¡°Que el asesino de Diana Quer sea del clan de Os Fanchos nos deja marcados de por vida¡±
El crimen de Diana vuelve a da?ar la imagen de una zona castigada por el narcotr¨¢fico, aunque no por la violencia. Los vecinos se confiesan "en shock"
Hace algo m¨¢s de un a?o, d¨ªas despu¨¦s de la desaparici¨®n de Diana Quer, diversas asociaciones vecinales y ayuntamientos de la R¨ªa de Arousa amenazaron con querellarse contra algunas televisiones por la imagen que estaban presentando de la zona. "Diana Quer ha desaparecido en el peor lugar posible, un entorno natural abrupto, una zona con una tasa de criminalidad disparada y acostumbrada a vivir con el crimen, a ver, o¨ªr y callar. De verdad, nadie sabe nada. ?D¨®nde est¨¢ Diana Quer?". Se lo preguntaba un programa televisivo nacional con siniestra m¨²sica de fondo. Hablaba de A Pobra do Carami?al, calificada por otro programa como ¡°capital gallega del narcotr¨¢fico¡±. El propio ayuntamiento de A Pobra mostr¨® su indignaci¨®n entonces. Los vecinos no daban cr¨¦dito.
La realidad de esta r¨ªa gallega dista mucho del anterior retrato. S¨ª, hay narcotr¨¢fico, pero no por ello hay m¨¢s violencia (y mucho menos violencia que afecte a los vecinos ajenos a la actividad criminal), ni una elevada tasa de criminalidad, ni la gente est¨¢ acostumbrada a vivir con el crimen. Pero ahora que se sabe que el autor confeso del asesinato de Diana es un miembro del clan de Os Fanchos -un peque?o grupo de narcotraficantes de la zona-, la imagen de la comarca vuelve a estar da?ada. ¡°Que el asesino haya sido uno de Os Fanchos nos va a dejar marcados de por vida aqu¨ª¡±, comentaba este domingo una vecina. ¡°Estamos muy preocupados con la imagen que vamos a transmitir. La gente va a pensar que aqu¨ª hay narcos asesinando gente, cuando esto es un lugar totalmente tranquilo. Es que aqu¨ª jam¨¢s pasa nada¡±.
La comarca de O Barbanza se sit¨²a al norte de la R¨ªa de Arousa. All¨ª es donde hace m¨¢s de un a?o se esfum¨® Diana Quer, cuando sali¨® de su casa en A Pobra. Unos kil¨®metros m¨¢s hacia el interior, en la parroquia de Asados, perteneciente a Rianxo, han hallado su cuerpo.
¡°Este es un pueblo muy tranquilo, nunca hab¨ªa pasado nada ni parecido. La verdad es que estamos en shock¡±, comenta Ana, una vecina de Asados que hace la compra mientras ve pasar periodistas en todas direcciones. Asados es una parroquia rural de unos mil habitantes en su mayor¨ªa gente mayor. ¡°Los j¨®venes se van a vivir o trabajar a Ribeira o Santiago. Aqu¨ª quedan los mayores en sus cultivos o yendo a mariscar¡±, explica Paco, un vecino de la localidad.
En O Barbanza, como en el resto de costa gallega, hay varios clanes de narcotraficantes activos. Uno de ellos, originario de la vecina Boiro, es el de Os Fanchos. El nombre se debe a su presunto l¨ªder, Rafael Rivas, alias ¡®Rafael O Fancho¡¯, detenido en el a?o 2007 en la operaci¨®n Pi?ata, donde se incautaron de 19 kilos de coca¨ªna que el clan estaba distribuyendo por la comarca. ¡°Es un clan peque?o pero muy activo¡±, explica un agente de la Guardia Civil basado en Galicia. ¡°Se dedican a todo tipo de trapicheos: desde contrabando de marisco y gasoil hasta menudeo y venta de coca¨ªna. Eso s¨ª, son muy violentos. Son gente de mucho car¨¢cter¡±. Desde aquel a?o hasta hoy se han sucedido las detenciones, peleas e incidentes relacionados con el clan.
Uno de los presuntos miembros de Os Fanchos es el autor confeso del asesinato de Diana Quer, Jos¨¦ Enrique Abu¨ªn Gey, sobrino del l¨ªder del clan y conocido como ¡®El Chicle¡¯. ¡°Un pieza¡±, afirma el agente. ¡°Un tipo imprevisible, violento. Y por lo que sabemos ahora, un depredador sexual¡±.
Abu¨ªn Gey era un pe¨®n del clan, un escal¨®n bajo: hac¨ªa de recadero, recaudador y distribu¨ªa droga en Rianxo y alrededores. Tambi¨¦n, y seg¨²n los investigadores, intimidaba o usaba la violencia si era necesario. ¡°Hac¨ªa lo que le mandaban, no ten¨ªa problema. Y si hab¨ªa que ir a apretar a alguien que deb¨ªa dinero, pues iba¡±.
Mar¨ªa, una vecina de Asados, explica que hace unos d¨ªas ¡®El Chicle¡¯ se present¨® en la puerta de su casa con centollas y percebes de contrabando. ¡°Le compraba a los furtivos y en Navidad las iba ofreciendo de puerta en puerta. Hac¨ªa lo mismo con la gasolina¡±. Otra vecina que prefiere no dar su nombre a?ade: ¡°Aqu¨ª nos conocemos todos y sab¨ªamos bien que ¨¦l andaba en estas cosas. Y de joven era ¨¦l el que pasaba la droga por las noches en los locales. Y aqu¨ª todo el mundo sabe que andaba con Os Fanchos¡±.
El pero llega cuando se pregunta por su relaci¨®n con el asesinato de Diana. Entonces lo previsible deja paso a la sincera sorpresa. ¡°Es que eso no pod¨ªamos ni imaginarlo. Vale que el tipo era un menudo, pero de ah¨ª a matar a alguien¡ Es que en la vida pod¨ªamos pensar que aqu¨ª pudiese pasar algo as¨ª¡±. Lo cuenta Paco. Y su estupefacci¨®n coincide con la del resto de vecinos de Asados. ¡°Estamos en shock. Qu¨¦ tendr¨¢ que ver que trapicheen con esta barbaridad. Espero que lo pague¡±.
A pocos metros de all¨ª vecinos y curiosos se agolpan frente al cord¨®n policial que impide el paso a la nave donde ha aparecido el cuerpo de Diana Quer. Un coche se detiene, baja la ventanilla y pregunta: ¡°?Ey, o¨ªste! ?D¨®nde est¨¢ el sitio donde apareci¨® la chavala esa?¡±. Alguien le indica y el curioso se une a los que observan. A los que ven lo nunca visto en la comarca.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.