Los grafiteros se pasan de la raya
Las ¨²ltimas acciones de dos grupos de Madrid y Barcelona, que han sorprendido por su violencia, se investigan como pertenencia a grupo criminal y des¨®rdenes p¨²blicos
¡°Os estaba esperando, sab¨ªa que ibais a venir a por m¨ª¡±, les dijo a los agentes cuando entraron por la puerta de su casa. Tiene 24 a?os, es estudiante de Bellas Artes en Madrid y en su tiempo libre hace tatuajes. En su coche encontraron una maleta de botes de pintura y la cazadora que llevaba el d¨ªa de los hechos, seg¨²n grab¨® una de las c¨¢maras de seguridad del metro. Es uno de los grafiteros m¨¢s activos de la capital de Espa?a, de quien la Polic¨ªa prefiere omitir hasta sus iniciales para no darle m¨¢s publicidad. Y es tambi¨¦n uno de los ocho j¨®venes detenidos el pasado jueves en Madrid por parar el tren subterr¨¢neo en la estaci¨®n de Las Rosas y grafitear?los vagones la noche del viernes del puente de Halloween.
Entre las 46 personas que participaron en esa acci¨®n ¡ªcontadas una a una en un v¨ªdeo de la empresa que pudo ver EL PA?S¡ª hab¨ªa tres que ven¨ªan ¡°de fuera de la capital, incluso de fuera de Espa?a¡±, se?alan fuentes policiales.
Todo apunta a que estaban coordinados por alguien. ¡°Por el gran n¨²mero de participantes, y porque cinco de ellos pulsaron el bot¨®n de la puerta hidr¨¢ulica de emergencia del metro mientras los otros 41 esperaban en la salida correspondiente, que da a un descampado al otro lado de la M-40¡±, argumentan los investigadores de la Unidad M¨®vil de la Polic¨ªa. ¡°Estaba todo sincronizado¡±.
Solo dos d¨ªas m¨¢s tarde, en Barcelona, un grupo de 34 escritores, como se autodenominan ellos, paraba otro suburbano para pintar parte de un convoy repleto de viajeros, a quienes posteriormente se enfrentaron los asaltantes, llegando a lanzar pintura de espray a una mujer embarazada, seg¨²n la denuncia presentada por la afectada ante los Mossos d'Esquadra.
Ambas actuaciones ¡ªque los expertos relacionan solo por la rivalidad por el prestigio que existe entre los grupos y el mimetismo que hay entre ellos¡ª suponen un salto cualitativo en las acciones habituales de los grafiteros, que ¡°sol¨ªan actuar en grupos de cinco, seis o siete individuos, de manera discreta¡±, coinciden los responsables policiales de las Unidades de Transporte de ambas capitales. Despu¨¦s hu¨ªan de la zona tras lograr su objetivo (y fotografiarlo) sin dejar rastro y sin enfrentamientos.
Los responsables de estas investigaciones se declaran sorprendidos por la violencia empleada por los grafiteros: ¡°Han llegado a agredir a los vigilantes y le han plantado cara a los polic¨ªas. Da la impresi¨®n de que ha entrado gente m¨¢s joven, que no tiene ni el respeto ni los principios de los cl¨¢sicos¡±, justifican. ¡°Hasta ahora no hab¨ªa sucedido nada parecido¡±, rematan.
¡°Pintar en el metro de Madrid da cach¨¦ porque implica mucho riesgo por el alto grado de vigilancia que tiene el suburbano, m¨¢s a¨²n si se hace parando un tren en marcha con viajeros dentro. Probablemente, por eso participaron incluso chavales de fuera de Espa?a¡±, apunta uno de los investigadores de la llamada Operaci¨®n Leonardo, que hasta el momento se ha saldado con nueve detenidos, aunque se esperan nuevos arrestos esta semana. ¡°Madrid, Barcelona, Hamburgo, Londres, Mil¨¢n, el prestigio aumenta a medida que a?aden capitales y dificultades a su firma, como lograr firmar vagones antiguos, por ejemplo, protegidos y retirados de la circulaci¨®n¡±, completa el agente.
En Barcelona, donde los Mossos calculan que hay 30 grupos muy activos, a¨²n no han detenido a nadie relacionado con ese ¨²ltimo incidente, aunque en el momento lograron ¡°retener¡± a un menor, seg¨²n fuentes de los Mossos. ¡°Si no hay cara, no hay identificaci¨®n¡±, es el lema de los grafiteros que act¨²an a rostro cubierto o bajo firmas colectivas y que tambi¨¦n se enmascaran en las redes sociales, sobre todo en Instagram, donde exhiben sus acciones, en el l¨ªmite con el vandalismo porque afectan siempre a mobiliario o espacios urbanos.
Desde que en 2015 se modific¨® el C¨®digo Penal, la Polic¨ªa apenas pod¨ªa investigar esta tipolog¨ªa delictiva: ¡°La ¨²ltima reforma convirti¨® estas acciones en una falta administrativa por ¡®deslucimiento de bienes¡¯ que apenas nos permit¨ªa abrir una investigaci¨®n¡±, aseguran los agentes especializados en esta materia. ¡°Para acusar de un delito de da?os necesit¨¢bamos el informe pericial de la empresa afectada, en el que se realiza una valoraci¨®n de los desperfectos sufridos y el coste aproximado de su reparaci¨®n¡±, explican. ¡°Por ejemplo, los desperfectos de la acci¨®n llevada a cabo en el metro de Las Rosas est¨¢n valorados en 10.000 euros¡±, concretan.
Los ¨²ltimos a?os han sido, por tanto, casi de impunidad para los grafiteros. Sin embargo, estas ¨²ltimas acciones en Madrid y Barcelona han cruzado una raya m¨¢s gruesa. Ahora se les acusa, adem¨¢s de un presunto delito de da?os, de des¨®rdenes p¨²blicos, atentado contra la autoridad y pertenencia a grupo criminal. ¡°En el caso de Madrid, las ¨²ltimas acciones han servido para que la empresa de Metro nos aporte los informes periciales, que hasta ahora nos denegaban ¡ªen contra de lo que hac¨ªa Renfe, por ejemplo¡ª, y eso nos va a permitir acusar a m¨¢s gente. Ahora lo van a tener de nuevo m¨¢s dif¨ªcil para eludir la Justicia¡±, explican los investigadores.
Polic¨ªas y grafiteros tienen una relaci¨®n de viejos conocidos. Se siguen, se encuentran y se reencuentran. ¡°Se acaba estableciendo una especie de relaci¨®n de amor-odio¡±, aseguran los agentes que hablan con ellos. No en vano, no son pocos los escritores que dedican muchos de sus grafitis a los agentes que les persiguen con un ¡°ACAB¡±: ¡°[All Cops Are Bastards, en sus siglas en ingl¨¦s]. Todos los polic¨ªas son unos bastardos¡±.
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