El juez De Prada: ¡°Mientras juzgaba G¨¹rtel sufr¨ª m¨¢s ataques que en toda mi carrera¡±
¡°Rajoy ten¨ªa la obligaci¨®n de decir la verdad¡±, asegura uno de los dos magistrados que dictaron la sentencia del caso que desencaden¨® la moci¨®n de censura de S¨¢nchez
En la primera entrevista concedida por Jos¨¦ Ricardo de Prada Solaesa (Madrid, 1957) desde que se hizo p¨²blica la primera sentencia del caso G¨¹rtel, este magistrado, uno de los dos que formaron la mayor¨ªa de la secci¨®n segunda de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional que dict¨® la resoluci¨®n ¡ªque declar¨® al Partido Popular responsable a t¨ªtulo lucrativo de una extensa y profunda trama de corrupci¨®n pol¨ªtica e institucional a trav¨¦s de su relaci¨®n con el Grupo Correa¡ª, habla sobre su impacto pol¨ªtico.
Como adalid de la justicia universal, De Prada fue uno de los magistrados que intervino en el caso Pinochet, declar¨® competente a Espa?a para perseguir delitos de lesa humanidad como genocidio o tortura en Chile y fue el ponente de la sentencia del militar argentino Adolfo Scilingo, condenado a 640 a?os de c¨¢rcel por un delito de lesa humanidad durante la dictadura. Ha formado parte de la sala de apelaciones de cr¨ªmenes de guerra de la Corte de Bosnia-Herzegovina en Sarajevo (2005-2008) y en estos momentos se encuentra en La Haya. Forma parte del tribunal que decidir¨¢ sobre la apelaci¨®n contra la sentencia que conden¨® a Radovan Karadzic por genocidio, cr¨ªmenes de lesa humanidad y cr¨ªmenes de guerra.
¡°La existencia de la caja b del PP es una conclusi¨®n un¨¢nime del tribunal¡±
Pregunta. ?Usted se imaginaba que esta sentencia del caso G¨¹rtel originar¨ªa un vuelco pol¨ªtico como el producido?
Respuesta. Por supuesto que no. El tribunal era plenamente consciente de la gravedad de las conclusiones a las que se llegaba en la sentencia, que afectaban de lleno al partido pol¨ªtico que estaba en el Gobierno, pero estas son el resultado de un trabajo muy serio y riguroso, de muchos a?os de investigaci¨®n policial, de una instrucci¨®n judicial realizada por jueces y fiscales muy competentes y de casi un a?o y medio de juicio con centenares de pruebas realizadas y seis meses de deliberaciones y arduo trabajo. Es verdad que el resultado social y pol¨ªtico producido es tremendo, pero va mucho m¨¢s all¨¢ de la sentencia. Corresponde al juego duro de la pol¨ªtica por el poder, y ni el tribunal que ha dictado la sentencia ni la sentencia misma tienen nada que ver.
¡°Rajoy ten¨ªa la obligaci¨®n de decir la verdad en el juicio¡±
P. Me imagino que no fue f¨¢cil llegar a dictar esa resoluci¨®n.
R. No lo fue en absoluto y no solo por las dificultades t¨¦cnicas. En el asunto G¨¹rtel ha habido siempre muchos obst¨¢culos.
P. ?A qu¨¦ se refiere?
R. Aunque la justicia como instituci¨®n pueda aparentar ser relativamente fuerte, los tribunales, y sobre todo los jueces, somos fr¨¢giles y vulnerables. Es muy f¨¢cil afectar a su buen funcionamiento. El caso G¨¹rtel no ha quedado fuera de los intentos de injerencias por parte de la pol¨ªtica.
P. ?Puede ser m¨¢s expl¨ªcito?
R. Tratar¨¦ de serlo. El juez que inici¨® las investigaciones [Baltasar Garz¨®n] fue inhabilitado durante 11 a?os por el Tribunal Supremo. Por otro lado, est¨¢n los distintos cambios de jueces de instrucci¨®n, en algunos casos no muy comprensibles. Y lo mismo ha sucedido con la composici¨®n de los tribunales de enjuiciamiento. Sin duda, es un asunto pol¨ªticamente muy sensible en el que los partidos pol¨ªticos se han empleado a fondo, y alguno incluso ha tratado de colocar a sus jueces m¨¢s pr¨®ximos. Y no me refiero a una simple afinidad ideol¨®gica, sino a claras vinculaciones, lo que los hac¨ªa a estas personas inid¨®neas para juzgar. Tambi¨¦n ha habido formas sutiles y menos sutiles de presi¨®n.
P. ?A usted le han presionado?
R. Nadie se ha dirigido a m¨ª pidi¨¦ndome que resolviera en uno u otro sentido, pero en los ¨²ltimos tres a?os, coincidiendo con G¨¹rtel, he sufrido m¨¢s ataques como juez desde la pol¨ªtica y desde los medios que secundan determinados planteamientos pol¨ªticos que en los otros casi treinta restantes que llevo trabajando como juez en la Audiencia Nacional. Y no solo yo, tambi¨¦n mi familia. Se ha utilizado cualquier pretexto para ello. Y ¨²nicamente mi asociaci¨®n profesional [Juezas y Jueces para la Democracia] ha salido en ocasiones en mi defensa. Desde luego, no el Consejo General del Poder Judicial [CGPJ], que en mi opini¨®n deber¨ªa haberlo hecho. Los jueces somos muy vulnerables y no podemos defendernos por nosotros mismos. El consejo deber¨ªa asumir esa funci¨®n, pero lamentablemente est¨¢ muy lejos de los jueces y act¨²a siguiendo los vaivenes de la pol¨ªtica.
P. Se ha criticado desde posiciones pol¨ªticas que la sentencia del caso G¨¹rtel contiene innecesarias referencias al PP o que se pronuncia sobre temas, como la caja b de dicho partido, que son objeto de otros procedimientos.
¡°El Consejo General del Poder Judicial est¨¢ muy lejos de los jueces¡±
R. No es cierto. La sentencia hace un esfuerzo por ser muy cuidadosa en las conclusiones que expone como hechos probados y apenas hace algunas someras referencias a las relaciones del Grupo Correa con el Partido Popular. Las imprescindibles para que el relato sea expresivo e inteligible. Se limita a dibujar un contexto en el que actuaba el Grupo Correa que, como usted comprender¨¢, no flotaba en el aire, como tampoco muchas de las personas que han resultado condenadas. No se trataba de meros casos de corrupci¨®n institucional aislada y era imprescindible ponerlo de manifiesto. Respecto de la existencia de la caja b en el PP, es una conclusi¨®n un¨¢nime del tribunal. Resultaba un antecedente imprescindible para justificar la condena de algunos de los acusados.
P. ?Era necesario cuestionar en la sentencia la credibilidad como testigo de Mariano Rajoy, presidente del Gobierno en aquel momento?
R. El tribunal valor¨® cuidadosamente ese tema y consider¨® que hacerlo respond¨ªa al normal funcionamiento de la justicia en una sociedad democr¨¢tica en la que todos los ciudadanos son iguales ante la ley. El tribunal necesariamente ha de valorar la credibilidad de todos los testigos que intervienen, y no exist¨ªa raz¨®n para excluir al testigo Mariano Rajoy si lo hac¨ªa con otros.
P. Cuando fue llamado como testigo era previsible cu¨¢l iba a ser su comportamiento procesal. ?Cree que ten¨ªa otra opci¨®n?
R. El tribunal durante el juicio trat¨® de dar la m¨¢xima normalidad posible a la declaraci¨®n de este testigo que ostentaba la presidencia del Gobierno ¡ªes decir, que era el m¨¢ximo representante de otro poder del Estado¡ª, pero al que no se le llamaba por eso, sino por su posible conocimiento sobre los hechos. Fue llamado a juicio como cualquier otro ciudadano y ¨²nicamente se le permiti¨® declarar en estrados por deferencia a su posici¨®n institucional, pero sin que ello significara ning¨²n privilegio. Ten¨ªa la obligaci¨®n, como cualquier otro ciudadano, de decir la verdad.
P. La sentencia declara la responsabilidad del PP ¨²nicamente como part¨ªcipe a t¨ªtulo lucrativo.
R. El Partido Popular fue condenado ¨²nicamente por lo que hab¨ªa sido objeto de acusaci¨®n. Por haberse beneficiado civilmente de una situaci¨®n delictiva. Nadie lo acusaba penalmente. Antes de la reforma del C¨®digo Penal de 2010 solo pod¨ªan delinquir personas f¨ªsicas, por lo que ninguna persona jur¨ªdica ni partido pol¨ªtico pod¨ªa ser responsable penalmente por lo que hubiera hecho antes de esa fecha. Nadie puede decir, por tanto, que el PP hubiera cometido alg¨²n delito antes de esa fecha. Otro tema distinto son los juicios pol¨ªticos o morales que se quieran o se puedan efectuar por su comportamiento o relaci¨®n acreditada con hechos o personas que s¨ª cometieron delitos y por haberse beneficiado con ello, pero este es un tema que trasciende a la justicia.
P. Hay otras piezas de la causa G¨¹rtel pendientes, algunas muy relevantes como la de los papeles de B¨¢rcenas o de la caja b del Partido Popular, en las que usted forma parte del tribunal de enjuiciamiento. ?Continuar¨¢ en ellas?
R. Me encuentro en este momento temporalmente en situaci¨®n de servicios especiales en la carrera judicial por formar parte como del tribunal internacional que est¨¢ resolviendo el recurso de apelaci¨®n contra la sentencia de Radovan Karadzic. Cuando se termine esta sentencia, lo que est¨¢ previsto para el mes de diciembre pr¨®ximo, me reincorporar¨¦ a la Audiencia Nacional. Espero, por tanto, seguir formando parte del tribunal que las juzgue.
P. En el pasado usted ha realizado pol¨¦micas declaraciones sobre la existencia de malos tratos y tortura policial, afirmando que no est¨¢n suficientemente combatidos por la justicia espa?ola.
R. He realizado afirmaciones en ese sentido en mis resoluciones cuando he constatado situaciones de ese tipo, y el Tribunal Supremo ha secundado mis apreciaciones e incluso ha anulado una sentencia por dicho motivo. El Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo ha afeado esa forma de actuar a los jueces y tribunales espa?oles en nada menos que ocho ocasiones. Es verdad que, p¨²blicamente, fuera de mi condici¨®n de juez, me he referido a esta situaci¨®n de forma general en alguna conferencia, pero nada m¨¢s. Eso me ha valido abusivos y desproporcionados ataques que creo que descalifican por s¨ª mismos a sus autores.
P. ?Le preocupan especialmente los derechos humanos?
R. S¨ª. Una de las cosas que pienso que deber¨ªa abordar con prioridad el nuevo Gobierno es la recuperaci¨®n del terreno perdido en materia de derechos humanos, y especialmente alguna forma de jurisdicci¨®n universal que permita devolver a Espa?a la posici¨®n perdida en esta materia para que pueda seguir cumpliendo con sus obligaciones internacionales. Ser¨ªa una magn¨ªfica noticia que el nuevo Gobierno socialista se impregnara de la ¨¦tica de los derechos humanos. Vivimos en un contexto internacional en el que cada d¨ªa es m¨¢s importante lo que hagan los Estados en la lucha contra la impunidad de los cr¨ªmenes internacionales. No vale como pretexto el que para eso est¨¢n los tribunales internacionales. Yo, que estoy dentro de ellos, soy consciente de sus carencias y debilidades.
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