Una campa?a (y una legislatura) bajo el s¨ªndrome de la c¨¢rcel
La situaci¨®n de Carles Puigdemont y de Oriol Junqueras amenaza la aritm¨¦tica del soberanismo en el Parlament y debilitar¨¢ el peso del bloque independentista

Podr¨ªa constituirse, m¨¢s que un grupo mixto, un verdadero partido pol¨ªtico entre los candidatos encarcelados (tres), los huidos a Bruselas (cinco), los excarcelados (seis) y dos imputados m¨¢s -Carme Forcadell y Joan Josep Nuet- que forman parte todav¨ªa de la Mesa del Parlament de Catalu?a.
Representan una cifra 16 aspirantes en total y tienen todos garant¨ªas de ser elegidos porque ocupan posiciones cimeras en sus respectivas siglas, pero no est¨¢ claro que vayan a empezar la legislatura o terminarla, en funci¨®n de c¨®mo se resuelvan los respectivos pormenores judiciales.
Es m¨¢s, la situaci¨®n de varios de ellos amenaza, incluso, con malograr la hipot¨¦tica mayor¨ªa del bloque soberanista. Camino de unas elecciones que se antojan igualad¨ªsimas, podr¨ªa suceder que varias de las se?or¨ªas elegidas no estuvieran en situaci¨®n de ocupar el hemiciclo.
Puigdemont.- El caso del ex president es bastante ins¨ªlito. Ha deca¨ªdo la euroorden y se ha convertido en un turista bruselense, pero la decisi¨®n de volver al suelo espa?ol conllevar¨ªa su detenci¨®n y lo expondr¨ªa a los delitos de rebeli¨®n, sedici¨®n y malversaci¨®n. Entre tanto,? Carles Puigdemont puede concurrir a los comicios.Y no tendr¨ªa que presentarse en el Parlament para recoger el acta de diputado.
El tr¨¢mite en cuesti¨®n recaer¨ªa en un apoderado, pero en ning¨²n caso conseguir¨ªa ser investido presidente si permanece en el exilio. Tampoco podr¨ªa? contribuir con su esca?o en las sesiones parlamentarias, igual que les sucede a los cuatro compa?eros de "exilio" belga? -Clara Ponsati, Toni Com¨ªn, Lluis Puig,? Meritxell Serret- que aspiran al puesto de diputado.
Tan ajustadas como est¨¢n las cosas, la estabilidad del bloque independentista podr¨ªa resentirse de la fuga que han protagonizado Puigdemont y sus mosqueteros, siempre y cuando no terminen renunciando al acta y corra el n¨²mero entre los candidatos que les suceden.
Los presos.- Tanto Oriol Junqueras (ERC) como Jordi S¨¢nchez y Joaquim Forn (Junts per Catalunya) permanecen en prisi¨®n. Est¨¢n ¡°expiando¡± medidas cautelares, pero la situaci¨®n transicional en que se encuentran no les impide presentarse a las elecciones ni les impide tampoco obtener su acta parlamentaria. La perder¨ªan a partir de una condena firme, aunque, al mismo tiempo, su propia anomal¨ªa carcelaria contradice que puedan incorporarse a la rutina parlamentaria ni servir a la aritm¨¦tica del bloque independentista.
Excepcionalmente, la autoridad judicial correspondiente podr¨ªa permitirles asistir a la sesi¨®n de investidura y extenderla a otras situaciones muy espec¨ªficas -sucedi¨® hace 30 a?os con un candidato de HB a lehendakari- , pero la legislatura estar¨ªa expuesta a una evidente precariedad, siempre y cuando los tres diputados no renuncien a su acta en beneficio otros compa?eros de lista.
Excarcelados e imputados.- El acatamiento de la Constituci¨®n y del art¨ªculo 155, m¨¢s la consignaci¨®n de una fianza, tanto permiti¨® a Carme Forcadell -presidenta del Parlament- eludir la prisi¨®n como ha propiciado la excarcelaci¨®n de seis ex consellers, Ra¨²l Romeva, entre ellos.
La cuesti¨®n es que todos ellos tienen delante la apertura de un proceso judicial que necesariamente va a alterar la legislatura y que puede convertir el Parlament en una pasarela de ida y vuelta a la c¨¢rcel. Igual que la prisi¨®n preventiva no implica culpabilidad, la libertad provisional bajo fianza no equivale a la inocencia.?Los delitos que se les atribuyen revisten suficiente gravedad para que terminen condenados, inhabilitados o las dos cosas a le vez. En tal caso, perder¨¢n su acta de diputados y correr¨¢ n¨²mero en sus respectivas listas. No est¨¢ en peligro la aritm¨¦tica soberanista, pero s¨ª la estabilidad elemental de la legislatura.
?Un fraude electoral?- La casi veintena de diputados potenciales que concurre a los comicios del 21D lo hace sin garant¨ªas de comenzar o finalizar la legislatura. Quiere decirse que los electores catalanes votan a Junqueras, a Puigdemont, a Forcadell o a Romeva sin que parezca veros¨ªmil su incorporaci¨®n a la pol¨ªtica institucional. No es un grupo peque?o. La anomal¨ªa de estas 16 se?or¨ªas equivale a un n¨²mero de diputados parecido al que los sondeos atribuyen, por ejemplo, al PSC. Y representa un factor desequilibrante en un hemiciclo que re¨²ne 135 asientos.
T¨¦cnicamente no es un fraude electoral la proliferaci¨®n de candidatos "fantasmas", pero la proliferaci¨®n de imputados, huidos y excarcelados contradice o contraviene el esp¨ªritu de la democracia representativa y hasta "nominal" con que se celebran los comicios del 21 de diciembre.
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