La vicepresidenta encadenada al presidente
Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa consolid¨® la delegaci¨®n de poder de Rajoy, pero se granje¨® numerosos adversarios
No todo ha sido saborear las mieles del poder para Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa. Su imagen ha estado envuelta durante los ¨²ltimos seis a?os y medio en una aureola de poder y, pese a alguna exageraci¨®n, s¨ª atesor¨® una gran capacidad de incidir en casi todos los aspectos de la vida nacional. Siempre por delegaci¨®n del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, pero el poder lo ha tenido.
No siempre fue as¨ª. Esa delegaci¨®n se la dio en 2008 al nombrarla portavoz del grupo parlamentario con 37 a?os. ¡°La ni?a¡± le dec¨ªan con tono no muy cari?oso muchos diputados del Grupo Popular que no entendieron el porqu¨¦ de esa decisi¨®n de Rajoy de darle nada menos que la voz y el mando de portavoz en el Congreso, que es el de m¨¢s relevancia cuando se est¨¢ en la oposici¨®n. De ese tiempo, tanto diputados del PSOE, entonces en el Gobierno, como de otros grupos, especialmente nacionalistas, recuerdan el menosprecio de sectores de su propio grupo. Pero su capacidad de trabajo, su fluida oratoria y su arrojo para no escabullirse de los problemas encandilaron a¨²n m¨¢s a Rajoy, que no dud¨® en nombrarla vicepresidenta del Gobierno cuando gan¨® las elecciones en 2011. En todos estos a?os ha hecho partidarios y detractores; unos, vinculados al sector de su rival Mar¨ªa Dolores de Cospedal, y otros, por s¨ª mismos. El control de la vicepresidenta, todav¨ªa en funciones, ha pretendido ser absoluto sobre las ¨¢reas m¨¢s sensibles y muchos aseguran haberse sentido vigilados. Ese control no pudo llegar a impedir que se celebraran concili¨¢bulos de conspiraci¨®n contra ella, aunque tarde o temprano acababa enter¨¢ndose de qui¨¦nes trataban de mermarle el apoyo del presidente.
¡°Se puso de perfil cuando vinieron los problemas de corrupci¨®n del partido¡±, le reprochan quienes quisieron tomarse la revancha cuando Rajoy la hizo ministra para Catalu?a. Fracas¨®, seg¨²n sus detractores, y volvi¨® a hacerlo al no manejar la informaci¨®n adecuada que condujo a Rajoy a pensar que el 1 de octubre no iba a haber urnas en Catalu?a.
Errores y aciertos
Ese episodio no tiene una versi¨®n un¨ªvoca porque son muchos los que socializan el error. Catalu?a fue la piedra de toque con la que sus adversarios internos se cebaron por alg¨²n tropiezo constitucional, como el varapalo del Consejo de Estado al negar al Gobierno la capacidad de impugnar algunas decisiones. Pero sus defensores no olvidan que Rajoy deleg¨® en ella todas las funciones que a ¨¦l le correspond¨ªan como presidente de la Generalitat al aplicar el 155. Si hubo tropiezos tambi¨¦n hubo aciertos que se tradujeron en la implacable marcha del Estado, activado por Santamar¨ªa, para hacer frente al independentismo. Estos dram¨¢ticos acontecimientos han contribuido a engrosar la lista de aliados y oponentes. No es sencillo medir el apoyo que puede tener esta abogada del Estado de 46 a?os para aspirar a estar entre los candidatos a presidir el PP. Esta es la impresi¨®n de veteranos dirigentes del PP que, no obstante, se inclinan por no situarla entre quienes pueden tener posibilidades. Tampoco hay evidencias rotundas de que se postule para la carrera. Su vinculaci¨®n a Rajoy puede serlo para siempre. Y ¨¦l se ha ido.
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