Cuando el casero es una mafia armada
La polic¨ªa desarticula un grupo que gestionaba decenas de pisos de una urbanizaci¨®n de Madrid que hab¨ªan sido embargados por los bancos
Los hermanos Pavlovic, de 35 y 37 a?os y de origen serbio, convirtieron una urbanizaci¨®n de Madrid, de seis bloques de pisos, piscina y garita, cuyos pisos se encontraban en su mayor¨ªa en poder de los bancos tras la crisis inmobiliaria, en su fortaleza; y a sus inquilinos en una suerte de?s¨²bditos, obligados a pagar los alquileres impuestos a punta de pistola. Disparos en las piernas, palizas, amenazas... Las malas artes de los hermanos y sus secuaces, instalados en esa zona residencial de Puente de Vallecas, en el n¨²mero 295 de la carretera que va de Villaverde a Vallecas, sembraron el terror entre los vecinos, muchos de origen latinoamericano. "Viv¨ªan bajo el yugo de la omert¨¢, la ley del silencio, ni con un tiro en la pierna quer¨ªan declarar, dec¨ªan que hab¨ªa sido un accidente, estaban aterrorizados", cuenta un agente.?
El pasado 19 de marzo, y despu¨¦s de que una juez denegase dos registros domiciliarios pese a las denuncias por tiroteos realizadas por vecinos de la zona, agentes de la Polic¨ªa y la Guardia Civil, en una operaci¨®n conjunta denominada Mate-Hortelano, entraron en la fortaleza. Detuvieron a cinco personas, entre los que se encontraban los dos hermanos Pavlovic, una militar espa?ola (que era pareja de uno de ellos), un amigo de estos, y al encargado de mantenimiento de la urbanizaci¨®n, un espa?ol de cerca de 50 a?os, que responde al nombre de Jos¨¦ Antonio y a quienes los bancos le hab¨ªan encargado informalmente que se encargase del cuidado de los pisos, seg¨²n fuentes de la investigaci¨®n. La juez ha dejado a todos menos al cabecilla, uno de los hermanos Pavlovic que ten¨ªa una orden internacional de detenci¨®n, en libertad con cargos.
Pavle Pavlovic ten¨ªa en Espa?a antecedentes por robos con fuerza y estaba vinculado a la delincuencia organizada en su pa¨ªs y tiene antecedentes en Serbia por atracos, tenencia il¨ªcita de armas, atentado contra la autoridad, adem¨¢s de que sobre ¨¦l pesaban hasta tres ¨®rdenes de detenci¨®n nacional, aparte de la internacional.
"El encargado del mantenimiento de la urbanizaci¨®n quiso realquilar los apartamentos a 400 o 500 euros a gente con escasos recursos pero, para garantizarse el cobro, contrat¨® a los serbios que viv¨ªan ya all¨ª ¡ªy que sab¨ªa que se dedicaban a extorsionar a gente¡ª para que obligase a pagar a los nuevos moradores que ¨¦l buscaba; quiso poner a los matones a su servicio y, al final, acab¨® ¨¦l al servicio de los matones", cuentan fuentes del caso.
Los miembros de la organizaci¨®n, que consum¨ªan y trapicheaban con coca¨ªna, usaban un peque?o almac¨¦n de la piscina para guardar su arsenal: "Armas largas, cortas, pasamonta?as, 25 cartuchos de munici¨®n, fundas de armas, una moto con placas dobladas, documentaci¨®n y moneda serbia"... Eso fue lo que encontraron los agentes cuando entraron. Durante un a?o han mantenido la vigilancia sobre la urbanizaci¨®n y han podido hacerse incluso con el contenido de algunas c¨¢maras de v¨ªdeo que pasaron desapercibidas para los delincuentes. "Cada vez que le hac¨ªan algo a alguien bajaban a la garita para arrancar el disco de grabaci¨®n pero una de las c¨¢maras les pas¨® desapercibida y en su contenido pudimos ver c¨®mo amedrentaban a uno de los vecinos y acababan peg¨¢ndole un tiro en la pierna", cuentan los investigadores.
Un escondite que result¨® un cepo
Conscientes de que estaban siendo vigilados, buscaron un escondite en un chalet de Cobisa (Toledo). Era una casa alquilada por Jos¨¦ Antonio, el encargado de mantenimiento de la urbanizaci¨®n. All¨ª viv¨ªa con una joven colombiana.
La llegada de los serbios a ese lugar supuso el secuestro de la chica, a la que sometieron a vejaciones sexuales de toda ¨ªndole, adem¨¢s de drogarla y encerrarla. Fue esta mujer la que, en un descuido, logr¨® mandar un mensaje a un amigo guardia civil que hab¨ªa conocido hace a?os. Su petici¨®n de auxilio junto a la direcci¨®n de la casa, puso sobre la pista a la polic¨ªa judicial de la Guardia Civil de Toledo, que logr¨® liberarla el 10 de agosto de 2017. "Estaba hambrienta, no sab¨ªa ni qu¨¦ d¨ªa era, hab¨ªa perdido la noci¨®n del tiempo", relatan los agentes que la liberaron y que la llevaron a una casa de acogida.
Desde entonces hasta ahora, los equipos de Polic¨ªa y Guardia Civil han trabajado de manera conjunta en las labores de vigilancia que han llevado a resolver el caso por la v¨ªa m¨¢s arriesgada, "entrando a pelo en aquella fortaleza sabiendo que eran tipos de lo m¨¢s violento y armados", recuerdan. Ahora, la mayor parte de ellos vuelve a estar en libertad y los bancos, propietarios de los apartamentos de la urbanizaci¨®n, se han limitado a cambiar sus cerraduras.???????
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