Tres hitos de la historia naval atracan en Castell¨®n
La fragata rusa 'Shtandart' abre camino a las r¨¦plicas de la 'Nao Victoria' y el 'Gale¨®n Andaluc¨ªa', a los que el viento frena en alta mar su llegada a puerto, para configurar un evento pionero en Espa?a
Un viaje por la historia naval de los siglos XVI, XVII y XVIII a trav¨¦s de tres de sus protagonistas. Tres buques que fueron testigos de primera l¨ªnea de hitos que han marcado la historia y que hasta este domingo pueden pisarse, tocarse, respirarse y sentirse en Castell¨®n. El macroevento marinero Escala a Castell¨®, el primero de sus caracter¨ªsticas que llega a Espa?a, acerca tres r¨¦plicas exactas al recinto portuario de la ciudad. Las de la Nao Victoria ¡ªel primer barco que dio la vuelta al mundo hace 500 a?os¡ª, del Gale¨®n Andaluc¨ªa ¡ªque surc¨® las llamadas Flotas de Indias¡ª y la fragata rusa Shtandart, del mism¨ªsimo zar Pedro I El Grande. Este ¨²ltimo ha sido el primero en atracar en el puerto castellonense. Lo hizo el jueves al atardecer. Iba a ser una espectacular entrada a tres bandas, pero el ¡°viento en contra¡±, seg¨²n informaron fuentes de la organizaci¨®n, impidi¨® que la Nao Victoria y el Gale¨®n Andaluc¨ªa, procedentes de Huelva y de la ciudad francesa de S¨¨te, en la Costa Azul, llegaran a tiempo. Su atraque se materializ¨® el viernes a primera hora y a ellos se uni¨® por sorpresa el emblem¨¢tico pailebote Santa Eul¨¤lia de Barcelona, que habitualmente puede visitarse en el Moll de la Fusta del Port Vell de la ciudad condal.
Cada uno de una ¨¦poca y con una historia propia a sus espaldas. As¨ª son los tres barcos que focalizar¨¢n hasta el domingo las miradas de vecinos y curiosos. El primero, el Shtandart, fue recibido con salvas de bienvenida y una recreaci¨®n hist¨®rica con ca?ones desde tierra por las tropas de infanter¨ªa y artiller¨ªa. En primera fila, en medio de la multitud y algo asustados por los ca?onazos, est¨¢n Aar¨®n, de seis a?os, y su hermana Ana¨ªs, de 3, junto a su padre David. Los tres vecinos del distrito mar¨ªtimo. El peque?o enseguida atisba las velas de la fragata rusa, y las se?ala emocionado. Alguien por detr¨¢s confunde el nav¨ªo con un ¡°barco pirata¡± y hay quien afila algo m¨¢s y asegura que es ¡°igualito¡± al de Jack Sparrow de Piratas del Caribe.
La ruta de visitas a bordo que posibilita Escala a Castell¨® empieza, cronol¨®gicamente hablando, en la Nao Victoria. La m¨¢s antigua. Recorrerla supone remontarse a 500 a?os atr¨¢s. A la partida desde Sevilla del buque que, casi sin pretenderlo, dar¨ªa la primera vuelta al mundo de la historia, la mayor haza?a mar¨ªtima de todos los tiempos, capitaneada por el espa?ol Juan Sebasti¨¢n Elcano. La que acerca hasta el domingo esta ¡°fiesta del mar¡± es una r¨¦plica construida en 1991 del nav¨ªo del siglo XVI. En 2004, para conmemorar aquella gesta y difundir la labor descubridora de los marinos espa?oles, repiti¨® el mismo trayecto circunvalando la Tierra en 26.894 millas n¨¢uticas y visitando 17 pa¨ªses.
Un siglo hacia adelante y la ruta marinera transporta al p¨²blico ¡ªtras salvar largas colas¡ª hasta el Gale¨®n Andaluc¨ªa. Construido entre 2009 y 2010 a imagen y semejanza de los barcos espa?oles que en el siglo XVII realizaban rutas comerciales con Am¨¦rica y Filipinas a trav¨¦s de las llamadas Flotas de Indias, la v¨ªa mar¨ªtima m¨¢s larga en duraci¨®n y recorrido de la historia de la navegaci¨®n. Este nuevo Gale¨®n ha realizado m¨¢s de 48.000 millas n¨¢uticas por los grandes oc¨¦anos y mares del mundo, haciendo escala en un centenar de puertos de cuatro continentes.
La tercera parada llega con la fragata Shtandart. Una reconstrucci¨®n realizada en 1999 del hist¨®rico buque de guerra ruso del siglo XVIII, capitaneado por vez primera por el zar Pedro I el Grande. Con ella, en la guerra con Suecia, se logr¨® el acceso al mar B¨¢ltico. El buque recibi¨® su nombre en honor al estandarte imperial. Esta fragata combina la parte hist¨®rica con m¨¦todos antiguos de construcci¨®n naval ¡ªen cubierta: m¨¢stiles, jarcia, cabestrante, ca?ones, tim¨®n¡ª y las m¨¢s modernas tecnolog¨ªas, en la bodega: comedor, cocina y alojamientos. Aqu¨ª, frente a la fragata zarina, est¨¢ previsto un simb¨®lico homenaje a los hombres y mujeres que dejaron su vida en el mar, con el lanzamiento al agua de una corona de laurel y salvas de ca?ones que servir¨¢n a su vez para despedir al nav¨ªo, el primero en dejar el puerto castellonense.
Las visitas a los tres nav¨ªos vienen arropadas por una programaci¨®n con 120 actividades en cuatro d¨ªas en la zona portuaria, a los pies del Mediterr¨¢neo. Un mercado marinero de ¨¦poca con m¨¢s de 80 puestos atendidos por vendedores ataviados con indumentaria pirata o vestimenta marinera tradicional; atracciones infantiles; desfiles; batallas navales; actuaciones musicales; animaci¨®n de calle; gastronom¨ªa o dos campamentos militares asumen el reto de transformar el puerto de Castell¨®n en uno propio de unos cuantos siglos atr¨¢s. Eso s¨ª, con m¨¢s de un gui?o a los tiempos actuales y alg¨²n que otro toque m¨¢s terrenal que marinero, como el que ponen los puntos de venta de cecinas de Le¨®n y el Alto Maestrazgo, los de encurtidos y golosinas en formato macro, el de pulseras surferas o los expositores de depilaci¨®n natural sin dolor.
La parte puramente hist¨®rica recae en los propios buques, ¡°cien por cien visitables¡± ¡ªse?alan los organizadores¡ª y en las tropas de infanter¨ªa, caballer¨ªa y artiller¨ªa asentadas en los campamentos, que recrean desde los Tercios de Flandes a los Rayadillos ¡ªel uniforme espa?ol de ultramar¡ª de Cuba. Con ellos, Castell¨®n realiza un viaje de tres siglos, con sabor marinero.
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