Solo una de cada cuatro mujeres militares tiene contrato indefinido
30 a?os despu¨¦s del ingreso de la mujer en las Fuerzas Armadas su precariedad laboral es muy superior a la de sus compa?eros varones

En febrero de 2018 se cumplen 30 a?os de la incorporaci¨®n de la mujer a las Fuerzas Armadas. En este tiempo han escalado, lenta pero inexorablemente, en la jerarqu¨ªa militar: ya hay una coronel y la pr¨®xima d¨¦cada deber¨ªa ver a la primera general. Esta progresi¨®n no evita que el porcentaje de mujeres que ingresa en filas haya ca¨ªdo desde que empez¨® la crisis y su precariedad sea muy superior a la de sus compa?eros varones. Menos de una de cada cuatro mujeres tiene un contrato indefinido, frente a casi uno de cada dos hombres.

Tres d¨¦cadas despu¨¦s de que saltase el cerrojo que imped¨ªa el ingreso de la mujer en el Ej¨¦rcito, el 12,6% de los militares espa?oles son de sexo femenino. Ese porcentaje es casi dos puntos superior a la media de la OTAN (10,6%) y sit¨²a a Espa?a en el puesto n¨²mero 11 de los pa¨ªses aliados, por detr¨¢s de Hungr¨ªa, EE UU o Francia, pero por delante de Alemania o Reino Unido.

Entre 2000 y 2006, tras la supresi¨®n del servicio militar obligatorio y la profesionalizaci¨®n de las Fuerzas Armadas, el porcentaje de mujeres se duplic¨®, pero desde entonces permanece estancado en algo m¨¢s del 12%, con un lent¨ªsimo incremento. A corto plazo incluso se reducir¨¢, pues en los cuatro ¨²ltimos a?os, coincidiendo con la crisis, las mujeres admitidas en las convocatorias de tropa y mariner¨ªa han oscilado entre el 4,6% y el 7,3%. Como consecuencia, entre los soldados m¨¢s modernos (tres primeros a?os de compromiso) solo representan el 6,5%, mientras que en el conjunto son el 16,5%.
40 casos de acoso sexual en dos a?os
Desde que en 2015 tanto la Ley de R¨¦gimen Disciplinario de las Fuerzas Armadas como el C¨®digo Penal Militar tipificaron el acoso sexual como falta muy grave o delito se han abierto 40 procedimientos (20 de car¨¢cter penal y 20 disciplinarios) en el Ej¨¦rcito, seg¨²n datos del Ministerio de Defensa hasta octubre pasado.
La principal novedad es que los expedientes disciplinarios, antes casi inexistentes (en 2015 no se abri¨® ninguno), han ido creciendo (cuatro en 2016 y 15 en 2017), mientras que las causas penales se han reducido en paralelo (16 en 2016 y cinco en 2017), invirtiendo las tendencias. En la pr¨¢ctica totalidad de los casos la v¨ªctima era una mujer.
Seg¨²n los expertos, el acoso sexual funciona como una escalada por lo que el aumento de las sanciones disciplinarias puede tener un efecto disuasorio y frenar la agresi¨®n en su fase m¨¢s temprana evitando que se llegue al delito.
?Qu¨¦ est¨¢ pasando? Los responsables del Ministerio de Defensa niegan que el Ej¨¦rcito, que abri¨® de par en par sus puertas a las mujeres cuando apenas ten¨ªa dos candidatos por plaza, las entrecierre ahora que puede elegir entre 20 aspirantes por puesto, y alegan que las ¨²ltimas convocatorias han sido limitadas y no resultan significativas.
¡°El modelo de incorporaci¨®n de la mujer a las Fuerzas Armadas a¨²n est¨¢ desarrollando sus potencialidades. Hay que esperar a que se consolide para analizar sus resultados¡±, sostienen en el equipo de la ministra Mar¨ªa Dolores de Cospedal. Aducen que la integraci¨®n se realiz¨® de modo gradual y el marco legal no estuvo acabado hasta 1999, hace 18 a?os. Como factores positivos, subrayan que la presencia de la mujer crece entre los cuadros de mando (6%) y en las academias de oficiales y suboficiales, donde han pasado del 12% al 17% en cuatro a?os. Tambi¨¦n que su tasa de abandono es la mitad que los varones (1,8% frente a 3,6%).
Se refieren al abandono voluntario, no al forzoso por finalizaci¨®n de contrato. Aunque las cifras resulten farragosas, son clarificadoras. La tasa de temporalidad de las mujeres militares es del 77,5%, mientras la de los hombres se limita al 51,5%. Es decir, casi la mitad de los varones tiene un contrato fijo, que le permite seguir en el Ej¨¦rcito hasta el fin de su carrera, mientras que menos de una de cada cuatro mujeres goza de estabilidad.
Esta precariedad, que supone perder el empleo al cumplir la edad de 45 a?os ¡ªcobrando una peque?a paga como reservista¡ª, la padecen el 16% de las mujeres oficiales (frente al 3,5% de los hombres) y el 92,4% de las militares de tropa (frente al 84,4% de los varones). Los suboficiales son todos fijos, pero entre ellos solo hay un 4,7% de mujeres.
Defensa atribuye la escasez de mujeres entre los soldados permanentes a que la ley exige 14 a?os de antig¨¹edad para poder optar a esta condici¨®n y hasta hace poco ninguna cumpl¨ªa dicho requisito. Tambi¨¦n apela a la existencia de un tap¨®n de varones veteranos que bloqueaba el ascenso de la mujer para explicar su poco peso en los empleos superiores de la escala de tropa (cabo mayor y cabo). ¡°Nos preocupar¨ªa que hubiera alguna tendencia negativa en la integraci¨®n de la mujer, pero no la vemos¡±, alegan en el ministerio.
Quien s¨ª la ve es Zaida Cantera, portavoz del PSOE en la Comisi¨®n de Defensa del Congreso y comandante retirada. ¡°En todo proceso de selecci¨®n en el que hay un factor subjetivo, la mujer resulta perjudicada¡±, asegura.
Informes personales
Ese es el caso del informe personal de calificaci¨®n (IPEC), que elaboran los superiores de todo militar y resulta determinante para su carrera (ascensos, cursos o destinos). En este se punt¨²an conceptos como ¡°confianza en s¨ª mismo [sic] y seguridad con que act¨²a¡± o ¡°control y dominio de sus emociones¡±. Cantera recuerda que sus IPEC pasaron de brillantes a desastrosos despu¨¦s de denunciar a un coronel por acoso sexual.
Teresa Franco, cabo y delegada de igualdad de la Asociaci¨®n Unificada de Militares Espa?oles (AUME), mayoritaria en los ej¨¦rcitos, asegura que ¡°hacen falta estudios con perspectiva de g¨¦nero para conocer la causa de estos problemas¡±, pero apunta que ¡°la conciliaci¨®n familiar no est¨¢ resuelta en el Ej¨¦rcito¡±.
Aunque los militares, como los dem¨¢s funcionarios, tienen derecho a la reducci¨®n de jornada o la flexibilizaci¨®n de horario para el cuidado de los hijos, este se condiciona a ¡°las necesidades del servicio¡±, cuya evaluaci¨®n corresponde al mando. ¡°Conciliar est¨¢ mal visto¡±, agrega, y si una mujer es eximida de hacer guardias o maniobras, ¡°muchas veces se le toma man¨ªa¡± porque, dada la falta de personal, supone m¨¢s trabajo para sus compa?eros.
Aunque son minor¨ªa entre los militares, las mujeres acaparan casi el 60% de las 3.000 reducciones de jornada (m¨¢s del 80% corresponde a familias monoparentales con hijos menores de 12 a?os), nada distinto de lo que sucede en otros sectores, pero que resulta un lastre para su promoci¨®n profesional.
Defensa cuenta con un Observatorio para la Igualdad, dirigido por un coronel, pero ¡°las mujeres no lo ven como un cauce para resolver sus problemas¡±, seg¨²n Franco. La cuesti¨®n no est¨¢ en las normas, sino en la cultura. ¡°Los militares no est¨¢n formados en la igualdad¡±, advierte. ?Es machista el Ej¨¦rcito? ¡°Las instituciones no son machistas¡±, reflexiona Cantera, ¡°lo que son machistas son los comportamientos de algunas personas¡±.
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