapapote en la playa, de 1,5 kil¨®metros de extensi¨®n. Hoy, la gente vuelve a pasear por su arena sin rastro de fuel. Desplace el cursor de un lado a otro para comprobar el estado del paisaje hace 15 a?os y en la actualidad. Fotos: Luis Mag¨¢n - ?scar Corral