Los ocho golpes policiales que acabaron con ETA
Desde las detenciones propiciadas en 1975 por ¡®El Lobo¡¯ hasta el arresto en 2010 de Mikel Karrera, el ¨²ltimo gran jefe de la banda
No todas las desarticulaciones de comandos hicieron mella en ETA de la misma manera. Ni todas las detenciones de dirigentes le afectaron de igual modo. Tras el anuncio de disoluci¨®n de la banda, expertos de la lucha antiterrorista de la Polic¨ªa Nacional y la Guardia Civil consultados se?alan las operaciones policiales que a lo largo de las ¨²ltimas cinco d¨¦cadas fueron claves para abocar a ETA a su fin.
La primera dentellada de ¡®El Lobo¡¯. El primer gran golpe a ETA se produjo en el verano de 1975 y tuvo como protagonista a Mikel Lejarza, El Lobo, un joven vasco al que los servicios de informaci¨®n hab¨ªan infiltrado dos a?os antes en la organizaci¨®n terrorista. El ascenso de El Lobo en la estructura de la banda le permiti¨® contactar con sus m¨¢ximos responsables y conocer los detalles del despliegue que hab¨ªan preparado en Madrid y Barcelona para cometer atentados. Tras sendos tiroteos, que causaron la muerte de un etarra y un polic¨ªa, adem¨¢s del arresto de otros cuatro miembros de la banda, los servicios antiterroristas desarrollaron en los siguientes meses varias operaciones en Galicia, Madrid y Barcelona que concluyen con el arresto de 158 etarras, entre ellos siete de los diez integrantes de la c¨²pula etarra. "La banda pecaba entonces de cierta ingenuidad para captar a sus integrantes. Aquel fue el primer gran golpe y afect¨® a su estructura fuera del Pa¨ªs Vasco", destaca un experto antiterrorista.
Los misiles de Sokoa. En noviembre de 1986, era localizado en la f¨¢brica de muebles Sokoa, en Hendaya, el mayor arsenal de ETA descubierto hasta entonces. Un veterano agente asegura que su relevancia no estuvo tanto en el material incautado, como en el desarrollo de la operaci¨®n policial. "Se utilizaron sofisticados medios t¨¦cnicos para la ¨¦poca facilitados por la CIA", destaca. En concreto, un radiotransmisor que se instal¨® en los misiles que los servicios antiterroristas hicieron llegar a la organizaci¨®n terrorista a trav¨¦s del mercado negro de armas. El objetivo era seguir el rastro de estas armas hasta el comando Madrid, el m¨¢s activo de la organizaci¨®n. Sin embargo, el temor a que las balizas ¨Ccuya se?al comenz¨® a debilitarse¨C dejaran de funcionar, precipit¨® el registro. Fueron detenidos seis miembros de ETA, se intervinieron armas y, sobre todo, abundante documentaci¨®n del aparato financiero.
La ca¨ªda de Bidart. Con los Juegos Ol¨ªmpicos de Barcelona y la Expo de Sevilla en el horizonte, en marzo de 1992 fue descabezada la c¨²pula de ETA. En un chal¨¦ de la localidad vascofrancesa de Bidart fueron detenidos Francisco M¨²gica Garmendia, Pakito; Jos¨¦ Luis ?lvarez Santacristina, Txelis, y Jos¨¦ Arregi Erostarbe, Fiti. La investigaci¨®n arranc¨® en diciembre de 1991 al detectar la Guardia Civil los primeros pasos para organizar la fuga de varios de sus presos, recluidos en la c¨¢rcel de Oca?a. El seguimiento de uno de los que iba a participar en la huida llev¨® a los agentes hasta la localidad francesa de Gu¨¦thary, donde se localiz¨® a Txelis. La estrecha vigilancia al entonces jefe del aparato pol¨ªtico permiti¨® detectar la celebraci¨®n de una reuni¨®n. Cuando la Polic¨ªa francesa asalt¨® el caser¨ªo donde se celebraba, encontraron a Fiti ¨Cque intent¨® escapar con una placa falsa de polic¨ªa- a Txelis y a Pakito, estos dos ¨²ltimos mientras se deshac¨ªan de documentaci¨®n en el inodoro. "Por primera vez ETA se vio vulnerable", coinciden en destacar mandos de la Polic¨ªa y la Guardia Civil.
El frustrado atentado al Rey. Solo hab¨ªan pasado cuatro meses del atentado fallido contra el entonces l¨ªder de la oposici¨®n, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, cuando la Polic¨ªa frustraba en agosto de 1995 el intento de asesinato del rey Juan Carlos I. "Nunca antes ETA hab¨ªa apuntado tan arriba contra el Estado", recuerda un polic¨ªa. La organizaci¨®n hab¨ªa dedicado dos a?os a preparar el atentado propuesto por uno de sus veteranos militantes, Juan Jos¨¦ Rego, al que facilit¨® un rifle con mira telesc¨®pica y dinero para alquilar un barco en Antibes (Francia) con el que ¨¦l y los otros dos miembros del comando se desplazaran a Mallorca. En la isla, los tres etarras vigilaron los movimientos del yate Fortuna y de la familia real desde un piso situado frente al Club N¨¢utico de Palma y llegaron a tener a tiro al Rey en varias ocasiones. La Polic¨ªa Nacional, que hab¨ªa recibido una informaci¨®n sobre la posible llegada a las islas de terroristas en un velero con casco negro, consigui¨® localizar el barco en el puerto de Alc¨²dia. Tras identificar a los etarras gracias a las huellas dactilares extra¨ªdas de un vaso utilizado por uno en un bar, fueron detenidos el 8 de agosto.
El fin del secuestro m¨¢s largo. El 1 de julio de 1997, la Guardia Civil puso punto final al secuestro m¨¢s largo de ETA, el del funcionario de prisiones Jos¨¦ Antonio Ortega Lara. La pista que permiti¨® iniciar la investigaci¨®n que llev¨® hasta el zulo de una nave industrial de Mondrag¨®n (Guip¨²zcoa) donde Ortega Lara estuvo retenido 532 d¨ªas fue el hallazgo en poder de varios dirigentes de la banda de notas en las que se repet¨ªan las siglas ¡®BOL¡¯, una de ellas junto a la palabra ¡°Ortega¡±. La Guardia Civil analiz¨® miles de documentos para determinar qu¨¦ se escond¨ªa detr¨¢s de esas tres letras, hasta centrar los esfuerzos en Josu Uribetxeberria Bolinaga, simpatizante de la banda. Su seguimiento llev¨® a los agentes a la nave, donde los agentes observaron como Bolinaga y los otros integrantes de su comando acud¨ªan todas las semanas con bolsas de comida. A las cuatro de la madrugada del 1 de julio, la Guardia Civil los deten¨ªa e iniciaba el registro del local. Tard¨® horas en descubrir el ingenio hidr¨¢ulico que daba acceso al zulo donde reten¨ªan al funcionario. "No solo se liber¨® a una victima. Tambi¨¦n se puso fin a un chantaje al Estado de casi dos a?os", afirma un agente que particip¨® en la investigaci¨®n.
El cierre de ¡®Egin¡¯. En 1998, la Polic¨ªa Nacional cambi¨® parte de la estrategia de la lucha contra ETA. Hasta ese momento, el objetivo principal de la actuaci¨®n de las Fuerzas de Seguridad del Estado era la desarticulaci¨®n de comandos para evitar atentados. A partir de aquel momento, los investigadores dirigieron parte de sus esfuerzos hacia las organizaciones del entorno de la banda, a cuyas ¨®rdenes sospechaban que estaban. En pocos meses, la polic¨ªa desarroll¨® dos operativos contra estas. La primera, desarrollada en mayo bajo el nombre de Operaci¨®n Kaseco, concluy¨® con la detenci¨®n de una decena de personas implicadas en una trama empresarial de la Koordinadora Abertzale Sozialista (KAS). Mes y medio despu¨¦s, eran arrestados en la Operaci¨®n Persiana una quincena de responsables del diario Egin, que fue cerrado. "Tocar su estructura legal fue clave para poner a la organizaci¨®n contra las cuerdas", insisten fuentes policiales. Tras estas dos vinieron otras muchas como las Operaciones Estaca de Bares, Ugao o Itzali
La pareja m¨¢s buscada. El 3 de octubre de 2004, la Polic¨ªa francesa deten¨ªa en la localidad de Salies de Bearn a Mikel Albisu, Mikel Antza, y su compa?era, Soledad Iparragirre, Anboto, considerados m¨¢ximos responsables de la banda. El operativo, que se sald¨® con la detenci¨®n de 28 personas a un lado y otro de la frontera, permiti¨® tambi¨¦n desmantelar cinco dep¨®sitos de armas con m¨¢s de 1.100 kilos de explosivo y dos misiles tierra-aire, adem¨¢s de subfusiles, pistolas, rev¨®lveres, munici¨®n y detonadores. La operaci¨®n se hab¨ªa iniciado cuatro a?os antes, durante los seguimientos a Ignacio Gracia Arregi, I?aki de Renter¨ªa, un veterano dirigente de la organizaci¨®n al que se le vio acudir dos d¨ªas seguidos a una vivienda aislada del sur de Francia. La casa fue sometida a vigilancias espor¨¢dicas durante esos a?os, sin que se pudiera averiguar qui¨¦nes eran sus moradores. Pese a ello, los agentes la incluyeron entre los lugares a registrar dentro de la Operaci¨®n Santuario. Al entrar descubrieron que all¨ª se ocultaban Mikel Antza y Anboto, con su hijo de siete a?os. "Fue el gran golpe contra ETA", se?alan fuentes consultadas.
El ¨²ltimo gran jefe de la banda. En mayo de 2010 era detenido en Bayona (Francia) Mikel Karrera Sarobe, alias Ata, jefe del aparato militar de ETA. Considerado como un duro entre los duros, su r¨¢pido ascenso a la c¨²spide de la organizaci¨®n se produjo tras la ca¨ªda en noviembre y diciembre de 2008 de sus antecesores, Garikoitz Aspiazu, Txeroki, y Aitzol Iriondo, Gurbitz. Para entonces, ya era se?alado como el autor material del asesinato de dos guardias civiles en el sur de Francia. Como m¨¢ximo cabecilla, se le adjudica el ¨²ltimo crimen de ETA, el del polic¨ªa franc¨¦s Jean-Serge N¨¦rin. La investigaci¨®n que provoc¨® su ca¨ªda arranc¨® tras interceptar la Guardia Civil una furgoneta en Zamora que hab¨ªa sido alquilada con un DNI falso en el que figuraba una foto suya y que, a su vez, se hab¨ªa utilizado para abrir una cuenta en Francia con tarjeta de cr¨¦dito. El rastro de esta permiti¨® delimitar la zona en la que presuntamente se mov¨ªa y detectar colaboradores. El control sobre uno permiti¨® localizar la vivienda en la que se ocultaba. "Fue el ¨²ltimo jefe carism¨¢tico de ETA. Cuando lo detuvimos, supimos que hab¨ªamos acabado con la banda", rememora un mando de la Guardia Civil. A?o y medio despu¨¦s, tres encapuchados anunciaban el cese definitivo de ETA.
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