El Quijote europeo
Su determinaci¨®n para luchar por causas nobles convirtieron a Manuel Mar¨ªn, en el Colegio de Europa, en el hidalgo castellano de actitud austera y mirada enso?adora
Su figura esbelta, su barba oscura, su procedencia de La Mancha y, sobre todo, su determinaci¨®n para luchar por causas nobles convirtieron a Manuel Mar¨ªn, en el Colegio de Europa, en el hidalgo castellano de actitud austera y mirada enso?adora. Entre la veintena de nacionalidades que compon¨ªan la promoci¨®n 1973-74, nos encontr¨¢bamos alumnos procedentes de dictaduras como Espa?a, Portugal y Grecia. El prestigioso Instituto de Estudios Europeos, en Brujas, era una bocanada de aire fresco para respirar libertad y democracia. Nuestro rector, Jerzy Lukaszewsky, diplom¨¢tico y profesor nacido en Polonia, defend¨ªa los derechos humanos y pronto prest¨® especial atenci¨®n a los posgraduados procedentes de esos pa¨ªses.
El curso empez¨® con un terremoto que conmovi¨® los pilares de Europa: la primera crisis del petr¨®leo que puso de manifiesto la dependencia de la Comunidad Europea de los centros productores del oro negro. Las autopistas de B¨¦lgica se quedaban vac¨ªas por las restricciones de combustible y la vulnerabilidad occidental hac¨ªa cada vez m¨¢s necesaria la integraci¨®n de Europa. La actividad acad¨¦mica sigui¨® con la visita, organizada por el Colegio, a los cementerios de la Primera Guerra Mundial. El ideal de paz de la hoy Uni¨®n Europea cal¨® hondo en los estudiantes de posgrado, impresionados por las miles de cruces o l¨¢pidas, seg¨²n la religi¨®n de los ca¨ªdos, en los campos de Flandes.
Adem¨¢s de las disciplinas jur¨ªdica, social y pol¨ªtico-administrativa, el Colegio programaba conferencias. En el sal¨®n de actos del edificio del siglo XVII, el l¨ªder socialista franc¨¦s ¡ª m¨¢s tarde, primer ministro¡ª Michel Rocard, pronunci¨® la frase: ¡°L¡¯Europe sera socialiste ou ne sera pas¡±. Manolo hab¨ªa conocido en Bruselas al joven economista Joaqu¨ªn Almunia. Ambos entraron en contacto con Felipe Gonz¨¢lez, que acababa de ser elegido secretario general del PSOE en la ciudad francesa de Suresnes, cerca de B¨¦lgica.
En abril de 1974, la Revoluci¨®n de los Claveles de Portugal influy¨® tambi¨¦n en la vida del Colegio de Europa. Los tiempos de cambio se present¨ªan para la Pen¨ªnsula Ib¨¦rica y Grecia. Los siete a?os de la Dictadura de los Coroneles llegaban a su fin, tras el golpe de Estado en Chipre y la fracasada uni¨®n de la isla. Manolo se inscribi¨® ese a?o en el PSOE. Sus aspiraciones democr¨¢ticas y europeas marcar¨ªan a partir de entonces su trayectoria vital y su brillante carrera profesional. Hab¨ªa sido un alumno ejemplar, serio y meticuloso. Un gran jurista, admirado por sus compa?eros. M¨¢s tarde fue profesor del Colegio y lleg¨® a presidir su Consejo de Administraci¨®n.
En octubre de 2010, unos cuarenta antiguos alumnos visitaron Madrid. Manolo se volc¨® en la organizaci¨®n del viaje. Ya como presidente de la Fundaci¨®n Iberdrola, nos llev¨® al Centro de Control y Operaci¨®n de Energ¨ªa Renovables de la el¨¦ctrica en Toledo. Nuestros hu¨¦spedes se quedaron subyugados por El Greco, la Catedral y la bella ciudad del Tajo, pero tambi¨¦n por los seis mil molinos de viento repartidos por todo el mundo, que nos ense?aba el Quijote europeo.
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