El viaje incierto de los vientres de alquiler
Ninguna norma internacional regula esa forma de gestaci¨®n, sujeta a leyes dispares y en la que interviene una larga cadena de intermediarios
Rosa descubri¨® que ten¨ªa un c¨¢ncer de ovarios cuando estaba intentando quedarse embarazada. El tratamiento pasaba por extirparle el ¨²tero y, con ¨¦l, la posibilidad biol¨®gica de ser madre. Eso fue hace nueve a?os. Hoy est¨¢ en un hotel de Kiev con el beb¨¦ que ella pretende adoptar y que lleva los genes de su marido y los de una donante de ¨®vulos. El beb¨¦ que Natalia, una mujer ucraniana de quien Rosa dice que es un ¨¢ngel, dio a luz hace tres semanas. Todo se desarrollaba tal y como estaba estipulado en el paquete de vientre de alquiler que el matrimonio hab¨ªa contratado. Pero el ¨²ltimo tr¨¢mite, el de conseguir un pasaporte espa?ol para el reci¨¦n nacido con el que regresar a casa, todav¨ªa est¨¢ en el aire. Una treintena de familias est¨¢ en la misma situaci¨®n, sin saber c¨®mo acabar¨¢ esta vez el incierto viaje que emprendieron.
Rosa hab¨ªa pensado primero en la adopci¨®n internacional, pero le desalentaron los largos plazos de espera y las trabas que supon¨ªa, en algunos pa¨ªses, que ella hubiera sido paciente oncol¨®gica. Entonces vio la posibilidad de contratar un vientre de alquiler, una pr¨¢ctica que no es legal en Espa?a, por la que en Ucrania se pagan entre 40.000 y 60.000 euros. Cada a?o se calcula que unas mil familias espa?olas inician una traves¨ªa similar. En Ucrania, en Georgia, en Estados Unidos, en Rusia, en Canad¨¢¡ All¨¢ donde esta pr¨¢ctica est¨¦ permitida, bajo legislaciones y burocracias muy distintas, para extranjeros que puedan pagarlo.
La industria que se dedica a esto es tan ¨¢gil como opaca, experta en anidar en resquicios legales y siempre atenta a cambios regulatorios en todo el mundo que puedan afectarle. Ucrania, un pa¨ªs con un Estado d¨¦bil y graves problemas de corrupci¨®n, que hace solo cuatro a?os estaba al borde de la bancarrota, inmerso en una revoluci¨®n que deriv¨® en un conflicto b¨¦lico que todav¨ªa colea, y enfrentado a Rusia, es uno de los destinos estelares para matrimonios heterosexuales. Para empezar, porque all¨ª cuesta la mitad que en Estados Unidos, por ejemplo, donde un juez garantiza la filiaci¨®n.
El alza de Ucrania como destino para los interesados en los vientres de alquiler en los ¨²ltimos a?os ha coincidido con las restricciones que empezaron a aplicar pa¨ªses como Tailandia, Camboya o India, que lleg¨® a ser la referencia mundial de esta pr¨¢ctica. Todos lo hicieron tras constatar explotaci¨®n o esc¨¢ndalos. ¡°Cuando se cierran las opciones en un pa¨ªs, se abren en otro. Est¨¢ claro. La oferta se desplaza, porque los intermediarios tienen mucho que ganar¡±, afirma Cristina Gonz¨¢lez Beilfuss, que forma parte del grupo de expertos que, desde 2015, debate en la Conferencia de la Haya ¨Cel organismo de referencia en derecho internacional privado- si es posible crear un tratado internacional que enmarque la gestaci¨®n mediante vientres de alquiler en el mundo. A¨²n est¨¢n en una fase embrionaria. ¡°La falta de regulaci¨®n hace que no se sepa cu¨¢ntos casos hay en el mundo, apenas hay estad¨ªsticas. Eso contribuye a la opacidad. Pero por otra parte, la regulaci¨®n no tiene que ser necesariamente favorable a la gestaci¨®n subrogada. Es un gran problema ¨¦tico y legal¡±, explica.
Cada vez que se firma un contrato de vientre de alquiler en alguna parte del mundo se activa una maquinaria compleja de intermediarios de fiabilidad variable: desde las agencias que asesoran en el proceso ¨Cporque eso es todo lo que se puede hacer en Espa?a-, hasta las cl¨ªnicas de reproducci¨®n asistida ¨Cque a menudo son las que contactan con las mujeres que se embarazar¨¢n para terceros-, laboratorios, abogados. Todo ese entramado de implicados resta transparencia y a?ade incertidumbre al viaje. Uno de los primeros eslabones est¨¢ en el pa¨ªs de origen de los futuros padres. David Monje, de la agencia Go4baby, gui¨® en el proceso a varias de las familias que todav¨ªa no pueden volver de Kiev con los beb¨¦s. ?l es inform¨¢tico y fund¨® esa empresa a partir de la experiencia que tuvo con su primer hijo. En 2013 empez¨® a investigar c¨®mo se hac¨ªa en Ucrania. Fue sin la ayuda de la que entonces conoc¨ªa ese mercado, la ahora extinta agencia Subrogalia ¨Ccondenada en 2017 a indemnizar a tres familias por incumplimiento grave de contrato-. ¡°Nos arriesgamos, estaba todo por explorar y a partir de 2015 se produjo el boom¡±.
Ese a?o Monje mont¨® la empresa. Desde entonces ha trabajado en decenas de casos, con una red de colaboradores en Kiev, y est¨¢ sondeando las posibilidades de Georgia, donde acaba de aterrizar ¡°por la saturaci¨®n de Ucrania¡±. En lo que ellos llaman en la web su ¡°programa VIP¡±, por 49.900 euros incluyen cosas como la posibilidad de hacer ¡°selecci¨®n del sexo¡± del beb¨¦ en Ucrania, algo prohibido en Espa?a. Monje, que sigue trabajando tambi¨¦n como inform¨¢tico, admite que, a veces, las cosas pueden salir mal. Se refiere al caso de una pareja que ¨¦l asesoraba, a finales de 2016. ¡°El embarazo fue bien, pero en el ¨²ltimo tramo, la gestante tuvo una infecci¨®n que no se hab¨ªa detectado. El beb¨¦ naci¨® en coma. Fue dram¨¢tico. Los padres llegaron justo despu¨¦s de que naciera, iban con toda la ilusi¨®n, ten¨ªan ya la habitaci¨®n preparada. Se quedaron tres semanas all¨ª, nosotros tambi¨¦n nos desplazamos, y la cl¨ªnica les devolvi¨® el dinero. Cuando los m¨¦dicos les confirmaron que el ni?o iba a morir [sin saber cu¨¢ndo], regresaron a Espa?a. Ahora son padres de nuevo, porque en esas semanas de espera [en el hospital] el padre dej¨® su material gen¨¦tico en Ucrania y meses despu¨¦s lo lograron¡±. Una semana despu¨¦s de que los espa?oles volvieran, el beb¨¦ falleci¨®. En un hospital de Kiev.
La cl¨ªnica en la que se llev¨® a cabo todo el proceso de ese reci¨¦n nacido se llama Biotexcom. Es una de las principales de la ex rep¨²blica sovi¨¦tica. Varias de las familias afectadas por el bloqueo de los pasaportes han sido clientes de ella y dicen estar satisfechos, justo cuando est¨¢ en el centro de una investigaci¨®n por tr¨¢fico de menores. La fiscal¨ªa ucraniana inform¨® el 16 de julio de que una pareja italiana, en 2011, logr¨® salir de Ucrania con un beb¨¦ que no ten¨ªa v¨ªnculos gen¨¦ticos con ninguno de los dos. Las pesquisas sobre distintas irregularidades relacionadas con los vientres de alquiler se ampl¨ªan al periodo 2011-2018, informa la agencia de noticias ucraniana Unian. Pero fue el Ministerio de Exteriores el que extendi¨® la sospecha sobre los vientres de alquiler en Ucrania. El mi¨¦rcoles pasado, emiti¨® un comunicado en el que advert¨ªa que el consulado est¨¢ mirando ¡°con especial cuidado¡± cada expediente ¡°al haber sido informado en los ¨²ltimos meses de posibles casos de mala praxis m¨¦dica asociada a los procesos de reproducci¨®n asistida, as¨ª como de casos de posible tr¨¢fico de menores¡± en el pa¨ªs. Esa era la explicaci¨®n oficial al hecho de que desde julio no se haya registrado a ning¨²n beb¨¦. El Confidencial vincul¨® esa advertencia con los cargos que pesan contra el due?o de Biotexcom, Albert Totchilovsky, que est¨¢ en arresto domiciliario.
?Marcos Jornet, presidente de Son Nuestros hijos, que agrupa a 500 familias que han llevado a cabo procesos de este tipo de gestaci¨®n y que fueron de los primeros en alertar de la investigaci¨®n contra Biotexcom, cree que ¡°no se puede criminalizar la gestaci¨®n subrogada porque haya algunos desalmados que lo hacen mal. Acabamos de ver c¨®mo en Espa?a, con una regulaci¨®n garantista, una ni?a india ha sido rechazada por sus padres adoptivos porque no ten¨ªa la edad que ellos cre¨ªan, y a nadie se le ocurre prohibir la adopci¨®n¡±, argumenta. Mientras, en Kiev, a lo largo de la semana que viene el consulado tiene citas con todas para informarles de sus opciones. Unas lograr¨¢n el pasaporte espa?ol para los beb¨¦s, otras tendr¨¢n que gestionar uno ucraniano para luego ir a un juicio de filiaci¨®n en Espa?a e incluso est¨¢ la posibilidad de salir con un salvoconducto. Que esto pod¨ªa pasar no lo dec¨ªan los folletos, el viaje no ha terminado y hay decenas en camino.
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