Las sectas no tienen un cartel en la puerta
Los expertos desmienten que las v¨ªctimas de estos grupos sean personas d¨¦biles, psic¨®patas o conflictivas
Habla de la secta que la capt¨® y confunde las palabras. Se traba, como si no pudiera o no quisiera hablar del tema. ¡°Son secuelas. Me adoctrinaron para que jam¨¢s contase lo que pasaba all¨ª dentro¡±, relata Alicia Rodr¨ªguez, que prefiere no decir su verdadero nombre. Advierte de que las personas pueden pasar a?os en uno de estos grupos sin saberlo: ¡°Las sectas no tienen un cartel en la puerta¡±. ¡°Entrar es f¨¢cil¡±, apunta. ¡°Lo dif¨ªcil es salir¡±. Los expertos coinciden en que cualquier persona es susceptible de ser captado.
¡°El que dice que nunca va a caer es el primero¡±, alerta Rodr¨ªguez en un bar de Madrid. Ella, que pas¨® m¨¢s de cinco a?os en uno de estos grupos sin ser consciente de ello, asegura: "Cre¨ªa que me estaba ayudando a m¨ª misma y a los dem¨¢s, que iba a ayudar a una ONG, como Patricia [Aguilar]". Se refiere a?la espa?ola de 19 a?os rescatada en Per¨²?el pasado 6 de julio. La joven de Elche (Alicante), que ha vuelto este fin de semana a su casa familiar, estaba bajo la presunta influencia de F¨¦lix Steven Manrique, quien?se hace llama Pr¨ªncipe Gurdjieff?y permanecer¨¢ nueve meses en prisi¨®n preventiva.
En Espa?a, existen unas 250 sectas que se presentan como grupos religiosos, esot¨¦ricos, de crecimiento personal, de corte humanitario, filos¨®fico o new age. "Se esconden detr¨¢s de un discurso socialmente aceptado", afirma Miguel Perlado, coordinador del grupo de trabajo sobre deriva sectaria del Colegio Oficial de Psicolog¨ªa de Catalu?a. El psic¨®logo explica que estos grupos logran adaptarse a las ¨¦pocas: "Ahora no hablan de ovnis, como en los 80, pero pueden disfrazarse detr¨¢s de grupos de yoga o meditaci¨®n".?Perlado detalla, con base en diferentes estudios, que la poblaci¨®n espa?ola afectada es del 0,9%, un porcentaje similar al de otros pa¨ªses europeos.
Los l¨ªderes y miembros de sectas buscan, sobre todo, personas j¨®venes, idealistas, disconformes, inquietas, con estudios universitarios y con tendencias meticulosas, detalla Perlado. ¡°No les interesan las personas psicop¨¢ticas, d¨¦biles o conflictivas¡±, afirma. ¡°Son personas normales, pero sugestionadas¡±, explica Myrna Garc¨ªa, presidenta de la Red de Apoyo para V¨ªctimas de Sectas. Asegura que su organizaci¨®n ha ayudado a abogados, psic¨®logos y cient¨ªficos captados por estos grupos.
La psic¨®loga Margarita Barranco, especialista en manipulaci¨®n psicol¨®gica, agrega que las v¨ªctimas suelen est¨¢r atravesando crisis personales, familiares o laborales y, por eso, son especialmente vulnerables. ¡°Entonces es cuando se acercan. Te hacen sentir protegido y bajas las defensas¡±, explica. Rodr¨ªguez se enfada al recordar: ¡°Hay un l¨ªder supercarism¨¢tico, aparentemente maravilloso, que logra que poco a poco conf¨ªes en ¨¦l como conf¨ªas en tu madre. Entonces est¨¢s perdido¡±.
Joan P¨¦rez tambi¨¦n fue v¨ªctima de una secta y prefiere no revelar su identidad. Asegura que, a trav¨¦s de t¨¦cnicas de manipulaci¨®n, los l¨ªderes sectarios logran que la personalidad del individuo se reduzca hasta desaparecer. As¨ª obtienen de ellos lo que necesitan: dinero, sexo y poder. ¡°He hecho cosas que no habr¨ªa hecho jam¨¢s¡±, destaca. Cuenta que ¨¦l ten¨ªa un buen pasar econ¨®mico (trabajo, casa, coche) y que ahora est¨¢ en paro y vive con pr¨¦stamos.
Un delito muy dif¨ªcil de regular con la ley actual
La captaci¨®n psicol¨®gica no es un delito en Espa?a. El abogado penalista experto en sectas Carlos Bardav¨ªo, autor de la tesis Las sectas en el derecho penal: estudio dogm¨¢tico de los delitos sectarios, reconoce la dificultad de regularlo. Los conceptos de violencia o intimidaci¨®n no alcanzan: "Es una violencia especial, diferente, sutil, que no se ve". Tampoco es suficiente el de coacci¨®n: "La penalidad es muy baja". Propone incluir en el C¨®digo Penal el delito de persuasi¨®n coercitiva para juzgar el comportamiento de una persona que, a trav¨¦s de la manipulaci¨®n, logra que sus v¨ªctimas hagan la voluntad del l¨ªder.
En 1995, se elabor¨® un proyecto de ley para regular este delito, pero no se concret¨® y desde entonces no se han llegado a realizar iniciativas similares, explica Bardav¨ªo. El letrado avanza que varios grupos de prevenci¨®n sectaria y grupos pol¨ªticos empezar¨¢n a reunirse a partir de septiembre para tratar el tema. En el resto de Europa tampoco est¨¢ regulado, salvo en B¨¦lgica y Francia. Hace dos d¨¦cadas, se crearon en esos pa¨ªses observatorios de prevenci¨®n del sectarismo y en Francia, por ejemplo, se han dictado m¨¢s de 40 sentencias.
Las t¨¦cnicas de captaci¨®n son variadas
¡°Internet es uno de los principales puntos de captaci¨®n¡±, afirma la psic¨®loga Barranco, que aclara que las t¨¦cnicas son muy variadas. Algunos grupos detienen a las personas en la calle y otros pegan carteles u ofrecen cursos, incluso a veces son amigos o conocidos quienes introducen a las personas a estos grupos. ¡°Vivimos momentos en los que estamos muy necesitados de que nos ayuden y estos grupos ofrecen soluciones m¨¢gicas¡±, indica.
Los expertos coinciden en que cuando las v¨ªctimas son captadas cambian su forma de hablar, se expresan como otra persona y repiten frases armadas, se distancian de sus allegados, se vuelven monotem¨¢ticos y se interesan por bibliograf¨ªa y autores que hasta ahora no hab¨ªan le¨ªdo, son m¨¢s esquivos, hablan poco y se irritan f¨¢cilmente, cambian su vestimenta y sus actividades cotidianas, y su cari?o se vuelve m¨¢s fr¨ªo. Joan P¨¦rez mira en su m¨®vil una foto de la ¨¦poca en la que pertenec¨ªa a una secta y se?ala sus ojos, entreabiertos y apagados: ¡°Estaba ausente, no estaba all¨ª¡±.
¡°Destrozan tu vida¡±, resume. Pero asegura que es posible salir. ¡°[Las v¨ªctimas] No quieren denunciar ni hablar del tema porque tienen miedo al l¨ªder y han sufrido tanto que no quieren saber nada m¨¢s¡±, comenta. Pero destaca la importancia de acudir a un psic¨®logo experto.
Tanto P¨¦rez como Rodr¨ªguez han trabajado para recuperar sus vidas y han estudiado el comportamiento de los l¨ªderes y grupos sectarios para identificarlos. Animan al resto a informarse y cuentan sus experiencias para que sirvan a otros. Rodr¨ªguez lo tiene claro: ¡°Por lo menos que el sufrimiento sirva para algo ¨²til, por fin. Era lo que yo quer¨ªa hacer desde el principio: ayudar a la gente¡±.
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