Ana Julia Quezada confiesa que mat¨® al ni?o Gabriel
La detenida asegura que el ni?o se enfad¨® con ella en la finca familiar y la agredi¨®
Ana Julia Quezada comenz¨® a confesar este martes, tras hablar con su abogada. Lo hizo durante dos horas. Dijo que hab¨ªa matado al peque?o Gabriel, el hijo de su pareja, ?ngel Cruz. Explic¨® que el ni?o se subi¨® con ella en su coche porque le sugiri¨® ¡°ir a pintar la casa¡± de la finca familiar de Rodalquilar, a 4 kil¨®metros, donde la pareja estaba arregl¨¢ndose una vivienda. Que all¨ª el ni?o (de ocho a?os) se enfad¨® y la atac¨® con una especie de hacha. Entonces ella le habr¨ªa golpeado con la parte roma de esa herramienta dej¨¢ndolo inconsciente. Y que, asustada, luego le estrangul¨® con sus manos, le desnud¨® y le enterr¨®.
El hacha no hab¨ªa sido encontrada a¨²n en la noche de este martes por los investigadores de la Guardia Civil en la finca, pese a que llegaron a excavar la tierra en busca de m¨¢s pruebas que hagan encajar las piezas del rompecabezas de este crimen. No obstante, la inspecci¨®n ocular no hab¨ªa concluido y faltaban estancias de la casa por mirar. S¨ª hallaron, en cambio, las ropas del ni?o, que ella arroj¨® a 30 kil¨®metros del lugar en el que lo mat¨®, en un contenedor de la urbanizaci¨®n costera Retamar. Lo hizo uno de los 12 d¨ªas en los que el peque?o permaneci¨® desaparecido, ¡°cuando pudo usar el coche sola¡±, seg¨²n fuentes de la investigaci¨®n.
Ana Julia, que ¡°actu¨® sola¡±, insisten los investigadores ¡ªy ha dicho ella¡ª, ¡°respondi¨® a todas las preguntas que le hicieron¡± durante dos horas, frente al mutismo mantenido el d¨ªa anterior. Este martes fue conducida de nuevo por la Guardia Civil al escenario del crimen para la reconstrucci¨®n de los hechos.
El resumen de un farragoso relato, es ¡ªseg¨²n fuentes de la investigaci¨®n¡ª que ¡°el ni?o se subi¨® voluntariamente en su coche con ella¡± y que, cuando estaban en la finca familiar, en Rodalquilar, a cuatro kil¨®metros de la casa de su abuela, de donde salieron aquella tarde del 27 de febrero, ¡°el ni?o se enfad¨® y la agredi¨® y que ella lo mat¨® para defenderse¡±.
Esa confesi¨®n explicar¨ªa, en parte, algunas cosas, como que no hubiese restos biol¨®gicos, ni rastro del ni?o en el lugar en el que fue visto por ¨²ltima vez, en la peque?a pedan¨ªa de Las Hortichuelas. Pero abre otras importantes inc¨®gnitas: ?Por qu¨¦ no se inspeccion¨® antes a fondo la finca de Rodalquilar, donde Ana Julia y el padre de Gabriel estaban adecentando su nueva vivienda? Fuentes pr¨®ximas a la familia cuentan que algunos allegados estuvieron en el lugar con ella. Y fuentes de la investigaci¨®n aseguran que los propios familiares rastrearon la finca sin encontrar nada. Y se imponen preguntas a¨²n m¨¢s horribles: ?Llev¨® la detenida hasta all¨ª al peque?o con la idea de matarlo? ?Fue premeditado? Son cuestiones que tendr¨¢ que resolver el juez del juzgado n¨²mero 5 de Almer¨ªa, que instruye la causa. Est¨¢ previsto que la autora confesa del crimen pase hoy a disposici¨®n judicial.
Mientras Ana Julia declaraba, ?ngel Cruz y Patricia Ram¨ªrez, los padres del peque?o Gabriel, arropados por miles de personas, se desped¨ªan de su peque?o para siempre en la catedral de Almer¨ªa.
Encontradas las ropas del ni?o a 30 kil¨®metros
Las ropas del peque?o las han encontrado ya en un contenedor de la urbanizaci¨®n costera Retamar, a 30 kil¨®metros al oeste de la pedan¨ªa de Las Horichuelas, donde desapareci¨® Gabriel el 27 de febrero cuando sal¨ªa de casa de su abuela hacia la de sus primos. Presumiblemente la ahora autora confesa de la muerte del menor arroj¨® all¨ª la sudadera roja de capucha y el pantal¨®n de ch¨¢ndal azul con rayas a los lados del ni?o y el resto de su ropita interior uno de los d¨ªas que se fue sola con el coche.
Gabriel Cruz Ram¨ªrez, de ocho a?os, fue enterrado en la intimidad en el peque?o cementerio de la localidad de Fern¨¢n P¨¦rez, en el coraz¨®n del Parque Natural del Cabo de Gata. El temor del juez a que la mujer que le quit¨® la vida no colaborase en la investigaci¨®n, impidi¨® que sus padres pudieran incinerarlo como quer¨ªan. Finalmente ¡°la bruja¡±, como la calific¨® metaf¨®ricamente la madre del peque?o, confes¨®.
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