A la caza de un ped¨®filo en la ¡®deep web¡¯
As¨ª lucha contra la pornograf¨ªa infantil el equipo de delitos tecnol¨®gicos de la Guardia Civil
En junio de 2017 tuvo lugar una pelea en las inmediaciones de un colegio en Granada. No hay muchos m¨¢s datos. S¨ª se sabe que un joven de 26 a?os, que se vio envuelto en ella, perdi¨® el tel¨¦fono m¨®vil en su huida. Un hombre lo encontr¨® horas despu¨¦s. Se trataba de un m¨®vil sin tarjeta telef¨®nica ni c¨®digo de desbloqueo, as¨ª que esta persona entr¨® en ¨¦l para buscar alg¨²n n¨²mero al que poder llamar para contactar al propietario. Lo que se encontr¨® fue una galer¨ªa de im¨¢genes de ni?os desnudos de todas las edades, de seis meses en adelante; im¨¢genes en algunos casos aberrantes, como afirman los investigadores que contabilizaron los archivos: 63.000 fotograf¨ªas de menores.
La persona que encontr¨® el dispositivo, vecino del pueblo de Armilla, dej¨® el m¨®vil en el cuartel de la Guardia Civil. Desde all¨ª fue enviado al Equipo de Delitos Tecnol¨®gicos (Edite) de la Unidad Org¨¢nica de Polic¨ªa Judicial de la Guardia Civil. Y sus cuatro integrantes, que han hablado con EL PA?S, comenzaron entonces una operaci¨®n (Operaci¨®n Darkto, de dark to, ¡°va hacia la oscuridad¡±) hasta desentra?ar el misterio sin ninguna pista del propietario.
Ten¨ªan claro, eso s¨ª, d¨®nde desplegar el dispositivo: la deep web, la Internet profunda, el contenido de la red no indexado por los motores de b¨²squeda. El lugar virtual en el que, entre otros delitos, se puede encontrar tr¨¢fico de ¨®rganos, ofrecimiento de sicarios, compraventa de drogas, intercambio de pornograf¨ªa infantil, manuales sobre c¨®mo fabricar explosivos, armas o munici¨®n¡ ¡°Cualquier tipo de delito que se pueda uno imaginar, lo encuentra¡±, dicen los agentes de la Edite.
El equipo, tras una solicitud al juzgado para hacer un volcado del tel¨¦fono, extrajo los datos y clon¨® el m¨®vil. Bit a bit se traslad¨® toda la informaci¨®n a un archivo externo mediante un dispositivo que se llama UFED [Universal Forensic Extraction Device]. ¡°Eso nos da la preservaci¨®n de la prueba para que no haya ninguna modificaci¨®n ni anterior ni posterior a la investigaci¨®n. Queda constancia de que se preserva la prueba tal y como est¨¢¡±, cuenta El¨ªas (nombre ficticio).
Los agentes de la Guardia Civil empezaron a trabajar con esa r¨¦plica del m¨®vil. Y se dirigieron a la Internet profunda, el ¨²nico lugar en el que pod¨ªan desentra?ar datos que llevasen a ¨¦l. Para ello se necesita que alguien les d¨¦ autorizaci¨®n. ¡°No es que llegues t¨² de primeras y te metas. Va boca a boca. Es que no hay nada indexado en la deep web. No hay un buscador que diga: ¡®Armas¡¯ y te d¨¦ un listado de p¨¢ginas. Es todo muy siniestro, muy selectivo¡±, explican. Una de las formas que hay para trabajar en esta red es mediante el agente inform¨¢tico encubierto. Y, en cualquier caso, la privacidad es fundamental. ¡°Si entras tienes que hacerlo con seguridad; si no, est¨¢s frito. All¨ª nadie es quien dice ser ni nada es lo que parece ser. Te crees que est¨¢s comprando armas y a lo mejor has dado con un hacker que mientras te tiene entretenido te est¨¢ sacando informaci¨®n, datos, tu IP; de tu ordenador te ha sacado todas las fotograf¨ªas y toda tu vida para luego venderla all¨ª mismo¡±.
Despu¨¦s de varios meses de trabajo en la deep web, visitando foros con el material requisado e infiltr¨¢ndose en el submundo de la pornograf¨ªa infantil, el equipo de la Edite reuni¨® datos suficientes para identificar al propietario del tel¨¦fono perdido. Hab¨ªan dado con un dominio en el que se almacenaban miles de archivos de pornograf¨ªa infantil que ¨¦l intercambiaba con otras personas. A partir de ah¨ª tiraron del hilo.
Lo detuvieron hace un mes en Granada. Llamaron a la puerta de su piso. Una familia de clase media, trabajadora, humilde. ¡°Est¨¢n muy afectados¡±, dicen los agentes. El chico viv¨ªa con sus padres. La Edite le intervino varios equipos inform¨¢ticos con m¨¢s archivos de contenido ped¨®filo e investigaron en el material intervenido si hab¨ªa m¨¢s personas vinculadas a su actividad.
Con el C¨®digo Penal nuevo, la simple pretensi¨®n de quedar con un menor, sin llegar a quedar, es tentativa de delito. Las penas por almacenar material pornogr¨¢fico infantil var¨ªan de la tenencia a la tenencia y distribuci¨®n y a la producci¨®n. La pena por tenencia y distribuci¨®n, en los casos sin agravantes, es de entre cinco y nueve a?os. No hay pruebas, sin embargo, de que el detenido distribuyese, por lo que se enfrentar¨ªa a un m¨¢ximo de seis a?os de prisi¨®n.
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