El momento de una nueva pol¨ªtica penitenciaria
El Gobierno de Zapatero ejecut¨® una pol¨ªtica activa de reinserci¨®n de presos y el PSOE la ha seguido defendiendo
Otra vez los caprichos del calendario han incitado al PP a trampear al atribuir al PSOE compromisos inexistentes con el nacionalismo a cambio de su apoyo a la moci¨®n de censura de S¨¢nchez. En este caso, referidos a la pol¨ªtica penitenciaria. Diez d¨ªas despu¨¦s de constituirse el Gobierno, el Parlamento vasco ha aprobado por un 85% ¡ªtodos menos el PP¡ª el acercamiento de presos de ETA a Euskadi y la reactivaci¨®n de la reinserci¨®n. Era fruto de un acuerdo de fines de abril, al hilo de la disoluci¨®n de ETA, materializado parlamentariamente esta semana. El acuerdo es, adem¨¢s, uno de los puntos del pacto de Gobierno PNV-PSE, suscrito en 2016. Nadie sospechaba entonces que S¨¢nchez censurar¨ªa a Rajoy.
Actualmente, hay 242 presos etarras en c¨¢rceles espa?olas, el 90% en primer grado y alejados de Euskadi. El Parlamento vasco opina que no tiene sentido aplicar la pol¨ªtica penitenciaria de la etapa antiterrorista, como el alejamiento de presos, cuando ETA ha desaparecido y una mayor¨ªa de reclusos asume la legalidad. Es m¨¢s. El Gobierno vasco mantuvo contactos informales con el de Rajoy hasta febrero y se emplazaron para revisar la pol¨ªtica penitenciaria cuando se consumara la disoluci¨®n. Lo ha impedido la ca¨ªda del Gobierno con la moci¨®n de censura.
El plan que el Gobierno PNV-PSE present¨® a Rajoy consist¨ªa en un cambio gradual. Primero, el acercamiento de los enfermos graves. Despu¨¦s los dem¨¢s, caso a caso, a c¨¢rceles hasta 250 kil¨®metros de Euskadi, siguiendo a Francia que ya lo ha hecho con el 30% de sus 50 presos. Y, finalmente, una pol¨ªtica individualizada de reinserci¨®n, con una aplicaci¨®n flexible de la ley.
Rajoy, que entend¨ªa la propuesta, admit¨ªa sentirse muy presionado por representantes politizados de algunas asociaciones de v¨ªctimas. Le reprochaban el incumplimiento de compromisos imposibles, como el mantenimiento de la Doctrina Parot y la ilegalizaci¨®n de Bildu, adquiridos cuando el PP, en la oposici¨®n al Gobierno de Zapatero, utiliz¨® a las asociaciones como arma movilizadora. Pero el nuevo Ejecutivo carece de ataduras. El Gobierno de Zapatero ejecut¨® una pol¨ªtica activa de reinserci¨®n de presos y el PSOE la ha seguido defendiendo.
El actual ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, impuls¨®, desde la Audiencia Nacional, la pol¨ªtica socialista de reinserci¨®n con autos de referencia y sus nombramientos ¡ªcomo Angel Ortiz, responsable de Instituciones Penitenciarias¡ª siguen esa estela. Como objetivo que fue de ETA sintoniza con las asociaciones. Puede ser el personaje id¨®neo para que el Gobierno impida que representantes politizados de estas marquen su pol¨ªtica penitenciaria como ha sucedido con el PP.
Al nuevo Gobierno le tocar¨¢ hacer pedagog¨ªa y aclarar que ETA no est¨¢ m¨¢s derrotada por aplicar a sus presos una pol¨ªtica penitenciaria inflexible. Fue derrotada por la democracia al disolverse sin lograr sus objetivos y esa es la base del relato que tendr¨¢ a las v¨ªctimas como protagonistas. El acercamiento de presos y una pol¨ªtica penitenciaria adaptada al tiempo sin terrorismo evitar¨ªa penalizar a sus familias, contribuir¨ªa a la convivencia y resaltar¨ªa la grandeza de la democracia sobre la miseria del terrorismo. Es el momento.
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