Del caso Lojendio al por qu¨¦ no te callas: precedentes de crisis diplom¨¢ticas
El conflicto actual con Venezuela recuerda la expulsi¨®n del marqu¨¦s de Vellisca en 1960 como embajador en Cuba por interrumpir e increpar a Fidel Castro en un programa de TV
En el Ministerio de Exteriores y entre los diplom¨¢ticos de la carrera tuvieron que remontarse ayer al blanco y negro de la dictadura franquista para encontrar un precedente de gravedad similar al caso Silva. Se trata del caso Lojendio, m¨ªtico entre los diplom¨¢ticos. No se recuerdan muchas expulsiones de embajadores de Espa?a. La anterior registrada a la de ahora de Jes¨²s Silva Fern¨¢ndez de la Venezuela chavista de Nicol¨¢s Maduro se fragu¨® en la noche de la tamborrada de 1960 (20 de enero) y afect¨® al entonces aguerrido y protot¨ªpico diplom¨¢tico de aquella era Juan Pablo de Lojendio.
El tambi¨¦n marqu¨¦s de Vellisca se hallaba esa noche sentado en el sal¨®n de su residencia oficial a las afueras de La Habana viendo una de esas habituales arengas televisadas de Fidel Castro en directo desde los estudios de la CMQ Telemundo. Dicen las hemerotecas que Lojendio estaba de buen humor por la festividad de la tamborrada en su San Sebasti¨¢n natal. Fidel Castro sorprendi¨® al auditorio y esgrimi¨® en un momento dado una carta de un pariente del jefe de la Fuerza A¨¦rea, Pedro D¨ªaz Lanz, huido a Estados Unidos, en la que se afirmaba que desde las embajadas espa?ola y norteamericana en Cuba se ayudaba a los movimientos contrarrevolucionarios. Otra vez la acusaci¨®n de las injerencias y la labor de lacayos de los espa?oles para las presiones yanquis.
Uno de los periodistas moderadores interpel¨® a Castro incluso por la posible mediaci¨®n en esas labores del embajador espa?ol. Lojendio no dada cr¨¦dito a lo que ve¨ªa y escuchaba. Cogi¨® los petates y se plant¨® con su cuerpo contundente y desairado a las 00.38 en el plat¨®. Exigi¨® derecho a la rectificaci¨®n en directo. Interrumpi¨® a Castro delante de la audiencia y de numerosas autoridades y cuerpos de seguridad presentes.
La emisi¨®n televisiva se interrumpi¨®, aunque el sonido s¨ª qued¨® en el aire siete minutos en los que se escucharon agrias discusiones. Cuando el programa volvi¨® a antena solo hablaba ya Castro, que luego orden¨® al presidente del pa¨ªs, Oswaldo Dortic¨®s, presente en la sala, la expulsi¨®n en 24 horas de Lojendio. El embajador lleg¨® a Espa?a, tras escala gloriosa en Nueva York, y fue recibido como tras las grandes gestas deportivas. Franco, al parecer, no estuvo tan atento aunque ensalz¨® su valor, que no su diplomacia. Lojendio, eso s¨ª, no fue sancionado y sigui¨® su carrera hasta morir con 67 a?os y como representante ante la Santa Sede en Roma. Las relaciones entre Espa?a y Cuba se rebajaron durante 10 a?os a segundos niveles m¨¢s comerciales y no se retomaron con embajadores hasta la democracia.
El precedente Lojendio no se alcanz¨® siquiera en 2007, cuando durante la XVII cumbre Iberoamericana, en Santiago de Chile, el entonces mandatario venezolano Hugo Ch¨¢vez consigui¨® enervar al rey Juan Carlos I de tanto interrumpir al presidente socialista Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero. Fue cuando le espet¨® aquel ¡°?Por qu¨¦ no te callas!¡± m¨¢s exclamativo que un consejo. Ni tampoco llegaron a tanto en las peri¨®dicas trifulcas entre Ch¨¢vez y los Gobiernos de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar.
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