A la caza de la familia Quer
La desaparici¨®n y asesinato de Diana Quer provoc¨® que su familia se viese envuelta en un reality show en el que airear toda clase de trapos sucios
Las fiestas ¡°con hombres¡± de su madre enredaron la investigaci¨®n sobre Diana Quer. Tambi¨¦n hubo ¡°episodios oscuros¡± en la familia con gritos de ¡°golfa, perra¡± del exmarido a su exmujer. La madre de Diana fue vista entrando en una misteriosa ¡°casa azul¡± junto al lugar en el que apareci¨® el m¨®vil de la chica. Una vecina de los Quer dispone de una informaci¨®n ¡°muy valiosa¡± y se la ha comentado al alcalde, depositario de esa confidencia que ¡°podr¨ªa dar un giro¡± a la investigaci¨®n. La madre de Diana Quer le dijo a su hija: ¡°T¨®mate un orfi¡±. Una vidente anunci¨® que la chica est¨¢ en A Pobra: ¡°No ha salido nunca de ah¨ª¡±. SOS Desaparecidos difundi¨® im¨¢genes de ella en Serbia, Croacia y Ruman¨ªa; en cada pa¨ªs podr¨ªa haber cambiar de aspecto. Una graf¨®loga advirti¨® de que Diana Quer es inmadura y tiene poca autoestima. Fuma, bebe y anda con chicos peligrosos. Las hermanas discut¨ªan con sus padres, se peleaban con ellos y entre ellas. Altercado en una cl¨ªnica. Posibles malos tratos. Cuando Diana se iba de casa su madre pod¨ªa estar tres d¨ªas sin saber nada de ella, pero cuando Diana desapareci¨®, llam¨® inmediatamente a la Guardia Civil. Su hermana Valeria, de 15 a?os, se enamor¨® y se fue de viaje a ?frica. La madre de Diana Quer podr¨ªa estar liada con el padre de una ex de Paquirr¨ªn. En las fiestas de A Pobra, Diana Quer se enroll¨® con un chico que no conoc¨ªa. ¡°La vida de lujo de los Quer¡±, titul¨® un portal.
Todo falso o innecesario, una colecci¨®n de horrores publicada y emitida con la excusa de una tragedia. En 500 d¨ªas, el caso Diana Quer ha dado tres grandes noticias: la desaparici¨®n de la chica, la aparici¨®n de m¨®vil y la detenci¨®n del principal sospechoso junto al descubrimiento del cad¨¢ver de la chica. Sin embargo, la atenci¨®n ha sido exhaustiva. Sin culpables, toda la atenci¨®n social se gir¨® bruscamente hacia la familia de la v¨ªctima hasta desmenuzar cualquier incidente real o inventado, dando p¨¢bulo a toda clase de invitados de excepci¨®n que cre¨ªan tener informaci¨®n relevante. Y convirti¨®, como se observa en el primer p¨¢rrafo, su vida en una especie de reality show donde se elucubraba con amores, vacaciones y broncas p¨²blicas de unos miembros de la familia convertidos en personaje p¨²blicos a causa de una circunstancia dram¨¢tica. Todo bajo la distorsi¨®n de una ausencia, la de Diana Quer, que sol¨ªa dar un segundo significado a cada titular o informaci¨®n.
Un antiguo amigo de veraneo del matrimonio concluye: ¡°Yo recuerdo cuando en Espa?a esa clase de famosos lo eran por acostarse con folcl¨®ricas o con toreros. Pero f¨ªjate, que ahora tienen que asesinarte a una hija¡±. Es el hombre que cuenta algo revelador de los primeros d¨ªas de la desaparici¨®n de Diana Quer. Ocurri¨® el 31 de agosto de 2016, cuando el padre de la chica dijo una frase de la que se arrepinti¨® esa misma noche, y lo har¨ªa muchas m¨¢s veces en p¨²blico y en privado. Ese d¨ªa el juez retir¨® a su exmujer, Diana L¨®pez-Pinel, la custodia de su otra hija, Valeria Quer. Hab¨ªan pasado nueve d¨ªas de la desaparici¨®n de Diana, y su padre recibi¨® la custodia lamentando que llegase ¡°demasiado tarde¡±. La armon¨ªa en p¨²blico del matrimonio salt¨® por los aires.
A la desaparici¨®n de una chica joven, atractiva y de familia de dinero (Missing White Women Syndrome lo llaman en EE UU; la enorme desproporci¨®n de cobertura respecto a otras desapariciones) se le sumaba el ingrediente final para convertir la intimidad de los Quer en un culebr¨®n explosivo. ¡°Ojal¨¢ nuestros desaparecidos hubiesen tenido la d¨¦cima parte de atenci¨®n que Diana¡±, le reprocharon amargamente al asesor de comunicaci¨®n de Juan Carlos Quer, Luis Arroyo, en una reuni¨®n auspiciada por Paco Lobat¨®n. Esa atenci¨®n fue brutal desde el primer d¨ªa, pero tras romperse la imagen cordial de los padres de Diana Quer en el juzgado sosteniendo una foto de su hija, el inter¨¦s del p¨²blico y la reacci¨®n medi¨¢tica no tuvo precedentes.
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¡°Se trata de dos personas que jam¨¢s se hab¨ªan puesto delante de una c¨¢mara, que no sab¨ªan d¨®nde estaba su hija desde hac¨ªa d¨ªas, que atravesaban un proceso de divorcio largu¨ªsimo y traum¨¢tico. En estado muy nervioso, como se puede imaginar. Y cometieron errores, errores humanos y de comunicaci¨®n. Quiz¨¢s tuvieron que tener m¨¢s comprensi¨®n por parte de todos. Cuando aparec¨ªan en cualquier parte, sub¨ªa la audiencia¡±, cuenta uno de los sostenes esos d¨ªas de Juan Carlos Quer. Prueba del despiste monumental de su entorno es que cuando el padre de Diana quiso frenar la atenci¨®n sobre la intimidad de su familia, el abogado, con toda la buena voluntad del mundo, le propuso organizar una multitudinaria rueda de prensa para anunciar que no hablar¨ªa m¨¢s. Por su parte, la madre de Diana, viendo lo que se ven¨ªa encima, advirti¨® ese mismo oto?o: "A mi hija esto no le parecer¨ªa nada bien" ya que se empezaban a anteponer temas que nada ten¨ªan que ver con la desaparici¨®n.
Un a?o y medio despu¨¦s de publicar que las "fiestas con hombres" de la madre de Diana estaban entorpeciendo la investigaci¨®n, el mismo medio denunci¨® el show a costa de la chica y pidi¨® responsabilidad a los programas de televisi¨®n por su lucha por la audiencia admitiendo todo tipo de tretas y olvidando, dec¨ªa el editorial, que cuando no se puede decir nada veros¨ªmil lo mejor es el silencio.
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