Secuelas pol¨ªticas del desaf¨ªo independentista
Cinco exministros de Administraci¨®n Territorial valoran su repercusi¨®n en el futuro modelo
El secesionismo catal¨¢n ha sido frenado con la aplicaci¨®n del art¨ªculo 155 de la Constituci¨®n y la expectativa de las elecciones del 21-D. Pero todo apunta que el proceso secesionista tendr¨¢ efectos en la visi¨®n del nacionalismo y el futuro del modelo territorial, sobre todo, tras el pronunciamiento de la Uni¨®n Europea contra ¨¦l y el derecho a la autodeterminaci¨®n. EL PA?S lo ha preguntado a cinco ministros de Administraci¨®n Territorial: Juan Manuel Eguiagaray, con Felipe Gonz¨¢lez; Javier Arenas y Gabriel Elorriaga, secretario de Estado, con Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar; y Jordi Sevilla y Manuel Chaves, con Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero. Evitan el rechazo global a los nacionalismos y distinguen entre moderados e independentistas, pero creen que el independentismo ha generado desconfianza, traducida en el rechazo al ¡°derecho a decidir¡±, al refer¨¦ndum pactado y a la cesi¨®n de m¨¢s competencias del Estado. Rechazan la moda recentralizadora pues creen un ¨¦xito el Estado auton¨®mico, pese a errores como que el Estado no ejercitara sus competencias en las autonom¨ªas. Creen en una reforma constitucional que afronte la cuesti¨®n catalana y corrija fallos del sistema como la falta de ¨®rganos de cooperaci¨®n y la confusi¨®n competencial de Estado y autonom¨ªas.
Juan Manuel Eguiagaray, ministro de Administraciones P¨²blicas entre 1991 y 1993, cerr¨® con el PP los pactos auton¨®micos que extendieron las competencias de educaci¨®n, sanidad y servicios sociales -de las que solo dispon¨ªan Catalu?a, Euskadi, Galicia y Andaluc¨ªa seg¨²n la Constituci¨®n- al resto de las autonom¨ªas. ¡°No me arrepiento, aunque generase en los nacionalistas el impulso a ir m¨¢s all¨¢ para no quedar igualados. Era injusto que unas comunidades tuvieran m¨¢s derechos que otras. Las personas deben tener los mismos derechos vivan d¨®nde vivan¡±.
El exministro considera que ¡°el impulso diferenciador de los nacionalistas no debe ejercerse por la v¨ªa del crecimiento competencial sino en su desarrollo seg¨²n las necesidades de su comunidad y sus singularidades sean de lengua, tradici¨®n, foralidad, etc.¡±. ¡°En el nacionalismo catal¨¢n hab¨ªa un sentimiento de marginaci¨®n. Su error ha sido diferenciarse con el ejercicio del derecho a la autodeterminaci¨®n, un debate zanjado hace a?os, con antecedentes hist¨®ricos traum¨¢ticos y que ha llevado a Catalu?a al absurdo. La Uni¨®n Europea ha puesto punto final a este debate¡±.
Contrario a recentralizar competencias y a revisar el Concierto vasco como r¨¦plica al soberanismo, Eguiagaray cree que ¡°el Estado auton¨®mico ha funcionado bien, pero han fallado la lealtad constitucional y los ¨®rganos de cooperaci¨®n¡±. Se niega a descalificar globalmente al nacionalismo, aunque ¡°su doctrina es peligrosa¡±. ¡°Hay comportamientos nacionalistas de probada solvencia, como los de CiU y PNV cuando contribuyeron a consolidar la democracia y otros negativos como el Plan Ibarretxe y el independentismo catal¨¢n. El PNV aprendi¨® la lecci¨®n de Ibarretxe. Esperemos que el nacionalismo catal¨¢n haga igual. Los nacionalismos seguir¨¢n siendo parte de este pa¨ªs¡±.
Gabriel Elorriaga, secretario de Estado de Administraci¨®n Territorial entre 2000 y 2004, administr¨® el proceso descentralizador y afront¨® el desaf¨ªo inicial del Plan Ibarretxe. ¡°Ha fallado la colaboraci¨®n entre los dos principales partidos nacionales. Hubiera sido posible converger el modelo federal del PSOE y el auton¨®mico del PP, lo que hubiera estrechado el margen de los nacionalistas. Se crey¨® que cediendo competencias al nacionalismo se le apaciguaba. Fue un error¡±.
Pero Elorriaga no cree que la respuesta al independentismo sea recentralizar: ¡°El modelo auton¨®mico est¨¢ bastante asentado. Su administraci¨®n de los servicios p¨²blicos funciona bien donde no hay tensiones nacionalistas como en pa¨ªses con modelos similares. El error radica en que el Estado no ha ejercido sus competencias en las autonom¨ªas y se ha quedado sin instrumentos¡±.
Elorriaga se opone a eliminar el Concierto Econ¨®mico vasco. ¡°Es un modelo aceptado. Su principal enemigo es el independentismo catal¨¢n¡±. Considera al nacionalismo una ¡°doctrina retr¨®grada¡±, pero distingue la pr¨¢ctica del independentismo de la del nacionalismo pragm¨¢tico. ¡°Los acontecimientos de Catalu?a no acarrear¨¢n la ruptura con los nacionalismos. No vale generalizar. Ha puesto l¨ªmites, como el derecho a decidir, que la propia Uni¨®n Europea ha descalificado¡±.
La necesaria reforma del modelo pasa, seg¨²n Elorriaga, por mejorar el modelo de financiaci¨®n; fortalecer los instrumentos de cooperaci¨®n y, desarbolado el mito del art¨ªculo 155, por aplicar las leyes de armonizaci¨®n. ¡°En el plano te¨®rico podr¨ªan tener una justificaci¨®n reconocimientos simb¨®licos, pero veo muy poco margen para profundizar en las diferencias de algunas autonom¨ªas¡±.
Javier Arenas, ministro de Administraciones P¨²blicas entre 2003 y 2004. Hoy es vicesecretario de Pol¨ªtica Territorial del PP y sigue de cerca el reto secesionista catal¨¢n. ¡°El independentismo no debe impedirnos valorar el papel positivo jugado por el nacionalismo moderado en las libertades, la econom¨ªa y el Estado auton¨®mico¡±. ¡°Ser¨ªa un profundo error castigarlo. Lo que se castiga es la ruptura de las reglas de juego del independentismo. Ibarretxe present¨® en el Congreso su plan. No prosper¨®. El PNV rectific¨® y hoy se le tiene en cuenta¡±.
El exministro se?ala que los nacionalistas admiten, en privado, que ¡°en 1978 no so?aban con tanto autogobierno¡± e incluso algunos reconocen que ¡°el Gobierno no ten¨ªa otro remedio que aplicar el art¨ªculo 155 y lo sucedido despu¨¦s lo justifica¡±. Es contrario a recentralizar el Estado auton¨®mico, tras el independentismo. ¡°El modelo auton¨®mico sigue vigente, pero hay que renovar los pactos de 1978 lo que exige un an¨¢lisis autocr¨ªtico del Estado y las administraciones¡±. Adelanta sus pautas: responder a la falta de lealtad constitucional, desafiada por el independentismo; clarificar las competencias del Estado y las autonom¨ªas; reforzar los instrumentos de cooperaci¨®n; eliminar las duplicidades entre administraciones y un nuevo modelo de financiaci¨®n, preservando el Concierto vasco. Otorga importancia a revisar la Educaci¨®n pues ¡°se desarrolla en desigualdad¡±.
Jordi Sevilla, ministro de Administraci¨®n Territorial entre 2004 y 2007, protagoniz¨® la segunda oleada de reformas estatutarias. ¡°Las hicimos porque al llegar al Gobierno estaba Euskadi con el Plan Ibarretxe; Catalu?a con el proyecto estatutario del Gobierno tripartito y hab¨ªa movimientos en Andaluc¨ªa. Decidimos renovar el modelo a los 25 a?os de aprobada la Constituci¨®n¡±. Lamenta el fracaso del Estatuto en Catalu?a, origen del conflicto, y lo atribuye al desacuerdo entre el PSOE y el PP en Madrid y de CiU y ERC en Catalu?a. ¡°Zapatero y Rajoy acordaron crear una comisi¨®n de seguimiento del Estatuto en 2005. Nunca se reuni¨®. El Estatuto fue instrumento de confrontaci¨®n¡±.
Sevilla impuls¨® la Conferencia de presidentes auton¨®micos, ¡°organismo clave de cooperaci¨®n¡±. ¡°En diez a?os no ha avanzado nada. Es uno de los d¨¦ficits del sistema con la ausencia del Estado en el ejercicio de sus competencias en las autonom¨ªas como fijar un nivel m¨ªnimo de solidaridad o inspeccionar. Se necesita el salto federal con la participaci¨®n de las autonom¨ªas en igualdad en organismos estatales. Estas medidas deben resta?ar el da?o sufrido por el sistema en una pieza clave, la lealtad institucional, por el ejercicio soberanista unilateral del Govern¡±.
Es contrario a recentralizar como r¨¦plica al independentismo porque ¡°es la incapacidad de gobernar lo complejo¡±. Pero admite que se ha generado una desconfianza que requerir¨¢ tiempo superarla. Tiene consecuencias como que ¡°por vez primera ni S¨¢nchez ni Rajoy acudieron al nacionalismo catal¨¢n para tener mayor¨ªa¡±. Otra ense?anza de esta crisis es, para Sevilla, que ¡°los problemas no se resuelven solos y habr¨¢ que hacer algo porque dos millones de catalanes quieren irse y la soluci¨®n no es acudir siempre al 155¡±. ¡°Hay que hacer pol¨ªtica de consenso. Mejorar el Estado por el salto federal y reconocer Catalu?a como naci¨®n. Pero soy contrario, en l¨ªnea con la Uni¨®n Europea, al derecho a decidir y al refer¨¦ndum pactado porque supone negar la soberan¨ªa del pueblo espa?ol. Se refrendar¨¢ la Constituci¨®n reformada en toda Espa?a y el nuevo Estatuto en Catalu?a¡±.
Manuel Chaves, vicepresidente y ministro de Administraci¨®n Territorial de 2009 a 2011, durante la sentencia del Tribunal Constitucional que recort¨® el Estatuto catal¨¢n. ¡°En el origen tuvo la responsabilidad Rajoy. Pero hoy la tiene el independentismo catal¨¢n, dirigido por organizaciones populistas. Rajoy ha acertado en aplicar el 155. El problema del independentismo no es que haya ido lejos sino que ha atentado contra la legalidad del Estado auton¨®mico¡±.
El exministro cree que el comportamiento del independentismo ha generado desconfianza no solo en Espa?a; la Uni¨®n Europea tambi¨¦n lo ha descalificado. Condicionar¨¢ la reforma constitucional. ¡°Antes debat¨ªamos sobre un Estado plurinacional. ?Despu¨¦s del comportamiento de la polic¨ªa aut¨®noma en Catalu?a qu¨¦ puede suceder si la comunidad accede a m¨¢s competencias en justicia o recaudaci¨®n? Temes que facilitas la independencia. Soy contrario a ceder m¨¢s competencias y radical contra al derecho de autodeterminaci¨®n¡±.
Chaves rechaza recentralizar. ¡°El Estado auton¨®mico ha sido un acierto hist¨®rico que ha favorecido el auge econ¨®mico y cultural de Espa?a. Hay que ir al Estado federal, el m¨¢s fuerte y estable¡±. Cree clave que ¡°el Estado defina sus competencias exclusivas¡±, como en Alemania. Defiende impulsar mecanismos de cooperaci¨®n que garanticen la lealtad constitucional, que el Estado garantice la igualdad y consens¨²e un modelo de financiaci¨®n. Respecto a Catalu?a cree que ¡°desde el Estado hay que esforzarse en recuperar la confianza, que tardar¨¢ a?os pues el da?o es profundo¡±. ¡°Puede empezarse por la econom¨ªa al estar infrafinanciada y aplicarse el principio de ordinalidad¡±.
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