El italiano que est¨¢ cambiando la forma de moverse por Valencia

Para la mitad de los valencianos su concejal de Movilidad, Giuseppe Grezzi, est¨¢ loco. La otra mitad cree que es el tipo de visionario que necesitaba la ciudad, la tercera m¨¢s poblada de Espa?a, modelada para la circulaci¨®n en coche durante un cuarto de siglo por la alcaldesa Rita Barber¨¢ y a la que Grezzi aspira a convertir en un referente verde, la Copenhague del Mediterr¨¢neo.

Napolitano, provocador, ejecutivo en la toma de decisiones, concejal de Comprom¨ªs y portavoz de Els Verds-Equo, Grezzi est¨¢ cambiando r¨¢pidamente la forma de moverse por la ciudad. "El coche motorizado cumple y va a seguir cumpliendo una funci¨®n, pero no queremos que sea la principal. Ese lugar lo tienen que ir ocupando otros: el transporte p¨²blico de calidad, la movilidad peatonal, la bicicleta y alternativas nuevas que han surgido, como los patinetes. Pensamos que Valencia, teniendo 780.000 habitantes, siendo plana, suficientemente compacta, no muy grande, porque tiene una superficie de 134 kil¨®metros cuadrados, unos 12 kil¨®metros de punta a punta, y donde siempre hace buen tiempo, es ideal para ello", afirma en un despacho de su grupo municipal.

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Con tal fin, el Ayuntamiento est¨¢ reforzando la flota de autobuses urbanos con veh¨ªculos el¨¦ctricos, ampliando aceras, peatonalizando calles y plazas, extendiendo y conectando la hasta hace poco fragmentada red de carriles bicis, limitando el acceso de coches al centro hist¨®rico y revirtiendo medidas como las que permit¨ªan aparcar a partir de las 10 de la noche en los carriles bus de la ciudad.

Se trata de un proceso de envergadura porque Barber¨¢, alcaldesa entre 1991 y 2015, fallecida en 2016, y gran defensora del coche, construy¨® una ciudad donde se pod¨ªa llegar a casi todos lados al volante y en la que no exist¨ªan atascos. Es dif¨ªcil exagerar la afici¨®n de la regidora por los autom¨®viles, porque su trayectoria estuvo repleta de an¨¦cdotas al respecto, como la de que cambi¨® el sentido de una calle para llegar a casa m¨¢s r¨¢pido. La m¨¢s conocida y la que mejor refleja su dependencia del coche oficial es la de que aparc¨® su Lancia en el garaje del Ayuntamiento tras ser elegida y lo dej¨® all¨ª 23 a?os.

Grezzi se gan¨® reputaci¨®n de gamberro en la ¨²ltima legislatura de Barber¨¢, cuando era asesor municipal del hoy alcalde, Joan Rib¨®. El pleno del Ayuntamiento lo reprob¨® por ponerse una camiseta en la que aparec¨ªa, dibujado, montado en una bicicleta fustigando a la dirigente del PP. Grezzi recurri¨® a la justicia, que fall¨® que el Consistorio hab¨ªa vulnerado su libertad de expresi¨®n a presentarse, dice, como "el azote" de Barber¨¢. "Quiz¨¢ en determinado momento yo ten¨ªa que haber levantado el pie", admite hoy.

Los cambios de movilidad aprobados por Grezzi le han valido muchas cr¨ªticas. El concejal dice que le duelen, sobre todo, las que hacen menci¨®n a su origen italiano, y muestra en la pantalla del ordenador las declaraciones que en ese sentido hizo el presidente de la Asociaci¨®n Valenciana de Empresarios, el naviero Vicente Boluda, recogidas por un peri¨®dico.

Grezzi naci¨® en 1973 en Vico Equense, un municipio colgado de un acantilado en el golfo de N¨¢poles, con vistas al Vesubio, donde viv¨ªan sus abuelos, pero nunca vivi¨® all¨ª. Pas¨® la infancia en Latr¨®nico, un pueblo m¨¢s peque?o situado 200 kil¨®metros al sur, en la monta?osa regi¨®n de Basilicata. Una zona verde y m¨¢s bien fr¨ªa cuyos vecinos viv¨ªan, sobre todo, de la agricultura y la ganader¨ªa. Su madre era profesora de italiano y lat¨ªn y su padre, que fue alcalde de la poblaci¨®n con la Democracia Cristiana, de franc¨¦s e ingl¨¦s. Grezzi empez¨® a estudiar la carrera de Filolog¨ªa y una ingenier¨ªa, pero no las acab¨®. Vivi¨® en Nueva York, en casa de unos parientes que emigraron a Queens en los a?os cincuenta. Milit¨® en Refundaci¨®n Comunista, uno de los dos partidos, junto al PSD, surgidos de la implosi¨®n del Partido Comunista Italiano, antes de evolucionar hacia el ecologismo. Y lleg¨® a Valencia siguiendo a una estudiante Erasmus a la que conoci¨® en Roma.

Militancia ecologista

Poco despu¨¦s de llegar a Espa?a perdi¨® tres dedos en un accidente laboral en Albacete, mientras trabajaba en la vendimia, lo que lo empuj¨® a una depresi¨®n de la que sali¨®, en parte, a trav¨¦s de la militancia ecologista. El pol¨¦mico concejal, cuya gesti¨®n ha sido premiada por los ministerios de Medio Ambiente y Fomento ¡ªen la etapa del PP¡ª y puesta como ejemplo por la European Cycling Federation, cree que en unos a?os, cuando las ciudades hayan cambiado, los ciudadanos mirar¨¢n a esta ¨¦poca y les costara creer haber cedido tanto espacio p¨²blico a los coches y haber vivido entre tanta contaminaci¨®n.

Hace dos a?os, Grezzi tom¨® una decisi¨®n que refleja su forma de actuar. En una noche peatonaliz¨® las calles que rodean la Lonja de Valencia, el coraz¨®n monumental de Valencia, que cada d¨ªa atravesaban 6.000 veh¨ªculos, colocando unos grandes maceteros. "Fue criticado porque dec¨ªan que era cutre y daba mala imagen. Pero nos cost¨® 7.000 euros y nos permiti¨® ser muy r¨¢pidos. Fue una decisi¨®n de urbanismo t¨¢ctico, mientras se desarrollaba el proyecto de urbanizaci¨®n que se ha presentado ahora". En la zona, dice, la contaminaci¨®n ha ca¨ªdo dr¨¢sticamente desde entonces, las licencias para abrir tiendas han aumentado un 8% y los peatones han recuperado el lugar.