Camino al desierto
Los agentes del sector piden estudiar todas las soluciones tecnol¨®gicas y de ahorro para evitar cortes generalizados en Espa?a
El alargamiento de los periodos de sequ¨ªa y el aumento del consumo de agua empujan a la desertizaci¨®n espa?ola. ¡°Las ¨²ltimas lluvias han recuperado hasta el 47% de la capacidad media de la suma de todos los pantanos. Hace un a?o se encontraban al 58%, y la media de los ¨²ltimos 10 a?os es de casi el 67% en esta ¨¦poca del a?o. No ha finalizado el periodo de sequ¨ªa¡±, resume Enrique Aymerich, profesor de la Escuela de Ingenieros de la Universidad de Navarra. El temporal Ana lleg¨® el pasado mes de diciembre para sacar a Vigo de casi 15 meses de sequ¨ªa y con restricciones de suministro. ?Se reproducir¨¢ esta situaci¨®n en otras ciudades espa?olas?
¡°Las sequ¨ªas son ciclos naturales de la Tierra, ahora est¨¢n aceleradas por la huella del hombre. La cuant¨ªa del agua de lluvia disminuye un 20% desde mediados del pasado siglo hasta mediados del presente en Espa?a, es muy grave en un pa¨ªs donde el 80% de su superficie sufre sequ¨ªa en alg¨²n momento del a?o¡±, afirma Juan Jos¨¦ Irigoyen Iparrea, profesor de Ciencias Ambientales de la Universidad de Navarra. Espa?a tiene unas redes de pantanos y de desaladoras referenciales en todo el mundo. Los trasvases tambi¨¦n han solucionado problemas. ?Es suficiente?
Espa?a es pionera en pantanos por su climatolog¨ªa: el primero data de la ¨¦poca de los romanos. ¡°Alternamos las ¨¦pocas de sequ¨ªas con las de lluvias torrenciales y el cambio clim¨¢tico lo agudiza. Por eso tenemos 1.200 pantanos que guardan el agua de las lluvias torrenciales y evitan los desbordamientos aguas arriba de las presas. Sin ellos no se garantizar¨ªa el agua potable y solo se aprovechar¨ªa el 8% de la que fluye de forma natural por los r¨ªos. Estamos construyendo 25 nuevas presas, y no caben muchas m¨¢s. Desconozco si as¨ª se asegura el suministro del futuro¡±, expone Ignacio Escuder Bueno, presidente del Comit¨¦ Nacional Espa?ol de Grandes Presas (Spancold).
La desalaci¨®n tampoco presenta ya mucho recorrido. Espa?a tiene m¨¢s de 900 desaladoras, algunas son meras instalaciones de hoteles, y la mayor¨ªa se concentra en el Mediterr¨¢neo. ¡°Somos la tercera potencia mundial en desalaci¨®n, tras Arabia Saud¨ª y Emiratos, con una capacidad de cuatro millones de metros c¨²bicos al d¨ªa. El consumo de energ¨ªa de las desaladoras eleva el precio del agua desalada y es dif¨ªcil trasladar ese coste al consumidor final. Por eso, hay un escaso uso de la desalaci¨®n, del 15% en muchos casos¡±, asegura Alberto Mart¨ªn Rivals, socio responsable de Energ¨ªa de KPMG en Espa?a.
Control de la demanda
La reutilizaci¨®n del agua podr¨ªa aumentar la oferta. ¡°El 88% del agua depurada revierte al r¨ªo o al mar, y el restante 12% sufre sucesivos procesos de regeneraci¨®n para utilizarse en agricultura, campos de golf, jardines urbanos o recargas de acu¨ªferos. El precio de estos segundos procesos limita una mayor implantaci¨®n del uso del agua depurada¡±, explica Enrique Aymerich.
Se impone, entonces, el ahorro. ¡°El control de la demanda es fundamental, desde el simple ahorro ciudadano hasta el aumento de la eficiencia de las redes de riego agr¨ªcolas y urbanas de todo tipo. Se desaprovecha mucha agua, y debemos gestionar todos los recursos de forma coordinada para evitarlo¡±, apunta Milagros Couchoud, portavoz del World Water Council para Espa?a.
El gestor
El plan hidrol¨®gico nacional es la figura legal para responder a los problemas de sequ¨ªa, inundaci¨®n o sobreexplotaci¨®n de los acu¨ªferos. Los t¨¦cnicos denuncian que tiene datos desactualizados y piden remediarlo.
El agua es un bien p¨²blico de competencia estatal, que se gestiona por demarcaciones hidrogr¨¢ficas que corresponden a las cuencas de los r¨ªos, seg¨²n mandato de la directiva marco del agua. Las demarcaciones de los grandes r¨ªos son de competencia estatal.
La agricultura absorbe alrededor del 80% del agua dulce consumida en Espa?a, es donde m¨¢s se puede ahorrar. ¡°Los regad¨ªos convencionales por aspersi¨®n y riego por superficie son los m¨¢s frecuentes y en ambos se pierde mucha agua. La alternativa son los riegos de precisi¨®n por goteo o subterr¨¢neos (tubos porosos de los embalses a los cultivos), ahorran de un 30% a un 60% de agua, seg¨²n cultivo. Se implantan en Navarra, Almer¨ªa y Huelva, pero son soluciones muy caras en cultivos extensivos, como el de la uva de Castilla. En Valencia, Andaluc¨ªa o Navarra se empiezan a utilizar sensores y drones para medir la necesidad de agua en cada planta, tambi¨¦n son muy caros¡±, cuenta Irigoyen.
Para que la inversi¨®n en estas tecnolog¨ªas no repercuta en el precio de la producci¨®n agr¨ªcola, ¡°los agricultores han utilizado fondos Feder. El problema es que el agua ahorrada no ha quedado en los r¨ªos, sino que ha sido utilizada para aumentar la superficie de agricultura intensiva, con lo que se sigue gastando el mismo volumen de agua¡±, denuncia Rafael Seiz, t¨¦cnico del Programa de Agua de WWF.
Julio Barea, responsable de la campa?a de aguas de Greenpeace, apuesta por ¡°reducir la superficie de regad¨ªo, est¨¢ sobredimensionada; eliminar cultivos impropios del clima espa?ol, como el ma¨ªz, que necesita 12.000 metros c¨²bicos de agua por hect¨¢rea en cada cosecha, y recuperar el almendro, el olivo o la vid, cultivos de secano que ten¨ªamos en Espa?a¡±. ¡°No podemos mantener casi cuatro millones de hect¨¢reas de regad¨ªo y decenas de miles de hect¨¢reas m¨¢s que son ilegales¡±, advierte.
Pozos ilegales
No es el ¨²nico problema. El agua ?subterr¨¢nea se utiliza de forma descontrolada. ¡°La administraci¨®n contabiliz¨® unos 510.000 grandes pozos ilegales en 2006, que extra¨ªan el agua equivalente al consumo de 58 millones de personas al a?o. Se usan, sobre todo, para la agricultura. El agua subterr¨¢nea es nuestra futura reserva, los pozos ilegales son un suicidio¡±, denuncia Julio Barea.
El consumo de energ¨ªa de las desaladoras eleva el precio del agua tratada y es dif¨ªcil trasladar ese coste al consumidor
¡°Hay que estudiar el problema del agua de forma hol¨ªstica, poner sobre la mesa las soluciones para analizar el coste y el beneficio de cada una. Si no se hace, podemos sufrir problemas de agua, sobre todo en la agricultura, pues el abastecimiento de las ciu?dades es prioritario¡±, aconseja Carlos Ben¨ªtez, portavoz del Foro para la Ingenier¨ªa de Excelencia (Fidex).
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