La ¨²ltima profesora de fenicio
Maria Josep Estanyol, de 67 a?os, lleva 43 impartiendo clases de cultura cartaginesa y lengua fenicia en la Universidad de Barcelona. Es la ¨²ltima maestra de esta especialidad en activo en Espa?a
"Si no hay nadie m¨¢s que quiera coger la antorcha, evidentemente se acabar¨¢n las clases de fenicio", asume Maria Josep Estanyol con una media sonrisa entre ir¨®nica y esc¨¦ptica. Esta barcelonesa de 67 a?os lleva 43 dando clases de cultura cartaginesa y lengua fenicia en la Universidad de Barcelona (UB).
Estanyol no tiene ganas de dejarlo, aunque sienta cierta frustraci¨®n porque ning¨²n colega arque¨®logo quiso seguirla en el camino de la docencia. "Yo ya intent¨¦ con algunos compa?eros que hicieran trabajo de fenicio, pero no lo he conseguido". Ella lo achaca a que, como parte de las lenguas sem¨ªticas, el fenicio se queda atr¨¢s respecto al hebreo o al arameo.
Estanyol es la primera y ¨²nica autora de un manual de fenicio al catal¨¢n y al castellano
A pesar de ello, este curso ha sido de r¨¦cord en su clase. Se matricularon siete alumnos. "Normalmente tengo menos, no s¨¦ qu¨¦ ha ocurrido este a?o pero normalmente tengo tres, dos, uno. Muy pocos", cuenta Estanyol. La mayor¨ªa de estudiantes proceden de la rama de lenguas sem¨ªticas. Hace a?os que ya no vienen de la carrera de arqueolog¨ªa. Los interesados en esta asignatura lo hacen", reconoce, "por si alg¨²n d¨ªa durante una excavaci¨®n se pueden encontrar con una inscripci¨®n de fenicio en alguna piedra".
Estanyol empez¨® a interesarse por la cultura cartaginesa cuando estudiaba tercero de carrera. "Hace much¨ªsimos a?os", bromea. "Me gust¨® y empec¨¦ a traducir muchas inscripciones. A partir de aqu¨ª hice una cosa que no exist¨ªa: un diccionario de fenicio". Es la ¨²nica autora de un manual de fenicio al catal¨¢n y al castellano. Su labor como divulgadora llega hasta su c¨ªrculo m¨¢s ¨ªntimo. "He conseguido contagiar el amor por el fenicio en mi entorno familiar pero nadie ha llegado a estudiarlo", admite.
Para N¨²ria Dom¨ªnguez Costa, una de sus siete alumnos del curso pasado, fue la pasi¨®n de Estanyol la que le hizo transmitir en su casa cada lecci¨®n de fenicio. "Sol¨ªa llegar a casa y quer¨ªa transmitir eso que hab¨ªa aprendido. Incluso hicimos un taller de escritura en el que traduje el nombre de mi marido y mis hijos al fenicio", se?ala Dom¨ªnguez.
"Maria Josep nos hizo sentirnos como Sherlock Holmes cuando nos enfrent¨¢bamos a una traducci¨®n de fenicio. Era como un rompecabezas que quer¨ªas resolver", recuerda Aleix Permanyer, otro de sus cuatro alumnos en 2016 y proveniente de la rama de filolog¨ªa sem¨ªtica.
La casa y el despacho de Estanyol son reductos de la historia cartaginesa. Conserva, en una vitrina repleta de libros, grabados de cer¨¢mica en letras fenicias; tomos sobre la historia de la civilizaci¨®n cartaginesa y algunos de sus objetos m¨¢s simb¨®licos: ¨¢nforas, collares, m¨¢scaras y motivos funerarios, los hallazgos m¨¢s habituales en las excavaciones. Ella misma luce un collar con una m¨¢scara fenicia. Explica que era tradicional en aquella civilizaci¨®n vestir collares, principalmente, con motivos religiosos o sociales.
Estanyol asume que imparte clases de una lengua muerta. O casi. "Tengo la sospecha de que hay restos de la lengua fenicia en la lengua bereber, en el amazigh", caracter¨ªstica del norte de Marruecos. No obstante, algunas ciudades espa?olas conservan un nombre que deriva del fenicio, como C¨¢diz, M¨¢laga, Ibiza o Mah¨®n, en Menorca. "La Dama de Elche", contin¨²a, "porta joyas fenicias, y el tesoro del carambolo (encontrado cerca de Sevilla) es tambi¨¦n de factura cartaginesa".
La labor de esta profesora casi siempre fue en la sombra. Reconoce que la UB la llam¨® hace poco para hacerle un reportaje. "?Despu¨¦s de 43 a?os dando clase, se hab¨ªan olvidado de que ten¨ªan una experta en fenicio!", expresa. Un trabajo que extiende m¨¢s all¨¢ de la universidad. De vez en cuando da clases particulares a un alumno por las que no cobra.
Por el momento, seguir¨¢ con las clases aunque no sabe hasta cu¨¢ndo y sigue disfrutando en el aula. Esa energ¨ªa acaba llegando a sus alumnos. "Muchos", rememora, "empiezan con miedo porque no saben lo que se van a encontrar, sobre todo cuando ven el alfabeto, pero algunos me han llegado a decir al final del curso que se han divertido. Para m¨ª, eso es lo m¨¢s importante".
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