Dos estrategias distintas
Las candidaturas de Santamar¨ªa y Casado han planteado caminos diferentes para ganar el Congreso del Partido Popular
Por econom¨ªa del lenguaje llamamos a este proceso primarias, pero en realidad se trata de un congreso. Un congreso competido, pero congreso al fin y al cabo. Queda en manos de los 3.082 compromisarios del PP elegir qui¨¦n est¨¢ en mejores condiciones de reconstruir su partido, y hacerles recuperar poder institucional.
Sin embargo, estos delegados no tienen mandato imperativo. El voto es secreto y, por tanto, puede haber sorpresas hasta ¨²ltima hora. Es m¨¢s, la total opacidad m¨¢s all¨¢ de alg¨²n pronunciamiento significativo hace pensar que el clima de opini¨®n que se genere en el propio congreso puede jugar un papel relevante.
Un ejemplo de esto puede verse en la guerra de cifras que ha habido entre las dos candidaturas. Ambas han se?alado que ten¨ªan una mayor¨ªa detr¨¢s, tratando de generar un efecto "carro ganador". Dado que en general los partidos suelen ser adversos a la divisi¨®n interna, esta estrategia es de manual para concitar apoyos. Hasta aqu¨ª llegan las semejanzas, pues cada candidato ha seguido estrategias muy diferentes. De un lado, Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa ha insistido en que es la candidata m¨¢s votada por los militantes (luego tiene un plus de legitimidad) y que es la mejor para competir contra Pedro S¨¢nchez (los pocos sondeos publicados avalan esto). Del otro lado, Pablo Casado ha insistido en la reideologizaci¨®n del partido y una mayor ruptura generacional con la etapa anterior.
La eficacia de ambas estrategias, sin embargo, es complicada de calibrar. Es verdad que Pablo Casado parece haber recibido m¨¢s apoyos visibles desde que se produjo el voto directo de los militantes, sin embargo ?no hemos visto en el pasado situaciones en las que los cuadros medios/militantes no segu¨ªan las consignas de sus l¨ªderes? Sin duda, los cuadros medios del PP tienen muy presente que no solo es importante la persona que encabece la organizaci¨®n, sino tambi¨¦n una reforma de la misma y de sus estrategias, para poder competir mejor en 2019.
Ganar el partido no es lo mismo que ganar las elecciones. Y ni siquiera esto es suficiente en el contexto actual. Dada la fragmentaci¨®n parlamentaria en comunidades aut¨®nomas y en Espa?a en general, es fundamental que el PP est¨¦ en condiciones de sumar para recuperar gobiernos. A diferencia de Ciudadanos o el PSOE, los populares solo pueden tejer alianzas hacia el centro.
Por lo tanto, la nueva persona que encabece esta organizaci¨®n tendr¨¢ tres retos inmediatos. Primero, tener la suficiente habilidad para cerrar las profundas heridas que deja este proceso; segundo, establecer una estrategia que le haga recuperar espacio pol¨ªtico, en especial hacia Ciudadanos, donde est¨¢n sus principales fugas. Y por ¨²ltimo, ser capaces de ofrecer un proyecto pol¨ªtico aut¨®nomo, en un contexto en el cual el bipartidismo se ha marchado, al menos en el medio plazo para no volver.
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