V¨¢yase, se?or PP
Lo que ocurre en el Partido Popular es incompatible con las palabras que quienes est¨¢n o han estado en el Gobierno han dicho sobre la corrupci¨®n de s¨ª mismos o de los otros
Javier Arenas, el hombre que reun¨ªa a los periodistas al bajarse del Ave, bajo el sol ardiente de Sevilla, aquellos viernes en que volv¨ªa a la capital andaluza despu¨¦s de agotadoras jornadas de gobierno o de partido, tiene dichas algunas cosas que ahora martillean sobre su cabeza y las cabezas de los suyos, desde Mariano Rajoy a Fernando Mart¨ªnez Ma¨ªllo o el bien histri¨®nico, y desorientado, portavoz del Congreso, Rafael Hernando.
En aquellas comparecencias que desafiaban la intemperie, y de las que los periodistas obten¨ªan poco r¨¦dito, el frecuente azote de los malandares ajenos se mostraba contento de s¨ª mismo y de su partido. Cuando empezaron a sonar los clarines que presum¨ªan maldades propias, en el partido y en sus alrededores, aquel Arenas ufano y campe¨®n dio un discurso mayor, una alharaca, en la que dijo algo que era eco de lo que tambi¨¦n dec¨ªa Rajoy y de lo que ahora, pese al diluvio de G¨¹rtel, dice su compa?ero Ma¨ªllo: que el PP es incompatible con la corrupci¨®n.
El PP ser¨¢ incompatible con lo que quieran los arenas que a lo largo del tiempo han practicado la teor¨ªa de la comparaci¨®n para quitarse caspa de encima. Pero la justicia, ampar¨¢ndose en palabras de la Fiscal¨ªa, ha decretado lo contrario: no s¨®lo que es compatible con la corrupci¨®n el partido que ahora gobierna Espa?a sino que Mariano Rajoy es un presidente literalmente incre¨ªble. Fue Rajoy quien dijo que esto que ha terminado siendo una tormenta judicial era ¡°una trama contra el PP¡±, expresi¨®n que luego le copiaron, con fortuna similar, otros miembros igualmente incre¨ªbles de su partido.
Antes de declarar a su partido incompatible con la corrupci¨®n, el adivino de Sevilla dijo, a principios de los a?os 90, en medio de la guerra que Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar arbitr¨® a su favor y en contra del PSOE, que ¨¦l se declaraba incompatible con el Ave, aquel invento al que ¨¦l y los suyos le atribuyeron corrupciones que dejaron en la miseria el prestigio de personas que luego fueron resarcidas por la misma justicia que ahora act¨²a contra el PP. Y ya ven qu¨¦ pasa con el Ave, tan tozudo en su ¨¦xito que hasta ha convencido a Javier Arenas para que lo use para ir y venir a su ciudad, ahora sin conferencias de prensa porque tampoco tiene ya tanto que contar.
La situaci¨®n es incompatible con el gobierno de la naci¨®n; es decir, no se puede gobernar as¨ª, sobreviviendo a peligrosas mentiras que el tiempo (y la justicia) se han encargado de poner de manifiesto. No era verdad lo que dec¨ªa Arenas a pie de Ave, no era verdad lo que dec¨ªa Rajoy, y lo peor es que tanto ellos como los que hicieron coro a aquella expresi¨®n, ¡°es una trama contra el PP¡±, lo sab¨ªan.
Lo que ocurre en el Partido Popular es incompatible con las palabras que quienes est¨¢n o han estado en el Gobierno han dicho sobre la corrupci¨®n de s¨ª mismos o de los otros. Ahora mismo hay sobre la mesa m¨¢s culpas propias que aquellas sobre las que Aznar alzaba su estatura para proclamar en el hemiciclo aquel ¡°V¨¢yase, se?or Gonz¨¢lez¡±. De modo que hasta el PP tendr¨ªa hoy que gritar ¡°V¨¢yase, se?or PP¡±.
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