El astillero es el pueblo, el pueblo es el astillero

El torno que regula el ajetreo de los empleados en la f¨¢brica de Navantia equivale a la ruleta de la prosperidad en Puerto Real (C¨¢diz). Cuando se mueve, el municipio respira. Cuando se detiene o funciona despacio, decaen sincronizados el trabajo y el estado de ¨¢nimo. Si hay faena, el paro baja al 29%. Si no la hay, como sucedi¨® en 2013, sube al 39%.

No puede decirlo m¨¢s claro Antonio Noria, presidente del comit¨¦ de empresa de Navantia: el astillero es Puerto Real, Puerto Real es el astillero. Acaso porque ¨¦l mismo representa la relaci¨®n org¨¢nica de la ciudad ¡ªen sentido polis¨¦mico¡ª con su f¨¢brica portuaria. Fue 11 a?os teniente de alcalde en el Ayuntamiento y ha sido 13 a?os el m¨¢ximo l¨ªder sindical. Comenz¨® a trabajar con 16 a?os. Y ahora, que tiene 61, observa con preocupaci¨®n el movimiento ralentizado del torno.

La incertidumbre se explica porque los empleados de Navantia (457) y los subcontratados (3.600, en el apogeo) van a entregar el ¨²ltimo petrolero que se les ha proporcionado en la bah¨ªa. No hay horizonte laboral m¨¢s all¨¢ de 2019. Ni remedian la crisis el trabajo complementario derivado de la construcci¨®n de las famosas corbetas saud¨ªes. Se fabrican cerca, en San Fernando, pero en Puerto Real las consideran las migajas de un manjar ajeno.

¡°La desgracia es que no hay un plan de futuro para la industria naval civil¡±, dice Noria: ¡°El Estado, por ceguera o por negligencia, se ha desentendido de un verdadero proyecto. Pero resistiremos. Los trabajadores de Navantia nunca nos hemos rendido¡±.

Los recelos a la abstracci¨®n de Madrid explican el rechazo electoral de Puerto Real al bipartidismo. La ¨²nica vez que gobernaron el PP y el PSOE en los ¨²ltimos 40 a?os tuvieron que hacerlo juntos (1995-1999). Y hubieron de repartirse la vara de mando municipal, aunque tambi¨¦n entonces los dos alcaldes proced¨ªan del astillero de Puerto Real.

La tradici¨®n la inaugur¨® Jos¨¦ Antonio Barroso, oficial tubero de profesi¨®n, carism¨¢tico de naturaleza y azote feroz contra las reconversiones industriales que se urdieron o planificaron en La Moncloa, gobernara Felipe Gonz¨¢lez. Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar o Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero. Barroso empez¨® a ejercer como l¨ªder del extinto Partido del Trabajo de Espa?a. Luego encendi¨® el meg¨¢fono con las siglas del PCE y con las de IU. Y se retir¨® en 2011 para entregar el cargo al Partido Andalucista.

Es la inercia y el contexto que predispon¨ªa la victoria municipal de Podemos en 2015. Y la raz¨®n por la que Teresa Rodr¨ªguez obtuvo en Puerto Real su mejor resultado (34,84%), recreando una aleaci¨®n de anticapitalismo, andalucismo y resistencia operaria.

Apenas cuatro a?os despu¨¦s, Teresa Rodr¨ªguez, candidata a la Junta de Adelante Andaluc¨ªa, marca cierta distancia con Pablo Iglesias. Ni aparece el s¨ªmbolo del partido nodriza ni figura el color morado. El blanco y el verde enfatizan el regionalismo. Y la foto compartida con Antonio Ma¨ªllo demuestra que IU, desfigurada en el resto de Espa?a, representa un aliado crucial tanto en Andaluc¨ªa como en Puerto Real.

El actual regidor, Antonio Romero Alfaro, alias Rori, fue elegido en la inercia de Podemos, pero entiende el distanciamiento. ¡°Primero, porque Andaluc¨ªa tiene problemas propios y requiere soluciones espec¨ªficas. Y, segundo, porque es verdad que Iglesias ha experimentado un proceso de asimilaci¨®n institucional. No digo que sea la casta, pero en cierto modo forma parte del sistema. Puedo entenderlo. Yo mismo como alcalde sufro el salto de los ideales a la realidad. De lo deseable a lo posible. El sistema termina coart¨¢ndote, condicion¨¢ndote¡±.

¡°La idiosincrasia de Puerto Real¡±, a?ade, ¡°no se entiende sin su historia sindical, sin su memoria de resistencia, sin su personalidad obrera, sin su conciencia solidaria¡±. ¡°Aqu¨ª hemos sufrido toda clase de sacudidas. Las reconversiones han sido duras. Y nos hemos visto expuestos, incluso, a tener que amortiguar cuestiones de ¨ªndole geopol¨ªtica, como la crisis de las corbetas saud¨ªes. No se puede hacer depositar sobre nuestras espaldas la responsabilidad ¨¦tica del cinismo internacional. Con nuestro trabajo no se juega¡±.

Est¨¢n oxidadas las letras de Puerto Real en la glorieta de bienvenida que sorprende en la carretera de C¨¢diz. Pero no contradice la vitalidad de los colegios ni la raigambre de otras industrias. Incluida Dragados y la f¨¢brica Airbus, contraste aeron¨¢utico al s¨ªmbolo naval de los astilleros. Una pancarta en el vallado de Navantia escenifica la angustia de los trabajadores, al reclamar ¡°el quinto petrolero¡±. O la continuidad laboral a las cuatro embarcaciones que se han ultimado en estos a?os de prosperidad como si la providencia alentara el eje de la ruleta de la fortuna.