Las trampas ling¨¹¨ªsticas de ETA
El texto de su ¨²ltimo comunicado invita a incluir la violencia de la banda en otra violencia general
El comunicado de ETA constituye un avance en su vocabulario, porque antes no figuraban en ¨¦l palabras, locuciones, oraciones o sintagmas como ¡°reconocer¡±, ¡°provocar dolor¡±, ¡°respeto a los muertos y a las v¨ªctimas¡±, ¡°sufrimiento originado¡±, ¡°lo sentimos de veras¡±, ¡°pedimos perd¨®n¡±. Pero eso no significa que su lenguaje haya dejado de ser tramposo.
Se hace a continuaci¨®n un an¨¢lisis cr¨ªtico de ese texto.
Ret¨®ricas pol¨ªticas. ETA utiliza en su texto un lenguaje ling¨¹¨ªsticamente pol¨ªtico. Cae en f¨®rmulas ret¨®ricas y estiramientos ineficaces que est¨¢n presentes en todos los partidos como una especie de dialecto que distingue el habla de los pol¨ªticos respecto de aquella que usan los ciudadanos: ¡°ETA quiere reconocer¡± en lugar de ¡°ETA reconoce¡±; ¡°en el transcurso de¡± en vez de ¡°durante¡±; ¡°ETA quiere mostrar su compromiso¡± en lugar de ¡°se compromete¡±; ¡°no debi¨® prologarse tanto en el tiempo¡± en vez de ¡°no debi¨® durar tanto¡±; ¡°desde la honestidad y el pleno respeto¡± y no ¡°con honestidad y pleno respeto¡±.
Incluso quienes sostienen posturas ajenas al sistema pol¨ªtico imitan sin rubor el lenguaje del propio sistema, generalmente vacuo y lleno de palabras prescindibles.
Eufemismos. El comunicado evita una vez m¨¢s palabras como ¡°atentados¡±, ¡°terrorismo¡±, ¡°asesinato¡±..., para usar en su lugar ¡°acciones¡±, ¡°lucha armada¡±, ¡°las consecuencias del conflicto¡±, ¡°trayectoria armada¡±. En eso no se ha producido ning¨²n cambio.
Manipulaciones. ETA se sigue autodenominando una organizaci¨®n ¡°de liberaci¨®n nacional¡±. Asume que es separatista, pero no acude a esa expresi¨®n porque no desea poner el foco sobre el hecho de que pretenda escindir el Pa¨ªs Vasco de Espa?a, sino sobre una supuesta ocupaci¨®n de la que Euskadi debe defenderse.
Ocultamientos. La t¨¦cnica m¨¢s actual de la manipulaci¨®n consiste en el ocultamiento o el silenciamiento de datos, de modo que se ofrece s¨®lo una parte de la realidad con la esperanza de que el receptor no sea capaz de reconstruir el resto, o al menos se le dificulte ese acceso.
Eso sucede por ejemplo en estos dos pasajes:
¡ª ¡°Las generaciones posteriores al bombardeo de Gernika heredamos aquella violencia y aquel lamento¡±.
La autoexculpaci¨®n o la referencia a causas ajenas a la voluntad de quien mata se plasma con toda claridad en esa frase, que juega tambi¨¦n con la t¨¦cnica de la ocultaci¨®n parcial. El bombardeo de Gernika constituy¨® una de las mayores muestras de crueldad humana, pero Gernika no fue la ¨²nica localidad bombardeada en la Guerra Civil. Justificar la existencia de ETA en la ¡°herencia¡± de aquel bombardeo choca con el hecho de que no se crearon movimientos terroristas en otras zonas arrasadas igualmente por el franquismo; y tambi¨¦n con la circunstancia de que entre aquel crimen de guerra y el nacimiento de ETA mediaron m¨¢s de veinte a?os.
¡ª ¡°En estas d¨¦cadas se ha padecido mucho en nuestro pueblo¡±.
Ese uso del verbo en forma impersonal evita especificar un sujeto. La oraci¨®n siguiente s¨ª habla de ¡°muertos, heridos, torturados, secuestrados o personas que se han visto obligadas a huir al extranjero¡±. Pero, tal como se construye el discurso, ¨¦ste conduce a la inferencia de que es el pueblo vasco el que ha sufrido; y no otro. Y ha sufrido ¡°el pueblo¡± por sus muertos, sus heridos, torturados y secuestrados; sin que aparezca en el esp¨ªritu del mensaje el sufrimiento propiamente de las personas que padecieron muerte, heridas, torturas o secuestros, ya sean vascas o no.
Es una despersonalizaci¨®n habitual en el lenguaje de ETA (por ejemplo, cuando asum¨ªa el atentado ¡°contra un cuartel de la Guardia Civil¡±, evitando referirse a quienes se hallaban dentro). Al mismo tiempo, la enumeraci¨®n citada invita a incluir la violencia de ETA como parte de una violencia m¨¢s general. A eso contribuye la palabra ¡°torturados¡±, que la banda atribuye a sus miembros, mientras que no ha asumido nunca como torturas la privaci¨®n de libertad y las penosidades que ella impuso a sus secuestrados. Del mismo modo, ¡°personas que se han visto obligadas a huir al extranjero¡± es un sintagma destinado exclusivamente a la cuota de sufrimiento de ETA, pues ¡°el extranjero¡± es donde se escondieron los etarras, mientras que los exiliados vascos a quienes persegu¨ªa ETA se marcharon a vivir generalmente a otras zonas de Espa?a, desde cuya perspectiva jam¨¢s se podr¨ªa pensar que se fueron ¡°al extranjero¡±.
De ese modo, los t¨¦rminos ¡°muertos¡±, ¡°heridos¡± y ¡°secuestrados¡± se pueden adjudicar tanto a los delitos de ETA como a los cometidos por los GAL, organizaci¨®n terrorista en la que participaron en los a?os ochenta diversos cargos del Ministerio del Interior que luego fueron condenados por ello. Pero en el lenguaje y la perspectiva de ETA, las dem¨¢s palabras de la enumeraci¨®n (¡°torturados¡±, ¡°personas que se han visto obligadas a huir al extranjero¡±) no se usan como asunci¨®n, sino como acusaci¨®n. Y todo ello contribuye a dibujar una falsa simetr¨ªa.
Dos partes iguales. La organizaci¨®n terrorista no ha renunciado a su disparatada visi¨®n del mundo. Vuelve a equiparar sus asesinatos con la actuaci¨®n de ¡°las fuerzas del Estado y de las fuerzas autonomistas que han actuado conjuntamente¡± con acciones ¡°totalmente injustas¡±. Y esas fuerzas del orden utilizaban ¡°el disfraz de la ley¡±. As¨ª, los jueces, la Ertzaintza o las fuerzas policiales del Estado no representaban a la ley, sino que vest¨ªan su disfraz y por tanto se hallaban fuera de ella.
ETA sigue representando, pues, un conflicto entre dos partes iguales enfrentadas entre s¨ª; y no el desatado por la actuaci¨®n de un grupo terrorista contra la legalidad. Por eso dice: ¡°Reconozcamos todos la responsabilidad contra¨ªda y el da?o causado¡±. Y m¨¢s adelante: ¡°Todos deber¨ªamos reconocer, con respeto, el sufrimiento padecido por los dem¨¢s¡±. Y con ese ¡°todos¡± usado en ambas ocasiones, ETA parece equipararse con quienes sufr¨ªan su violencia y se defend¨ªan de ella Constituci¨®n en mano.
Atenuaciones. Da la sensaci¨®n de que a cada frase donde ETA reconoce su culpa le debe seguir otra en la que ¨¦sta queda contradicha, o se aten¨²a, o se suprime o se proyecta sobre la responsabilidad de un tercero.
Por ejemplo, en este fragmento: ¡°ETA reconoce la responsabilidad directa que ha adquirido en ese dolor, y desea manifestar que nada de todo ello debi¨® producirse jam¨¢s o que no debi¨® prolongarse tanto en el tiempo¡±. Se lee ah¨ª por un lado la afirmaci¨®n de que los atentados no debieron producirse jam¨¢s, y a continuaci¨®n se dice que en realidad no debieron durar tanto. La presencia contundente de la palabra ¡°jam¨¢s¡± queda arruinada por ¡°no debi¨® prolongarse tanto en el tiempo¡±, lo cual constituye una contradicci¨®n.
Lo mismo sucede cuando el comunicado se?ala: ¡°Ojal¨¢ nada de eso hubiese ocurrido, ojal¨¢ la libertad y la paz hubiesen echado ra¨ªces en Euskal Herria hace mucho tiempo¡±. De tal forma, el noble deseo de que no se hubieran producido nunca asesinatos se vincula con la condici¨®n necesaria de que antes reinaran ¡°la paz y la libertad¡±, en una nueva visi¨®n distorsionada de la Euskadi democr¨¢tica, cuya paz y cuya libertad eran puestas en peligro precisamente por ETA.
As¨ª pues, el terrorismo continu¨® tantos a?os porque ¡°este conflicto pol¨ªtico e hist¨®rico deb¨ªa contar con una soluci¨®n democr¨¢tica justa¡± que no se daba. De nuevo, el pretexto sigue a la declaraci¨®n de perd¨®n.
Pero la psicolog¨ªa de quien redacta el comunicado queda m¨¢s desnuda quiz¨¢ con una locuci¨®n de tres palabras: ¡°Un sufrimiento desmedido¡±, dice el texto al retratar el dolor causado. Es decir, un sufrimiento ¡°desproporcionado, falto de medida¡±. Eso permite deducir que en la mente de quien lo escribi¨® s¨ª cab¨ªa un sufrimiento proporcionado; y que, en definitiva, lo que le pas¨® a ETA es que se excedi¨® en la dosis.
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