Las tomas de contacto acabaron en fracaso
Todos los presidentes trataron de conseguir que ETA abandonara la violencia, pero el intento siempre se trunc¨®
Todos lo intentaron y todos fracasaron. Desde la Transici¨®n hasta el 2011 hubo en Espa?a intentos, formales y oficiosos, para conseguir que ETA dejara de matar. Sin contrapartidas. El di¨¢logo termin¨® abruptamente en todos los casos y siempre fue ETA quien rompi¨® al constatar que, del otro lado de la mesa, los representantes del Gobierno solo quer¨ªan negociar la entrega de armas.
Aunque hay apreciaciones diferentes sobre hasta d¨®nde lleg¨® cada Gobierno en su di¨¢logo con ETA, en la hora final, cuando se ha producido la disoluci¨®n de la banda terrorista, hay conclusiones coincidentes en los dos partidos que han gobernado Espa?a durante la democracia, el PSOE y el PP. Nunca se permiti¨® discutir sobre la unidad de Espa?a; no se acept¨® hablar de la incorporaci¨®n de Navarra al Pa¨ªs Vasco, del derecho de autodeterminaci¨®n y de la derogaci¨®n de la Ley de Partidos. Todo esto s¨ª lo plante¨® ETA.
En los cuatro intentos de acabar con la violencia, el modo de operar fue diferente; aunque los expertos hablan de ¡°tres m¨¢s uno¡±, ya que el cuarto lo protagonizaron los nacionalistas con la izquierda abertzale en el llamado Pacto de Estella (1998).
Durante 1980, el presidente Adolfo Su¨¢rez autoriz¨® a su ministro del Interior, Juan Jos¨¦ Ros¨®n, que explorara la divisi¨®n de la banda que termin¨® con la ruptura entre la ETA militar y la pol¨ªtica; esta ¨²ltima se integr¨® en Euskadiko Ezkerra y hubo reinserci¨®n de sus presos propiciada por el Gobierno de UCD.
Muy avanzadas estuvieron las negociaciones autorizadas por el presidente socialista Felipe Gonz¨¢lez (1989) en las que hubo pol¨ªticos al frente. Rafael Vera, secretario de Estado de Seguridad, y Juan Manuel Eguiagaray, entonces delegado del Gobierno en Murcia. En la segunda fase de la negociaci¨®n, o di¨¢logo, ya con el Gobierno del PP presidido por Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, tambi¨¦n hubo pol¨ªticos. Javier Zarzalejos, secretario general de la Presidencia; Ricardo Mart¨ªn Flux¨¢, secretario de Estado de Seguridad y Pedro Arriola, asesor del Presidente.
Negociadores sin cargos
En la ¨²ltima, con el presidente socialista Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero y Alfredo P¨¦rez Rubalcaba como ministro del Interior (2006), se eligi¨® a interlocutores sin cargos institucionales para no involucrar a una autoridad del Estado. Jes¨²s Eguiguren, dirigente socialista vasco; Javier Moscoso, ex fiscal general del Estado, y el abogado Jos¨¦ Manuel G¨®mez Ben¨ªtez fueron los elegidos. Con este esquema, los cuerpos de seguridad pod¨ªan mantener su tarea de detenci¨®n de los terroristas sin comprometer a ninguna autoridad del Estado, explican quienes conocieron de primera mano lo que ocurri¨®.
¡°Nunca pasaron de los proleg¨®menos, ETA siempre rompi¨® el di¨¢logo¡±, se?alan actores de las distintas etapas. Durante las mismas no siempre prim¨® la unidad de las fuerzas pol¨ªticas. En este ¨¢mbito, los socialistas sienten que el PP en la oposici¨®n fue muy duro con los Gobiernos de Felipe Gonz¨¢lez y, a¨²n mucho m¨¢s, con el de Zapatero. El ¨²nico acercamiento de presos a c¨¢rceles vascas se produjo con Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar en la presidencia, y no hubo reproches. La banda segu¨ªa su camino de muerte aunque con multitud de detenciones hasta llegar a ¡°la tregua total e indefinida de 1998¡± que ETA declar¨® unilateralmente lo que hizo que el presidente Aznar autorizara a comprobar si hab¨ªa voluntad de abandonar las armas. Hubo acercamiento de presos al Pa¨ªs Vasco, pero ETA quer¨ªa negociaciones pol¨ªticas y ante la negativa de Aznar rompi¨® la tregua en noviembre de 1999.
En 2006, con Rodr¨ªguez Zapatero en la presidencia, la banda terrorista anunci¨® ¡°un alto el fuego permanente¡±. Pero el di¨¢logo termin¨® de la peor manera posible ya que la banda puso una bomba en la Terminal 4 del aeropuerto de Barajas que mat¨® a dos personas. A partir de ah¨ª, ya no hubo posibilidad de di¨¢logo. Es ETA la que pone fin a sus d¨ªas despu¨¦s de verse acosada permanentemente por las fuerzas de seguridad. La disoluci¨®n ha llegado con un Gobierno del PP y es su presidente, Mariano Rajoy, el que escribir¨¢ que no hubo concesiones, como ayer enfatiz¨®, aunque tendr¨¢ que hacer frente a quienes consideran que las hubo porque la izquierda abertzalese presenta a las elecciones, lo que ocurri¨® porque as¨ª lo autorizaron los tribunales, algo que no convence a las asociaciones de las v¨ªctimas. Pero, ahora s¨ª, el PP y el PSOE caminar¨¢n juntos para escribir que el Estado nunca ha cedido ante los terroristas.
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