El Ej¨¦rcito del Aire crea un centro de vigilancia de la amenaza espacial
La nueva unidad militar alertar¨¢ de los riesgos derivados de la basura espacial, los meteoritos o las tormentas solares
Espa?a no tendr¨¢ una Fuerza Espacial, como la que el pasado jueves anunci¨® el Pent¨¢gono, pero s¨ª una unidad dedicada a vigilar las amenazas a la seguridad nacional que proceden del espacio. El Ej¨¦rcito del Aire ha puesto ya en marcha el embri¨®n del futuro Centro de Operaciones de Vigilancia Espacial (COVE), que funcionar¨¢ el a?o pr¨®ximo y ejercer¨¢ el control operativo del primer radar espa?ol de vigilancia del espacio (S3TSR) en Mor¨®n de la Frontera (Sevilla).
China destruy¨® en 2007 un sat¨¦lite propio alegando que estaba fuera de control. Hasta entonces nunca se hab¨ªa disparado contra una nave en el espacio. China demostr¨® que pod¨ªa hacerlo.
Este fue uno de los ejemplos que puso el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, para justificar la creaci¨®n de una quinta rama de las Fuerzas Armadas estadounidenses (adem¨¢s de Tierra, Aire, Armada, Marines y Guardia Costera) en 2020, si obtiene luz verde del Congreso.
El otro caso que aleg¨® Pence para invertir 8.000 millones de d¨®lares en la puesta en marcha de la futura Fuerza Espacial fue el supuesto desarrollo por parte de Rusia de sistemas l¨¢ser para neutralizar infraestructuras espaciales. Se trata, concluy¨®, de asegurar para Estados Unidos el ¡°dominio del espacio¡±, convertido en nuevo campo de batalla.
A una escala muy diferente, tambi¨¦n Espa?a empieza a dar los primeros pasos para garantizar la seguridad del espacio exterior. El Consejo de Seguridad Nacional del pasado 16 de julio, el primero con el presidente Pedro S¨¢nchez, acord¨® ¡°la elaboraci¨®n de una Estrategia de Seguridad Aeroespacial [...] para hacer frente a las amenazas de diversa ¨ªndole a las que est¨¢n sometidos el espacio a¨¦reo y ultraterrestre¡±. A medio plazo, se crear¨¢ un Consejo de Seguridad Aeroespacial similar a los que ya existen en materia de Ciberseguridad o Seguridad Mar¨ªtima.
En sociedades desarrolladas, como la espa?ola, es cada vez mayor la dependencia del espacio para tareas cotidianas como la telecomunicaci¨®n, la previsi¨®n meteorol¨®gica o la geolocalizaci¨®n; lo mismo sucede con las operaciones militares, que requieren sat¨¦lites de observaci¨®n y comunicaciones. La defensa de un pa¨ªs se proyecta as¨ª al espacio exterior.
Ver objetos de 43 cent¨ªmetros a 1.000 kil¨®metros
El gran activo del futuro centro de vigilancia espacial del Ej¨¦rcito del Aire ser¨¢ el nuevo radar S3TSR ubicado en la base de Mor¨®n de la Frontera (Sevilla). En su primera fase, que debe estar operativa en noviembre de 2019, tendr¨¢ capacidad de observar objetos de dos metros a 1.000 kil¨®metros de distancia (hasta 10 cent¨ªmetros a distancia menor); y en la intermedia, en 2021, objetos de 43 cent¨ªmetros a 1.000 kil¨®metros (hasta 7 cent¨ªmetros a distancia menor). Se trata de un radar modular y escalable, primero en Europa de estas caracter¨ªsticas, cuyas capacidades pueden ser mejoradas progresivamente.
Adem¨¢s, el futuro COVE tendr¨¢ el control operativo del radar situado en la estaci¨®n radionaval de Santorcaz (Madrid), utilizado para el seguimiento y detecci¨®n de objetos en ¨®rbitas bajas (200 a 2.000 kil¨®metros). Tambi¨¦n integrar¨¢ los datos procedentes de los telescopios de Puertollano (Ciudad Real), Montsec (Lleida) el Teide (Tenerife) y San Fernando (C¨¢diz).
Una de sus misiones ser¨¢ elaborar un cat¨¢logo actualizado de objetos en ¨®rbita. Espa?a tiene un acuerdo bilateral con Estados Unidos y acceso al inventario NORAD de la NASA pero las fuentes consultadas reconocen que no es ¡°ni muy preciso ni muy completo¡±. Con los medios actuales ya se han identificado objetos que no figuran en ese listado, quiz¨¢ sat¨¦lites esp¨ªa cuya existencia no quiere revelar Washington.
Al contrario de lo que sugiri¨® Pence, el general Juan Pablo S¨¢nchez de Lara, jefe de la Divisi¨®n de Planes del Estado Mayor del Aire, admite que un ataque deliberado contra sistemas espaciales ¡°no se considera a corto plazo¡±. Tampoco, agrega sonriendo, le preocupan los OVNI.
La amenaza m¨¢s real es la basura espacial, una nube de m¨¢s de 8.100 toneladas de material? orbitando alrededor de la Tierra. Seg¨²n la Agencia Espacial Europea, hay m¨¢s de 29.000 objetos de m¨¢s de 10 cent¨ªmetros (21.000 catalogados y monitorizados), 750 de entre 1 y 10 cent¨ªmetros y 166 millones entre un mil¨ªmetro y un cent¨ªmetro. El alarde de poder destructivo que hizo China en 2007 dej¨® un reguero de miles de fragmentos flotando en el espacio. Lo mismo sucedi¨® cuando, dos a?os despu¨¦s, chocaron por primera vez un sat¨¦lite estadounidense y otro ruso. Estos diminutos pedazos de metal, a velocidades de hasta 48.000 kil¨®metros por hora, se convierten en proyectiles cuyo impacto puede tener consecuencias devastadoras.
La misi¨®n del Ej¨¦rcito del Aire, en palabras del general S¨¢nchez de Lara, ser¨¢ ¡°proporcionar informaci¨®n ante cualquier evento que pueda afectar a la operaci¨®n segura de los medios de que dispone Espa?a en el espacio para permitir una reacci¨®n¡±.
La ¨²nica reacci¨®n posible actualmente es desviar la trayectoria del sat¨¦lite para evitar una colisi¨®n con la basura espacial, algo que la NASA hizo en 21 ocasiones el a?o pasado. En el caso espa?ol, la decisi¨®n quedar¨¢ en manos del operador del sat¨¦lite, ya que esta maniobra implica un gasto de combustible y un acortamiento de su vida ¨²til.
Parte de esta basura espacial, la que est¨¢ en ¨®rbita m¨¢s baja, se desintegra al entrar en la atm¨®sfera, pero no sucede lo mismo con objetos m¨¢s grandes, como el laboratorio chino Tiangong 1, que se precipit¨® el pasado 2 de abril en el Pac¨ªfico sur, tras semanas de tener en vilo a centros de seguimiento espacial de todo el mundo, que no pudieron predecir su lugar de ca¨ªda.
Adem¨¢s de las creadas por el hombre, en el espacio hay otras amenazas, como asteroides y meteoritos (una lluvia de estos ¨²ltimos caus¨® casi 1.500 heridos en la ciudad rusa de Chelyabinsk en 2013); o las tormentas solares, capaces de dejar sin electricidad a una gran ciudad durante nueve horas, como sucedi¨® en Quebec (Canad¨¢) en 1989.
El objetivo de la nueva unidad, insisten quienes la han dise?ado, es adquirir la capacidad de conocer un espacio cada vez m¨¢s ¡°congestionado, disputado y competitivo¡± y predecir los riesgos que puedan afectar a los activos espaciales espa?oles, tanto civiles como militares, de manera que se puedan evitar o minimizar¡± sus efectos.
El embri¨®n del centro de vigilancia aeroespacial cuenta solo con media decena de militares, pero la plantilla se doblar¨¢ el a?o pr¨®ximo y crecer¨¢ a medida que lo requieran las necesidades. Estar¨¢ ubicado en la base de Torrej¨®n de Ardoz (Madrid) y depender¨¢ org¨¢nicamente de la Jefatura de Sistemas de Mando y Control del Ej¨¦rcito del Aire.
Torrej¨®n alberga, desde julio de 2016, el Centro Espa?ol de Operaciones de Seguimiento y Vigilancia del Espacio (S3TOC), liderado por el CDTI (Centro para el Desarrollo Tecnol¨®gico e Industrial), de car¨¢cter civil, adscrito al Ministerio de Ciencia que dirige el exastronauta Pedro Duque e integrado en la red de la UE, junto a Alemania, Francia, Italia y Reino Unido.
El Ej¨¦rcito del Aire prev¨¦ llegar a acuerdos de cooperaci¨®n con este centro, al que ahora presta apoyo, para aprovechar sinergias y evitar duplicidades.
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