La ¡®rave¡¯ que puso en el mapa a la pedan¨ªa de Villar del Saz de Naval¨®n
Miles de j¨®venes europeos celebraron una fiesta 'techno' en una diminuta pedan¨ªa de Cuenca, pero a pesar de que no hab¨ªan solicitado permiso, los vecinos han quedado encantados
Como cuando Col¨®n se encontr¨® con los indios de Am¨¦rica, los vecinos de Villar del Saz de Naval¨®n, una pedan¨ªa de la provincia de Cuenca con 14 vecinos empadronados, salieron asombrados de sus hogares el fin de semana pasado ante la llegada sin previo aviso de visitantes de "otra civilizaci¨®n". Eran cientos de j¨®venes extranjeros con rastas y perros dispuestos a celebrar una fiesta de tipo rave, organizada por un movimiento clandestino de aficionados a la m¨²sica techno.
"Al principio pensamos que eran okupas", dice por tel¨¦fono Rafael Villalba, un agricultor de 55 a?os que en su vida hab¨ªa visto semejante alboroto en este rinc¨®n del mapa olvidado. Poco a poco, los vecinos se fueron dando cuenta de la realidad. Los j¨®venes?instalaron en un terreno abandonado a las afueras de la pedan¨ªa unas torres enormes de altavoces y puestos de comida y bebida.
"Nada m¨¢s llegar el viernes por la tarde nos quedamos atemorizados porque vimos la gran cantidad de veh¨ªculos, coches, caravanas", recuerda Jes¨²s Manuel G¨®mez Vieco, un ingeniero valenciano de 56 a?os que pasaba ese fin de semana en el pueblo de su mujer. "Pero nos quedamos asombrados del gran trato y cordialidad que tuvieron con nosotros".
Aunque no ten¨ªan permiso, la fiesta se prolong¨® hasta el domingo. Cuando los vecinos avisaron a las autoridades, estas concluyeron que en realidad la fiesta no infring¨ªa la ley. Como los j¨®venes hab¨ªan acampado en una finca privada no ten¨ªan competencia para intervenir a menos que alguien interpusiera una denuncia por molestias, seg¨²n un portavoz de la subdelegaci¨®n del Gobierno de Castilla la Mancha. La Guardia Civil se limit¨® a vigilar que no hubiera incendios ni altercados.
Pero all¨ª no estall¨® ning¨²n conflicto. Al contrario, para sorpresa de los vecinos, los visitantes dieron un ejemplo de civismo.
"Me sorprendi¨® que probablemente all¨ª hab¨ªa m¨¢s papeleras que en Cuenca", dice Roc¨ªo Culebras, una maestra de 40 a?os. "Ni siquiera tiraban las colillas al suelo".
Los organizadores de la rave enviaron mensajes a los participantes en los que ped¨ªan respeto. "En la jungla no hay leyes, existe el sentido com¨²n y el apoyo mutuo entre los seres que habitan en ella", reza en espa?ol e ingl¨¦s uno de los mensajes. "En la jungla tampoco hay cami¨®n de la basura por eso es crucial que cada uno se llebe (sic) sus residuos y colabore a mantenerla en estado natural".
En fotos y v¨ªdeos, vecinos mayores aparecen posando sonrientes junto a los visitantes o en corrillos de curiosos, algunos contoneando el cuerpo al ritmo de la m¨²sica estruendosa.
Los vecinos entrevistados dicen que los j¨®venes se acercaron a ellos para integrarlos. Les dijeron que no dudaran en advertirles si la m¨²sica les molestaba. El sitio elegido por los organizadores, en una vaguada, era id¨®neo porque el viento dominante no va al pueblo, seg¨²n el alcalde Jos¨¦ Luis Cham¨®n, que estima que unos 4.000 visitantes participaron en la rave. La mayor¨ªa eran extranjeros, muchos de B¨¦lgica y Francia.?
Nadie sabe identificar a los organizadores. Seg¨²n un franc¨¦s que asisti¨® al evento, los participantes pertenecen a una comunidad europea de aficionados que no conoce el lugar exacto de la rave hasta horas antes del comienzo. "Hay que pertenecer al ambientillo para estar bien informado", dice en un chat de Internet este franc¨¦s de Par¨ªs, que administra un grupo de Facebook llamado Free Movement Underground Resistance, con m¨¢s de 11.000 seguidores.
En un folleto electr¨®nico anunciando la fiesta, solo se indica sobre la ubicaci¨®n del evento, llamado Kamikaze 3.0, que tendr¨¢ lugar en "el centro de Espa?a". Seg¨²n este aficionado, eso era todo lo que sab¨ªan hasta horas antes de la fiesta y una vez en la zona esperaron a recibir la informaci¨®n del sitio. "Para averiguar m¨¢s hace falta reservar la informaci¨®n por mensaje sms".
Como todo el mundo ha quedado encantado, ahora queda la duda sobre si el a?o que viene se repetir¨¢ el evento. Quiz¨¢s ocurra algo similar a la Fiesta del Drag¨®n de ?rgiva, en Granada, que en los noventa comenz¨® de modo espont¨¢neo como un festival hippie?y acab¨® institucionaliz¨¢ndose (aunque all¨ª s¨ª que surgi¨® oposici¨®n vecinal y el festival se acab¨® trasladando en 2010 a Santa Fe, otra localidad granadina).
La noticia de la multitudinaria fiesta en la diminuta Villar del Saz ha llamado la atenci¨®n de muchos medios. Como otros vecinos, el alcalde Cham¨®n, que rige sobre otros cinco n¨²cleos de poblaci¨®n, dice que ha quedado contento con la promoci¨®n gratuita para un lugar casi despoblado, necesitado de est¨ªmulos externos.
"Se han divertido, se han comportado y la noticia ha tenido una repercusi¨®n importante en los medios nacionales e internacionales", dice Cham¨®n. A pesar de la alegr¨ªa, el alcalde a?ade un consejo: "Ahora hay que decirles tambi¨¦n que este modo de organizarlo no es el correcto".
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