¡°No somos una mercanc¨ªa que se traslada de un sitio a otro¡±

Jalid, Ridwan, Youssef, Tachos, Mohamed y Mohamed Said tienen entre 16 y 17 a?os. Todos han llegado en patera desde Marruecos a Espa?a en el ¨²ltimo a?o. El mi¨¦rcoles, a las 11 de noche, cuando cerr¨® el parque del Gale¨®n en Marchena (Sevilla), se despidieron ente ellos. Unos -Jalid, Youssef, Tachos y Mohamed Said- volvieron al centro de menores, donde han pasado los ¨²ltimos meses o semanas. Ridwan y Mohamed se buscaron la vida para dormir cobijados en los alrededores de la zona, como llevan haci¨¦ndolo estos ¨²ltimos d¨ªas. Ellos son dos de los 12 menores no acompa?ados que se fugaron el pasado martes cuando iban a ser trasladados de su centro, el Santa Teresa de Jes¨²s, a otro de gesti¨®n privada en Guillena, a 90 kil¨®metros.

¡°No somos una mercanc¨ªa que se traslada de un sitio a otro¡±, dice Mohamed en un castellano precario. Queremos estabilidad. Aqu¨ª estamos integrados, tenemos todo lo que necesitamos y los monitores nos tratan muy bien¡±. Mohamed y sus compa?eros visten como el resto de los j¨®venes de su edad: gorras, pantal¨®n corto, camisetas o polos y zapatillas de deporte o chanclas. Apenas hablan castellano y lo entienden con dificultad.

Nadie se hace cargo

Los centros de menores de la Junta de Andaluc¨ªa son abiertos y los chavales pueden entrar y salir cuando lo deseen. Los que han huido, sin embargo, al haber sido trasladados a otra instalaci¨®n dependen de esta ¨²ltima y no pueden ser readmitidos en Marchena, salvo que se hagan excepciones. La Junta, sin embargo, elude referirse a ellos como fugados. ¡°Los centros no son c¨¢rceles, nadie les impide que se vayan o vuelvan¡±, explican desde la Consejer¨ªa de Igualdad y Pol¨ªtica Social de la Junta. Si alg¨²n menor no regresa, el Gobierno andaluz cursa la correspondiente denuncia por desaparici¨®n a la Polic¨ªa Nacional y a la Fiscal¨ªa de Menores. ¡°A partir de entonces, la labor ya es policial¡±, se?alan desde el Gobierno andaluz.

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La plaza del Gale¨®n, donde se mezclan los j¨®venes del centro con los que se han fugado, est¨¢ a escasos metros del cuartel de la Guardia Civil de Marchena, la responsable de la b¨²squeda de los menores por encontrarse dentro de los l¨ªmites del municipio. ¡°No podemos detenerlos porque no han cometido ning¨²n delito. Cuando los identificamos, lo ponemos en conocimiento de la Junta¡±, indican desde el Cuerpo. ¡°Aqu¨ª hay un vac¨ªo legal. Estamos dejando a unos menores abandonados en la puerta del centro. Legal no s¨¦ si es, inhumano s¨ª¡±, se lamentaba Esperanza Cort¨¦s, trabajadora del Santa Teresa de Jes¨²s, el mi¨¦rcoles, en referencia a este protocolo endiablado sobre el reparto de responsabilidades respecto de los menores.

Este jueves a mediod¨ªa, Youssef, Tachos, Mohamed y Mohamed Said acababan de llegar al parque del Gale¨®n. Estaban tranquilos, pero con cansancio en sus caras. Los huidos eluden concretar d¨®nde han pasado la noche y qui¨¦n les ha dado de comer. Varios vecinos y los propios trabajadores del centro de Marchena les est¨¢n ayudando con comida y dinero, pero ellos eluden confirmarlo. No tienen miedo de que los pille la polic¨ªa o la Guardia Civil. A lo ¨²nico a lo que temen es a ser trasladados al centro de Guillena. ¡°Es horrible. No hay camas, tampoco sitio para comer, ni ducha, te llevan agarrado¡±, aseguran.

El misterioso cortijo para menores de Guillena

El lugar del que huyen los menores no acompa?ados en apariencia es un emplazamiento id¨ªlico. Se trata de El ?guila Real, un cortijo especializado en la celebraci¨®n de bodas y que, en los ¨²ltimos meses, se ha reconvertido en centro de acogida para menores inmigrantes. El hermetismo que rodea al recinto es total. En Internet sigue anunci¨¢ndose como un restaurante para banquetes y nadie coge el tel¨¦fono. A vista de p¨¢jaro no parece la c¨¢mara de los horrores que describen los menores. "?Usted cree que aqu¨ª se puede estar mal?", dice un empleado a la puerta del cortijo, antes de impedir el paso al fot¨®grafo. Sin embargo, testimonios de trabajadores sociales que est¨¢n en contacto con los j¨®venes solos lo describen como "una c¨¢rcel sin barrotes". Cada vez que la Junta ordena un traslado de menores de los centros de acogida p¨²blicos de la provincia a Guillena, se producen huidas generalizadas.

Mientras Youssef, Tachos, Mohamed y Mohamed Said, pasan la ma?ana sobre el c¨¦sped del parque, Jalid y Radwan, esperan al tren camino a Sevilla. Radwan, uno de los fugados, dice que acompa?a a Jalid, que sigue en el centro de menores, a un curso de cocina a la capital andaluza. Lo cierto es que el curso de cocina hace rato que ha comenzado tal y como confirma, minutos despu¨¦s, a las puertas del centro de Marchena, la monitora encargada de trasladar a los chavales a esas clases a Sevilla. Jalid no se encontraba con ellos.

En el centro no quieren hablar sobre la fuga de los menores y se remiten a la Consejer¨ªa de Igualdad. Su responsable, Mar¨ªa Jos¨¦ Rubio, reconoci¨® ayer en el Parlamento andaluz que se teme ¡°un agravamiento¡± de la llegada de menores inmigrantes no acompa?ados. La Junta ha atendido en lo que va de a?o a 4.650 j¨®venes solos. El pasado fin de semana hubo otro repunto en las llegadas y la Consejer¨ªa ha tenido que habilitar 500 nuevas plazas de acogida de emergencia.

En los ¨²ltimos d¨ªas la Junta ha ordenado el traslado de menores de Carmona y Marchena a Guillena, coincidiendo con las protestas de los trabajadores por las condiciones tan precarias en las que tienen que realizar su trabajo. Sin embargo, las llegadas de migrantes no cesan y tal y como se vac¨ªan, los centros se vuelven a llenar. El martes se autoriz¨® el traslado de 20 menores de Marchena a Guillena, de los que 12 se escaparon. Desde la pasada madrugada hasta el medio d¨ªa de hoy, han llegado nueve. Del centro de Carmona salieron 14, pero en las ¨²ltimas horas han entrado 20, seg¨²n informan desde el comit¨¦ de empresa de esta ¨²ltima instalaci¨®n. La intenci¨®n de la Consejer¨ªa es ir distribuyendo a los j¨®venes que llegan a la provincia de Sevilla entre los centros de titularidad privada, como el de Guillena, para garantizar que los que pertenecen a la Junta no rebasan su capacidad. En Marchena, habilitado para albergar a 24 ni?os ahora hay 29 y en Carmona residen 40 en un centro previsto para 20, informan desde el comit¨¦.

Hasam y Ali Salhi, de 17 a?os, acaban de llegar esta madrugada a Marchena. Pasean sonrientes por los alrededores del centro de acogida, contentos por estar en Espa?a. Ignoran que muy probablemente acaben en Guillena, el destino que, de momento, han eludido Jalid, Ridwan, Youssef, Tachos, Mohamed y Mohamed Said. Salvo Ridwan, que quiere regresar a Marruecos, el resto quiere quedarse en Espa?a y no contempla ir a otro pa¨ªs, aunque realmente no se plantean seriamente qu¨¦ quieren hacer. Aqu¨ª, ninguno tiene familia. A corto plazo, aspiran a pasar las tardes como hacen siempre: en el parque hasta las 9 de la noche -momento en que los que no se han escapado, vuelven al centro a cenar- y luego regresar hasta que se cierre. Una rutina que a algunos vecinos no les molesta y a otros les inquieta.