?Por qu¨¦ Dios permite cagarse en Dios?
La denuncia de la fiscal¨ªa contra un actor resucita el debate sobre la blasfemia y la libre opini¨®n
Que Dios existe es un rumor que ha acompa?ado siempre a la humanidad. ¡°Es un rumor inmortal¡±, ha escrito el te¨®logo alem¨¢n Robert Spaemann. ¡°Lo que el hombre piensa de s¨ª mismo depende de que exista Dios o no¡±, se?ala en su El rumor inmortal: la cuesti¨®n sobre Dios y la ilusi¨®n de la Modernidad. He vuelto a esta obra para intentar entender por qu¨¦ la fiscal¨ªa ha denunciado a un actor por un presunto delito contra los sentimientos religiosos. ¡°Me cago en Dios¡±, dijo, entre otras lindezas. El Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 40 de Madrid instruye la denuncia. El actor tambi¨¦n insult¨® (el verbo es del fiscal) en Facebook a la Virgen (en concreto, a su virginidad) cuando comentaba la apertura de juicio oral contra tres mujeres que recorrieron varias calles de Sevilla en una llamada ¡°procesi¨®n del co?o insumiso¡±.
?C¨®mo permite Dios que se insulte a Dios? El fiscal deber¨ªa afrontar antes esta cuesti¨®n previa. Lo plante¨® el griego Epicuro en una formulaci¨®n de primero de Teodicea en el seminario: Dios y la incompatibilidad de dos de sus (supuestos) atributos: la bondad y la omnipotencia. Frente al mal (pongamos que hablo del insulto del actor), o quiere remediarlo pero no puede (1), o no quiere (2), o no puede y no quiere (3) o puede y tambi¨¦n quiere (4). En el primer caso, Dios no ser¨ªa omnipotente, en el segundo no ser¨ªa bondadoso o moralmente perfecto, en el tercero no ser¨ªa ni omnipotente ni bondadoso o moralmente perfecto y en el cuarto Epicuro plantea la pregunta de cu¨¢l es el origen de los males y por qu¨¦ Dios no los elimina.
Si la fiscal¨ªa se empe?ase, no habr¨ªa juzgados para ocuparse de los delitos de blasfemia tal como se entend¨ªan en el nacionalcatolicismo y parece volver a creer el fiscal de turno. Hace d¨¦cadas que no se oyen jop¨¦s, o mecachis, o c¨®rcholis, o pardiez. La muchachada, sencillamente, se cisca en Dios como carreteros y los menos maledicentes, en ¡°caguendios¡±. Si se ha de procesar al actor, empap¨¦lese a tantos otros y no habr¨¢ jueces para tanto pleito.
Escribi¨® Teresa de ?vila que Dios est¨¢ en todas partes, tambi¨¦n entre los pucheros, tambi¨¦n, por tanto, en la dichosa procesi¨®n u oyendo al actor echar por su boca (como se dice). Si est¨¢, sabr¨¢ que desde hace unos pocos a?os hablar mal de Dios vuelve a ser peligroso. Abajo la libertad de expresi¨®n. Por cierto, si para algo sirve la libertad es para decirle a la gente lo que no quiere o¨ªr. Es una frase de Orwell. Y Dios, exista o no, es la palabra m¨¢s vilipendiada de todas las palabras.
Son las personas quienes merecen respeto, no las creencias. Las malas ideas se combaten, no se odian. Para un ateo (e incluso para un creyente), Dios y la Virgen son ideas o met¨¢foras, como Mickey Mouse o la Brigada Canina para un colegial. Ser¨ªa enternecedor escuchar c¨®mo argumenta el fiscal la existencia de Dios y c¨®mo demuestra que el Motor Inm¨®vil de Tom¨¢s de Aquino ha podido sentirse ofendido por las palabras de un actor enfadado.
¡°Si creo o no creo en Dios, es algo que solo Dios sabe¡±, dijo Camilo Jos¨¦ Cela. Es una buena manera de decir que se duda sin decirlo, o que no se sabe. Si te preguntan, cambia de tema, salvo que tengas a mano el argumento de la fe. ¡°?Qu¨¦ cosa es fe?¡±, preguntaba el maestro nacionalcat¨®lico sobre una p¨¢gina del catecismo del padre Astete. ¡°Fe es creer lo que no vimos¡±. L¨ªneas m¨¢s abajo, aparec¨ªa Dios con todo su esplendor: ¡°Decid, ?cu¨¢l es el primer mandamiento de la ley de Dios? Respuesta: ¡°Amar a Dios sobre todas las cosas¡±.
Miles de te¨®logos llevan siglos buscando lo que no ven, pero Dios estaba all¨ª, sobre los pupitres. Cuando el ni?o va creciendo, ve un mundo de violencia, de pobreza, de cat¨¢strofes naturales y de pavorosos dolor y desamor. Cr¨¦dulos o no, muchos acaban pensando lo del cl¨¢sico: si Dios existe, espero que tenga una buena disculpa.
C¨®mo sufrir injusticias, violencias o tragedias sin preguntarse d¨®nde est¨¢ Dios, o por qu¨¦ calla. Lo hizo incluso Benedicto XVI durante su visita a Auschwitz en mayo de 2006: ¡°?Por qu¨¦, Se?or, has tolerado esto?¡±. Ya lo hab¨ªa dicho antes Adorno: ¡°?Es posible hacer poes¨ªa despu¨¦s de Auschwitz?¡±. Voltaire se pregunt¨® lo mismo tras el terremoto que destruy¨® Lisboa en 1755.
?D¨®nde est¨¢ Dios, si existe, cuando el hombre sufre? La pregunta parte de la noche de los tiempos. La plantea el propio Cristo en la cruz, cuando grita "Se?or, se?or, ?por qu¨¦ me has abandonado?". Es tan in¨²til argumentar que Dios no existe como intentar demostrar que existe. ?D¨®nde se adquiere la fe, c¨®mo se aprende? Astete nos dejaba de nuevo patidifusos. La fe es una gracia de Dios. Es un supuesto Dios quien concede la gracia de creer en ¨¦l o quien la quita. ?Vaya por Dios!?
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