El exigente oficio de ser reina
El incidente en Palma entre las reinas Letizia y Sof¨ªa pone en evidencia dos modelos opuestos de monarqu¨ªa
Durante a?os, cuando el jefe de la Casa del Rey contrataba a un nuevo alto cargo le explicaba algo que deb¨ªa tener siempre muy presente: ¡°Este es un trabajo muy complicado porque tienes que servir a la vez a una monarqu¨ªa, a una jefatura del Estado y a una familia; y esto ¨²ltimo es lo m¨¢s dif¨ªcil de gestionar¡±. El apartado familiar, ya delicado de por s¨ª, se enreda a¨²n m¨¢s ante la existencia, dentro de los muros del Palacio de la Zarzuela, de dos reyes, dos reinas consorte y, sobre todo, de dos formas distintas de entender la monarqu¨ªa. El incidente entre las reinas Letizia y Sof¨ªa, ocurrido el pasado domingo a las puertas de la Catedral de Palma, es un ejemplo de eso, pero tambi¨¦n la oportunidad perdida de recomponer una fotograf¨ªa, la de una Familia Real unida, que se rompi¨® hace ya cuatro a?os.
El gesto de do?a Letizia hacia la reina Sof¨ªa, trat¨¢ndole de impedir de forma ostensible que se fotografiase a solas con sus nietas, no s¨®lo ha sacado a la luz las desavenencias entre una nuera y su suegra. Ha frustrado adem¨¢s, al menos de momento, el retrato de sinton¨ªa que Felipe VI y su padre trataban de recomponer despu¨¦s de a?os de mutuas incomprensiones. Don Juan Carlos no acud¨ªa a la misa del Domingo de Resurrecci¨®n en Palma desde 2014, justo dos meses antes de su abdicaci¨®n y de la proclamaci¨®n de su hijo. Desde entonces, el actual Rey tom¨® una serie de decisiones ¡ªunas m¨¢s sonadas que otras¡ª que molestaron a don Juan Carlos, a los mon¨¢rquicos en general y supusieron un alejamiento entre el padre y el hijo.
¡°Tras su proclamaci¨®n¡±, explica un mon¨¢rquico de viejo cu?o que prefiere permanecer en el anonimato, ¡°el rey Felipe cometi¨® un pecado original, que fue intentar matar al padre. Quiso eliminar su legado, intentando as¨ª borrar los ¨²ltimos a?os, tan pol¨¦micos, del rey Juan Carlos. Tal vez no se daba cuenta de que as¨ª tambi¨¦n borraba los 30 anteriores, que para muchos espa?oles ¡ªmon¨¢rquicos o no¡ª siguen siendo los mejores de la historia de Espa?a¡±. Hay dos ejemplos que los partidarios del viejo Rey aportan para apoyar esta tesis: ¡°A don Juan Carlos le sent¨® muy mal que el rey Felipe le quitase la presidencia de la Fundaci¨®n COTEC para la Innovaci¨®n, porque la consideraba algo muy suyo, que hab¨ªa expandido a Italia y Portugal, los pa¨ªses donde ¨¦l hab¨ªa nacido y crecido. Tambi¨¦n la reina Sof¨ªa fue despose¨ªda, de manera innecesaria, de la Fundaci¨®n de Ayuda contra la Drogadicci¨®n¡±. El segundo ejemplo no solo fue el m¨¢s sonado, sino tambi¨¦n el m¨¢s cr¨ªtico en las ya por entonces malas relaciones entre ambos.
Juan Carlos I no fue invitado el pasado verano al acto de conmemoraci¨®n en las Cortes del 40? aniversario de las primeras elecciones democr¨¢ticas en Espa?a. Aunque, como advirti¨® entonces el editorial de este peri¨®dico, los responsables ¨²ltimos de la ausencia eran los organizadores, el Congreso y el Gobierno, el Rey padre se lo reproch¨® a su hijo. Cuando este le comunic¨® que s¨®lo podr¨ªa asistir desde la tribuna de invitados, don Juan Carlos le respondi¨®: ¡°No pienso estar en el gallinero¡±.
Tras presenciar el acto solemne por televisi¨®n, su enfado fue a m¨¢s, llegando a comentar entre su c¨ªrculo de amigos: ¡°Estaban hablando de m¨ª como si me hubiera muerto. No ten¨ªan sitio para m¨ª, pero hab¨ªan invitado hasta a las nietas de la Pasionaria¡±. La trascendencia del desencuentro supuso tambi¨¦n un punto de inflexi¨®n. Felipe VI tom¨® nota de las advertencias que le hicieron llegar desde distintas instancias de poder ¡ªno se puede confundir un nuevo reinado con una nueva monarqu¨ªa¡ª e inici¨® un camino de acercamiento que, de puertas para afuera, ten¨ªa que teatralizarse el pasado domingo en la catedral de Palma.
Pero el decorado, apuntalado con alfileres, volvi¨® a desplomarse.
Los jefes de la Casa del Rey, adem¨¢s de advertir a los reci¨¦n llegados de las complicaciones de las tres realidades entremezcladas ¡ªmonarqu¨ªa, jefatura del Estado y familia¡ª, les explican que adem¨¢s hay cuatro puntos delicados que pueden dar lugar a confrontaci¨®n. Es a trav¨¦s de esos cuatro puntos ¨Cdefinici¨®n de funciones, confecci¨®n de agendas, cuestiones de protocolo y actividades informales o de ocio¡ª donde Felipe VI intenta imprimir su propia personalidad. Y es de nuevo en el ¨²ltimo aspecto, como se pudo comprobar en Palma, donde la ruptura con al anterior reinado es total. Si el hijo quiere marcar distancias con el padre, la nuera pretende situarse, directamente, en un planeta distinto al de su suegra. La reina Sof¨ªa es hija, esposa y madre de reyes. Para ella la corona es todo. Una profesional de la monarqu¨ªa. Hasta el punto de besar a su marido delante del pa¨ªs cuando ya hab¨ªan trascendido sus infidelidades y era conocido que viven separados. Letizia Ortiz, desde el ¡°d¨¦jame que termine¡± de su presentaci¨®n en sociedad hasta ahora, ha querido dejar claro de forma muy expl¨ªcita que ese no es su objetivo.
Y el principal campo de batalla de una guerra dif¨ªcil de ganar es la privacidad de sus hijas. Hasta tal punto que, para no sean fotografiadas m¨¢s de lo estrictamente necesario, impidi¨® a la princesa Leonor y a la infanta Sof¨ªa asistir a las salidas al circo o al cine que do?a Sof¨ªa sol¨ªa organizar con sus nietos en Navidad. Tambi¨¦n se opuso, en julio de 2013 y esta misma semana, a que fueran a los homenajes dedicados a don Juan de Borb¨®n. Hace unos a?os, durante un acto p¨²blico de Felipe VI en Madrid, una mujer se le acerc¨® y le pregunt¨® por qu¨¦ se ve¨ªa tan poco a sus hijas. Cuando el Rey le contest¨® que porque eran peque?as, la se?ora contest¨®: ¡°Pero la mayor va a ser reina, y para que la empecemos a querer tendremos que conocerla¡¡±.
El incidente del Domingo de Resurrecci¨®n en Palma va m¨¢s all¨¢ de los desencuentros puntuales ¨Cque los hay, y de los que han venido dando cuenta los medios de comunicaci¨®n¡ª entre la Reina suegra y la Reina nuera. Do?a Letizia rompi¨® la imagen p¨²blica de convivencia. Y aunque una y otra ya han transmitido a trav¨¦s del servicio de prensa de la Casa del Rey su pesar por ¡°lo inadecuado¡± del comportamiento, y acudieran ayer juntas y sonrientes a visitar al don Juan Carlos a la cl¨ªnica donde fue operado de una rodilla, la cuesti¨®n se sit¨²a m¨¢s bien en la manera de ser reina que Letizia Ortiz quiere para s¨ª, y para su hija Leonor. Los periodistas que la siguen hablan del cambio que se genera en su actitud en funci¨®n del acto al que asista. Uno de ellos explica: ¡°En las actividades propias de su agenda ¡ªviajes de cooperaci¨®n, programas de educaci¨®n o de salud, intervenciones en la FAO como embajada para la nutrici¨®n¡ª se la ve c¨®moda e implicada; sin embargo, puede desesperarse y hasta boicotear aquellos lugares donde se siente un florero¡±.
La explicaci¨®n, seg¨²n una persona cercana al Palacio de la Zarzuela, es que la reina Letizia ¡°se resiste a aceptar que la monarqu¨ªa es a tiempo completo. No es un trabajo de ocho a tres y luego a casa. Sigue siendo para ella muy dif¨ªcil aceptar que para una reina no existe la vida privada. Ser reina es un pack completo, imposible de dividir¡±.
Los domingos accidentados de Palma
Los Domingos de Resurrecci¨®n est¨¢n resultando un calvario para la familia real. En las v¨ªsperas del de 2012, el rey Juan Carlos acudi¨® a un acto de La Caixa en el que, adem¨¢s de hacer un desplante a la reina, dijo: ¡°Hay noches que el paro juvenil me quita el sue?o¡±. Unos d¨ªas despu¨¦s, sufri¨® un accidente mientras se encontraba en Botsuana cazando elefantes, por lo que tuvo que ser traslado a Espa?a y operado de urgencia. Tras el esc¨¢ndalo que provoc¨® la noticia, Juan Carlos I se vio obligado a pedir perd¨®n.
Aquellos d¨ªas tan complicados ¡ªen los que adem¨¢s su nieto Felipe se peg¨® un tiro en el pie¡ª abrieron un camino hacia la abdicaci¨®n que finalmente, que se produjo el 18 de junio de 2014. Aquel d¨ªa, como muestra la fotograf¨ªa de la izquierda, la reina Sof¨ªa le dio de improviso un beso en la mejilla, ante la mirada seria de Letizia Ortiz.
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