La asesora de Cifuentes, se?alada ante la juez: presion¨® a las profesoras y sigui¨® la crisis en el despacho del rector

El papel de Mar¨ªa Teresa Feito, la asesora del Gobierno de Cristina Cifuentes, en el caso m¨¢ster fue mucho m¨¢s all¨¢ de lo que ella ha reconocido hasta ahora, seg¨²n se desprende de las declaraciones ante la jueza de imputados y testigos a las que ha tenido acceso EL PA?S. Tanto el rector, Javier Ramos, como Cecilia Rosado, la profesora que presuntamente falsific¨® el acta del trabajo de fin de m¨¢ster (TFM) de la expresidenta de Madrid, han relatado la presencia activa de la asesora durante la crisis e incluso presiones directas para solucionarla. "Me dijo que si no envi¨¢bamos el acta del TFM, Cifuentes nos iba a matar, no solo a nosotros sino tambi¨¦n al rector", declar¨® Rosado.

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El rector relat¨® a la jueza que la noche anterior a que saltara el esc¨¢ndalo ¡ªpublicado por eldiario.es el 21 de marzo a primera hora¡ª se fue a dormir muy tranquilo porque pensaba que se trataba de "otra tonter¨ªa m¨¢s de la universidad". De hecho, lleg¨® a su despacho bastante tarde, pasadas las nueve de la ma?ana. Cuando entr¨® ya encontr¨® all¨ª a Maite Feito esper¨¢ndole. Seg¨²n su declaraci¨®n, ella le tranquiliz¨® dici¨¦ndole que "todo era correcto y que se trataba de un ataque contra la presidenta". Ni siquiera hab¨ªan llegado a su despacho los responsables de comunicaci¨®n y prensa de la universidad.

En paralelo, incluso un poco antes, Feito ya estaba llamando a Cecilia Rosado, la profesora imputada del m¨¢ster de Cifuentes que firma como secretaria el acta presuntamente falsificada de defensa del TFM. "Me llam¨® sin parar todo el d¨ªa", le cont¨® Rosado a la jueza. A primera hora, el mensaje era bastante neutro. "El trabajo tiene que aparecer", asegura que le dec¨ªa, pero a medida que avanzaba la ma?ana fue cambiando. "Hay que hacer el trabajo", lleg¨® a ordenar, siempre seg¨²n Rosado, que a?adi¨®: "Me pidi¨® que le buscara bibliograf¨ªa".

A medida que avanza la ma?ana, al rector le va quedando clara la magnitud del esc¨¢ndalo y empieza a discutir con su gabinete de crisis qu¨¦ hacer, si dar explicaciones p¨²blicas en rueda de prensa o no. Seg¨²n su declaraci¨®n, Feito est¨¢ casi toda la ma?ana en su despacho o en la antesala donde trabajan sus secretarias. De hecho, Feito llega a usar el ordenador de una de ellas para imprimir el correo que manda Pablo Chico de la C¨¢mara, el profesor de la asignatura cuya nota fue cambiada posteriormente, en el que este declara que se hab¨ªa producido un error de transcripci¨®n en la nota y que se hab¨ªa corregido despu¨¦s.

Seg¨²n Ramos, es Feito la que le pone sobre la mesa del despacho las declaraciones firmadas de Chico de la C¨¢mara y de ?lvarez Conde donde aseguran que los cambios de nota de Cifuentes est¨¢n justificados. Otro colaborador del rector le advierte de que son firmas escaneadas y que los documentos no est¨¢n fechados, lo que les restaba validez jur¨ªdica, y Ramos ordena a las secretarias que redacten formalmente los escritos y que su conductor los lleve a los domicilios de ambos profesores para que los firmen.

A la presencia de Maite Feito en el despacho del rector se suman otros contactos con el Gobierno de la Comunidad de Madrid, como llamadas de la directora de gabinete de Cifuentes, Marisa Gonz¨¢lez, y del consejero de Educaci¨®n, Rafael Van Grieken, seg¨²n el relato del rector en el juzgado. Van Grieken, que es catedr¨¢tico de la URJC, llama para saber si la universidad va a dar una rueda de prensa. Llama "en repetidas ocasiones", dice Ramos.

En el despacho del rector hab¨ªa cierto debate; no todo el mundo era partidario de dar explicaciones p¨²blicas, relata este ante la jueza. "Yo personalmente no lo ten¨ªa claro", dice. "Se demostr¨® luego que fue un error", a?ade. Van Grieken le dice que ellos, la Comunidad de Madrid, no van a comparecer p¨²blicamente, lo que le forzaba a ¨¦l a salir. "Eso influy¨® en que nosotros s¨ª", reconoce.

"Yo no he sido convocada [a la reuni¨®n]. Ni participo"

En su declaraci¨®n Feito lo niega casi todo, excepto el hecho de estar en el despacho del rector aquella ma?ana. Hab¨ªa tantos testigos ¡ªuno de los abogados llega a describir el tr¨¢nsito de personas que entran y salen como "el camarote de los hermanos Marx"¡ª que dif¨ªcilmente podr¨ªa esconderlo. Su explicaci¨®n ante la jueza fue que permaneci¨® "una hora y media o dos horas" junto al despacho del rector el d¨ªa que salt¨® el esc¨¢ndalo. Pero no para participar en la preparaci¨®n de la rueda de prensa o en la gesti¨®n de la crisis, sino para hablar de otro asunto con dos profesores.

La asesora reconoci¨® a la magistrada que estuvo en una "antesala" de la habitaci¨®n donde se estaba gestando la declaraci¨®n oficial, que entr¨® en ella para entregar papeles relacionados con el caso ¡ªun email de uno de los catedr¨¢ticos implicados¡ª y que, incluso, escuch¨® algunos detalles de la conversaci¨®n. "Pero yo no sab¨ªa el tema que all¨ª hablaban", repite en la declaraci¨®n.

"[Vi que] estaban ensayando para hablar en la rueda de prensa. Pero ni sab¨ªa que iba a haber una rueda de prensa. No me qued¨¦ a ella", subray¨® Feito durante su comparecencia el pasado 25 de junio en el juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 51 de Madrid. Seg¨²n su versi¨®n, permaneci¨® casi dos horas junto a la sala, vio c¨®mo entraba y sal¨ªa de ella "mucha gente" y lleg¨® a entrar. Repiti¨® con tanta insistencia que no sab¨ªa de lo que hablaban que provoc¨® la sorpresa de la magistrada, que le pregunt¨® c¨®mo era posible que no lo supiese si, incluso, entr¨® dentro para darles un email del profesor Pablo Chico donde dec¨ªa que hab¨ªa cambiado las notas de Cifuentes.

"Yo no he sido convocada [a la reuni¨®n]. Ni participo", afirma reiteradamente la asesora a la magistrada durante su declaraci¨®n. Aunque, finalmente, ante las preguntas dirigidas de su abogado, s¨ª dice que sab¨ªa que en esa sala estaban tratando el tema de la expresidenta, pero no los detalles. Tambi¨¦n reconoce ante la magistrada que el d¨ªa anterior ya hab¨ªa hablado sobre el tema con Amalia Calonge, la persona que cambi¨® las notas de Cifuentes; y que llam¨® a la jefa de Gabinete de la presidenta, Marisa Gonz¨¢lez. Tambi¨¦n convers¨® esa jornada previa con el rector, Javier Ramos, pero dice que no comentaron nada del caso m¨¢ster.

Feito neg¨® ante la jueza las acusaciones de presiones de Rosado, y admiti¨® que convers¨® con la profesora hasta cuatro veces. Pero que solo en una trataron el tema y en otra sobre Pablo Chico; del resto dijo no recordar el contenido. "Ella tambi¨¦n me llama, por lo que no pueden ser [charlas] amenazantes. Creo que por la tarde solo hubo una o dos llamadas", dijo.

"Me ha dicho el rector que voy a salir en la tele"

Al despacho de Ramos tambi¨¦n lleg¨®, aunque despu¨¦s que Feito, Enrique ?lvarez Conde, director del m¨¢ster y principal implicado en la supuesta trama. Seg¨²n detalla Feito, el catedr¨¢tico irrumpi¨® "con un tono muy simp¨¢tico". "Me dijo: 'Me he puesto guapo, que me ha dicho el rector que voy a salir en la tele", asegura la asesora de Cifuentes.

Durante todo ese proceso de toma de decisiones en plena crisis, otra de las personas presentes en el despacho del rector es Amalia Calonge, la funcionaria amiga de Cifuentes que entr¨® en el sistema inform¨¢tico a cambiar la nota de la presidenta en una asignatura y en el trabajo de fin de m¨¢ster (TFM). La jueza, que previamente hab¨ªa preguntado al rector si le extra?¨® ver a Feito en su despacho ("no especialmente", dijo ¨¦l), vuelve a preguntarle si le sorprende encontrar a Calonge. ?l contesta que no, que estaba con Maite y que sab¨ªa que eran amigas.

Tras la rueda de prensa, Van Grieken sigue llamando insistentemente al rector, seg¨²n reconoce este. Le pide toda la documentaci¨®n que tenga la universidad sobre el m¨¢ster que curs¨® la presidenta, especialmente el acta de defensa del trabajo de fin de m¨¢ster. Pero en los servicios centrales enseguida comprueban que no tienen ese documento. Es entonces cuando ?lvarez Conde "delante de varios testigos dijo que lo ten¨ªa y qued¨® en enviarlo". Ese documento, que posteriormente se demostrar¨ªa como falsificado seg¨²n el testimonio de varias de las supuestas firmantes, se lo manda ?lvarez Conde al rector en un email por la tarde. Al momento se le reenv¨ªa a la secretaria de Van Grieken.

"No soy amiga de Cifuentes"

Feito tambi¨¦n aprovecha su declaraci¨®n ante la juez para marcar distancias con la expresidenta. "No tengo ninguna relaci¨®n con Cristina Cifuentes. Rotundamente, no soy amiga de ella", afirma, antes de contar que trabajaba como asesora en el gabinete de la Consejer¨ªa de Educaci¨®n, Juventud y Deporte. A pesar de todo ello, seg¨²n admite en su declaraci¨®n, antes de que saltara el esc¨¢ndalo, le telefone¨® Marisa Gonz¨¢lez y la secretaria de la jefa del Ejecutivo auton¨®mico para que les "acompa?ara a recoger el t¨ªtulo" del m¨¢ster. "?Y por qu¨¦ la llaman a usted [si no eran amigas]?", pregunta entonces la magistrada. "Porque, de los asesores, soy la ¨²nica profesora de la Rey Juan Carlos", responde Feito.