Vivir a los 90
La actividad f¨ªsica, mental y social es clave para la calidad de vida de los 465.000 nonagenarios espa?oles
Son m¨¢s de 1% de la poblaci¨®n espa?ola. 465.000 personas viven en nuestro pa¨ªs con m¨¢s de noventa a?os, seg¨²n los ¨²ltimos datos oficiales. De ellos, el 72%, 335.000, son mujeres. Nacieron en los a?os veinte del siglo pasado, pasaron su ni?ez o su juventud en plena guerra civil espa?ola y se hicieron adultos en los duros a?os de la dictadura, la pobreza y la carest¨ªa. Cuando lleg¨® la democracia ten¨ªan m¨¢s de cincuenta a?os y nunca pensaron que iban a vivir tanto. Son aut¨¦nticos supervivientes.
?C¨®mo es la vida a los noventa? Una pregunta sin respuesta seg¨²n el jefe de Geriatr¨ªa del hospital Gregorio Mara?¨®n de Madrid, Jos¨¦ Antonio Serra. "No se puede generalizar, no hay dos nonagenarios iguales", explica. "En general, gozan de una salud razonable, con un envejecimiento satisfactorio, aunque casi todos tienen enfermedades cr¨®nicas. Lo que vale para todos es que uno envejece como ha sido toda la vida, aunque los rasgos se hacen m¨¢s picudos. Si de joven te quejabas mucho, de mayor ser¨¢s un cascarrabias y si eras bondadoso, ser¨¢s un viejo tolerante".
?Y la calidad de su vida? Ah¨ª cambia mucho de uno a otro. Serra es rotundo al hacer sus recomendaciones para un envejecimiento sano: "Lo m¨¢s importante es salir del c¨ªrculo de confort en el que caen muchos mayores y hacer un esfuerzo para mantener la actividad f¨ªsica, mental y social. Esa es la clave para una calidad de vida duradera".
?ngeles da la raz¨®n al m¨¦dico. Cumpli¨® 90 a?os el pasado verano, es viuda, tiene nueve hijos, 16 nietos, tres bisnietos y vive con una de sus hijas. "A m¨ª lo que me da la vida es la conversaci¨®n con la familia; con mis hijos y, sobre todo, con mis nietos, que me cuentan cosas nuevas cuando vienen a verme y me explican c¨®mo viven ahora los j¨®venes. Eso me sirve para esforzarme en entender a las nuevas generaciones, aunque much¨ªsimas veces no est¨¦ de acuerdo con ellos. Es la vida social que tengo ahora, porque la mayor¨ªa de mis amigas ya no est¨¢n".
Todas las ma?anas sale a la calle, en Madrid, acompa?ada de su hija para ir a misa, a comprar algo, o a pasear un rato. "Cada vez me cuesta m¨¢s, por la artrosis de la rodilla o porque veo peor", comenta ?ngeles, "pero tengo la suerte de tener a mi hija que me ayuda". Por supuesto que ha tenido altibajos y muchas veces se ha acurrucado en ese c¨ªrculo de confort que te frena la actividad y te va llevando a la melancol¨ªa; pero siempre acaba volviendo a la acci¨®n, dentro de sus posibilidades, pese a los dolores articulares, la falta de hierro o la dificultad para leer la letra de los libros o los peri¨®dicos que antes devoraba.
La vida a partir de los noventa a?os exige una adaptaci¨®n a las nuevas circunstancias f¨ªsicas y mentales. Y no siempre es f¨¢cil. "Los humanos nos aferramos a la existencia hasta el ¨²ltimo minuto; a veces de forma inexplicable", dice Ram¨®n, que con 99 a?os vive en una residencia para mayores. Est¨¢ pasando unos d¨ªas muy malos: "No me explico c¨®mo no hay m¨¢s suicidios entre los viejos, porque la vida se hace muy dif¨ªcil".
En la residencia Los Nogales, en el barrio de Pac¨ªfico en Madrid, viven 430 internos. Todos ellos de m¨¢s de 70 a?os y m¨¢s de un centenar son nonagenarios. Para Ana Mar¨ªa Prada, la neuropsic¨®loga del centro, a partir de una edad hay que adaptarse a las nuevas condiciones: "Con m¨¢s de noventa a?os se tiene mucha menos energ¨ªa y menos capacidad f¨ªsica y cognitiva", explica, "pero uno puede superar las dificultades que van apareciendo".
La clave es la resiliencia en cada una de las fases de la vida. "La vejez plantea nuevos retos que hay que afrontar en la medida en la que se pueda", explica la doctora. "La dificultades f¨ªsicas y sensoriales impiden hacer determinada cosas, pero se pueden sustituir por otras. La clave es estar activo; son fundamentales el ejercicio f¨ªsico y las relaciones sociales. No es f¨¢cil, porque las enfermedades aumentan la dependencia de los mayores y la sensaci¨®n de no ser necesario".
Frente a la resiliencia est¨¢ la soledad y la melancol¨ªa que produce tristeza e incluso depresi¨®n. "Cuando eso sucede", a?ade Prada, "adem¨¢s de medicarse, hay que buscar actividad y redes sociales que ayuden a sobreponerse. Es complicado, porque los seres queridos han desaparecido. Por eso, muchos mayores eligen venir a residencias en las que est¨¢n rodeados de personas en su misma situaci¨®n".
Ram¨®n ingres¨® en el centro, junto a su hermana Luisa, hace varios a?os, pero al fallecer ella hace 11 meses, se qued¨® solo y triste. "Con 99 a?os y una situaci¨®n f¨ªsica tan d¨¦bil, no tengo ganas de nada", dice casi sin fuerza. "De mis amigos no queda ni uno; oigo muy mal, veo cada vez peor y me cuesta andar. Tengo cuatro sobrinos que vienen a verme de vez en cuando, pero la verdad es que cada vez me falla m¨¢s el ¨¢nimo".
Es madrile?o, soltero y trabaj¨® hasta los 77 a?os en un almac¨¦n de curtidos de la familia. Estos d¨ªas est¨¢ especialmente negativo, porque ha tenido que recurrir al andador, en lugar de los bastones que utilizaba antes, para moverse por el centro.
Carmen tambi¨¦n tiene 99 a?os, pero es la ant¨ªtesis de Ram¨®n. Tambi¨¦n se ayuda con un andador al mover su peque?o cuerpo y afirma que est¨¢ a gusto con su vida; que es feliz. "Tengo la cabeza bastante clara e intento hacer todo el ejercicio que me permite mi edad", dice con alegr¨ªa. "Soy la primera que llega a la sala del desayuno, una vez que me ayudan a levantarme y a ducharme, y no me pierdo ninguna de las actividades¡±.
?El secreto para vivir tanto? "Estar a gusto con lo que te toca", dice Carmen, que est¨¢ deseando llegar a los cien a?os. Naci¨® en un peque?o pueblo de Teruel y pronto se traslad¨® a Valladolid en donde trabaj¨® en la una f¨¢brica de confecci¨®n de ropa de ni?os. Nunca se cas¨® y asegura que la vida la ha ido muy bien, que ha sido feliz. "He viajado por toda Espa?a, Francia, Italia¡ y nunca pens¨¦ que iba a vivir tantos a?os". En lo que coincide con Ram¨®n es en que las nuevas generaciones son demasiado exigentes.
Tambi¨¦n Presentaci¨®n, 90 a?os, critica a los j¨®venes de ahora. ¡°Son caprichosos y maleducados¡±, dice recordando la dur¨ªsima infancia que le toc¨® vivir. Es viuda y tiene tres hijos, tres nietos y dos biznietos. ¡°Con 11 a?os ten¨ªa que ir al puesto de verduras de mi madre y con 17 empec¨¦ a coser pantalones.¡±, explica. ¡°A base de trabajo, mi marido y yo pudimos dar estudios a nuestro tres hijos, pero hemos tenido una vida llena de sacrificios. Luego me qued¨¦ viuda y he sufrido muchas enfermedades. Me han operado nueve veces, la ¨²ltima de c¨¢ncer de colon¡±.
A pesar de todo, Presentaci¨®n dice que le gusta vivir, que es feliz y que quiere durar todo lo que pueda. ¡°Lo importante es tener paciencia y saber vivir lo que te toca¡±, a?ade. ¡°Mi madre vivi¨® 92 a?os y yo disfruto con la visita de mis hijos y mis nietos. Los d¨ªas se hacen largos a veces, pero hago manualidades o me relaciono con las compa?eras del centro. Solo me queda viva una amiga de fuera¡±.
La muerte es una palabra casi tab¨² en el centro. Solo se piensa en ella en los momentos dif¨ªciles, que los hay, porque los problema de salud acaban haciendo mella en los mayores. Seg¨²n los geriatras consultados, la debilidad f¨ªsica provoca muchas veces depresiones; sobre todo a los ancianos que viven solos y dependen de cuidadores externos. No hay estad¨ªsticas de ancianos que viven solos, pero se cuentan por decenas de miles.
Ernesto, 92 a?os, tuvo que dejar su casa porque no pod¨ªa aguantar el ritmo econ¨®mico que necesitaba. ¡°Llega un momento en que no puedes pagar el piso, las facturas, la colombiana que nos cuidaba o la comida¡±, explica. ¡°Por eso me vine con mi mujer, de 88 a?os, al centro y echo de menos mi casa, mis libros, mis papeles... pero aqu¨ª lo tienes todo resuelto y encuentras compa?¨ªa¡±
Carpintero de profesi¨®n, navarro, est¨¢ casado, tiene cuatro hijos, nueve nietos y 3 bisnietos. ¡°Llevamos una vida mon¨®tona, pero te acostumbras a todo. Tengo una salud razonable, unos hijos estupendos, buenos amigos y alguna afici¨®n que me ayuda a pasar el tiempo. Escribo siempre que puedo y he hecho un libro de an¨¦cdotas de mi vida¡±.
¡°?Para qu¨¦ vive uno?¡±, se pregunta Maria Pilar, 94 a?os. Y no sabe dar una respuesta, aunque dice ser feliz con la familia que tiene y le visita. Est¨¢ muy orgullosa de que todos tengan estudios. Es viuda, tiene dos hijos, cuatro nietos y siete biznietos. Lleva un colgante en forma de coraz¨®n que dice ¡°abuela, te quiero¡± y se mueve con bastante energ¨ªa por el sal¨®n del centro. ¡°Soy una mujer de campo¡±, dice, ¡°de cerca de Barco de ?vila y he trabajado toda mi vida, o sembrando patatas, o en una taberna que tuvimos en el pueblo y al final, de modista¡±. Como Ernesto, dej¨® su casa para no estar sola y lleva dos a?os en la residencia. ¡°Me adapto a lo que viene y espero vivir ?muchos a?os¡±.
¡°La vejez llega cuando uno piensa que est¨¢ al final del camino¡±
Cumplir¨¢ 91 a?os en abril, pero mantiene una actividad fren¨¦tica. Bienvenida P¨¦rez, presidenta de la Asociaci¨®n de Amas de Casa y Consumidores de Ciudad Real, asegura que el secreto de la longevidad es tener ilusi¨®n por las cosas que se hacen; aunque reconoce que le asusta la enfermedad, de la que se ha librado durante toda su vida. ¡°La vejez llega cuando una persona piensa que est¨¢ al final del camino¡±, dice mientras conduce el coche en el que nos lleva a estaci¨®n del AVE de su ciudad.
Naci¨® en Tomelloso, pero siempre ha vivido en la capital, en donde sus padres la educaron en la libertad y en la igualdad. Su padre fue encarcelado durante la guerra civil y vivieron momentos duros durante la dictadura de Franco, que ella trata de olvidar. Pero Bienvenida, la mayor de cuatro hermanos, tuvo muy claro lo que quer¨ªa: estudiar, trabajar y vivir plenamente. Estudi¨® perito mercantil y empez¨® a trabajar como contable en una empresa de automoci¨®n de la que acab¨® haci¨¦ndose cargo.
Aunque dej¨® de trabajar cuando se cas¨®, estudi¨® pintura y se dedic¨® a vender sus cuadros. Fund¨® con 40 a?os la asociaci¨®n en la que trabaja (¡°sin cobrar un euro¡±, aclara ¡°vivo de la pensi¨®n de viudedad¡±) y a la que se dedica en cuerpo y alma.Tiene dos hijos y tres nietos y enviud¨® hace 12 a?os.
¡°Me levanto todas las ma?anas con ilusi¨®n pensando qu¨¦ voy a hacer, y lo hago con alegr¨ªa¡± explica. ¡° Me cuido much¨ªsimo, hago todas las ma?anas mi tabla de gimnasia y luego empiezo con mis actividades en la asociaci¨®n y mi vida social. Aunque s¨¦ que deber¨ªa andar m¨¢s, voy a todas partes en coche, porque me gusta mucho conducir. Adem¨¢s, mantengo la tensi¨®n en 13/7, que no est¨¢ nada mal para mi edad¡±.
Su agenda diaria est¨¢ llena de reuniones, actos e incluso viajes. ¡°En la asociaci¨®n organizamos tambi¨¦n viajes culturales. El pr¨®ximo ser¨¢ a Portugal¡±. No quiere hablar de pol¨ªtica, aunque fuera durante 16 a?os concejal del ayuntamiento de Ciudad Real por las listas del PSOE. S¨ª reconoce que no le gusta mucho la deriva en la que ha entrado Espa?a en los ¨²ltimos a?os. ¡°Son malos tiempos para los j¨®venes¡±, dice pensando en sus nietos.
?Cu¨¢les son sus miedos? Se queda pensativa y al final dice: ¡°No pienso en mis miedos, porque me asusta. Por ahora, mis ilusiones pueden a mis miedos y consigo ser feliz.¡± ?Tiene miedo a la soledad? Aqu¨ª responde muy r¨¢pido: ¡°No; nunca me he sentido sola. Vivo con una hija que se ha separado y que me ayuda en todo. Adem¨¢s, estoy todo el d¨ªa rodeada de mujeres de la asociaci¨®n¡±.
La soledad es precisamente uno de los graves problemas de los mayores en Espa?a. A falta de estad¨ªsticas fiables, los expertos consideran que hay decenas de miles de mayores de 90 a?os que viven solos. Sobre todo en las grandes ciudades, en donde viven m¨¢s de 85% de los nonagenarios espa?oles y la vida es m¨¢s dif¨ªcil para las personas con problemas de movilidad. En las poblaciones de menos de 2.000 habitantes tan solo viven 57.532 mayores de 90, frente a los 466.585 de toda Espa?a.
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