Nada o revienta, la vida al l¨ªmite de Chano Rodr¨ªguez
De adolescente se embarc¨® a Sud¨¢frica, cuando era joven perteneci¨® a los GRAPO y una huelga de hambre le dej¨® parapl¨¦jico. Hoy es el nadador paral¨ªmpico espa?ol con m¨¢s oros
Hay vidas, se suele decir, que merecen un libro. Hay otras que, directamente, parecen sacadas de uno. La de Sebasti¨¢n Chano Rodr¨ªguez Veloso posee los ingredientes adecuados: errores, dramas, arrepentimientos, superaci¨®n¡ De cambiar jab¨®n por un loro en Senegal a miembro de los GRAPO en unos a?os en los que los interrogatorios los hac¨ªa Billy El Ni?o. De ah¨ª a la c¨¢rcel ¡ªdonde una huelga de hambre le dej¨® parapl¨¦jico¡ª para acabar compitiendo en cinco Juegos Paral¨ªmpicos y convertirse en el nadador adaptado espa?ol con m¨¢s oros de la historia. Todo en la misma persona. Todo en la misma vida. La vida de Chano Rodr¨ªguez.
?C?MO VOY A ESTAR YO MUERTO?
De cuando Chano se fue a Sud¨¢frica en un pesquero.
Chano era, en realidad, el apodo de su hermano mayor. Pero muri¨® con cinco a?os, de meningitis, y el sobrenombre lo hered¨® ¨¦l, Sebasti¨¢n Rodr¨ªguez Veloso, el s¨¦ptimo de 15 hermanos. Descubri¨® Sebasti¨¢n ¡ªChano¡ª esta historia cuando ten¨ªa siete a?os. Rebuscando en una caja antigua dio con un libro de familia y al ver su nombre (que en realidad era el de su hermano) junto a la palabra ¡®fallecido¡¯, rompi¨® a llorar. ¡°?C¨®mo voy a estar yo muerto?¡±, le preguntaba Chano a su madre entre l¨¢grimas.
Chano naci¨® al calor de una familia estructurada y sin agobios econ¨®micos el 28 de febrero de 1957 en C¨¢diz. Sus abuelos, gallegos, hab¨ªan emigrado a Andaluc¨ªa busc¨¢ndose el pan. El lugar donde Chano vino al mundo era una ciudad trabajadora, pesquera, astillera, dura. Su primer recuerdo, rozando los tres a?os, lo ubica en una playa de la provincia, en brazos de su cu?ado Paco. Lo lanzaba al aire, Chano ca¨ªa en al agua y, cuando lograba salir con sus peque?as brazadas, escuchaba: "Ahora vente hasta aqu¨ª". As¨ª aprendi¨® a nadar. Dice Chano, riendo, que su cu?ado fue su primer entrenador. Y que nunca, desde aquel recuerdo, volvi¨® a despegarse del agua. Como una atracci¨®n traum¨¢tica e irremediable.
El padre de Chano ejerc¨ªa de ingeniero naval sin t¨ªtulo. Un se?or vasco licenciado firmaba el papeleo de lo que ¨¦l arreglaba e inventaba. Que no era poco. En 1969, cuando ten¨ªa 12 a?os, la familia se traslad¨® a Vigo, una ciudad trabajadora, pesquera, astillera, dura. Solo cuatro a?os despu¨¦s Chano dej¨® los estudios. ¡°Pues te pones a trabajar¡±, dijo su padre. Y desfil¨® Chano por una empresa de herramientas, un taller de soldadura, otro mec¨¢nico y, finalmente, la mar.
Era lo que siempre hab¨ªa querido. Salir, descubrir, viajar. As¨ª que, con 16 a?os, se embarc¨® en un pesquero rumbo a Sud¨¢frica. Parti¨® de las islas C¨ªes y a la altura de Braga pill¨® tal mareo que estuvo cuatro d¨ªas tumbado en suelo de la bodega. Anulado. Lo super¨® en Canarias y lleg¨® en plena forma a Senegal. All¨ª, en el puerto de Dakar, cambi¨® dos pastillas de jab¨®n y una botella de co?ac por un loro. El p¨¢jaro se convirti¨® en la mascota del barco revoloteando por la cubierta hasta que un mal resbal¨®n lo mand¨® por la borda directo a las h¨¦lices.
En Sud¨¢frica descubri¨® lo que era el apartheid. Y le marc¨®. Volver¨ªa dos veces m¨¢s, siempre en la sala de m¨¢quinas. Entre medias, estudi¨® y aprob¨® un curso de mec¨¢nica. En la fiesta de graduaci¨®n les organizaron una prueba: los 200 alumnos ten¨ªan que lanzarse al mar del puerto de Vigo y coger un pato. Chano se lanz¨®, preocupado por salvar al pato, y fue el primero en agarrarlo. Se lo llev¨® a casa. ¡°De alguna forma ocup¨® el sitio del pobre loro¡±.
¡°MENUDO GILIPOLLAS. A D?NDE VAS¡¡±.
De cuando Chano decidi¨® integrarse en el comando Barcelona.
En casa de Chano se hablaba poco de pol¨ªtica. Aunque era una casa de izquierdas. No fue hasta la adolescencia cuando Chano se dio cuenta de que aquella extra?a foto de su padre con su padrino que presid¨ªa el sal¨®n conten¨ªa, de fondo, un barco ruso con la hoz y el martillo. Lo m¨¢s cercano a una frase pol¨ªtica que su padre le dec¨ªa de adolescente era: ¡°Nadie se hace rico trabajando¡±.
Fue embarcado por segunda vez, de nuevo rumbo a Sud¨¢frica, cuando empez¨® a leer libros que le prestaba su hermano Paco. Libros de M¨¢ximo Gorki, Karl Marx, historia de la URSS¡ A veces, en Vigo, iba a alguna manifestaci¨®n. Nada que no hicieran la mayor¨ªa de los j¨®venes.
La mili le toc¨® en C¨¢diz. Eran los a?os de la reconversi¨®n naval y la ciudad se convirti¨® en un sitio donde la polic¨ªa no se atrev¨ªa a entrar. Mientras ca¨ªan neveras desde las ventanas sobre las cabezas de los antidisturbios, a Chano le pinch¨® la conciencia de clase. De vuelta en Vigo hizo sus primeras pintadas, reparti¨® sus primeras octavillas y mosque¨® a sus primeros polic¨ªas. Nada grave. La convicci¨®n apareci¨® cuando, a finales de los setenta, su hermano Paco fue detenido acusado de pertenencia a los Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre, m¨¢s conocidos como los GRAPO.
Cuando Chano y su madre fueron a visitar a Paco a la c¨¢rcel de A Coru?a se encontraron con un funcionario que les dijo que all¨ª no estaba. En Soria ocurri¨® lo mismo. ¡°Lo encontramos en la tercera o cuarta c¨¢rcel¡±. Chano se implic¨® con las familias de presos y ayud¨® a organizar los viajes. Comenzaron las detenciones.
Fueron cinco casi seguidas. Llamaban a su casa en Vigo, preguntaban por ¨¦l como si se tratase de un amigo y en 10 minutos media docena de furgones estaban plantados en su calle. ¡°Yo no me consideraba un grapo. Ni siquiera un t¨ªo pol¨ªtico o militante. Solo alguien con cierto sentido de la lealtad. No pod¨ªa dejar a mis amigos ni a las familias. Y eso fue lo que me trajo los quebraderos de cabeza¡±.
En cada detenci¨®n le aplicaban la Ley Antiterrorista. ¡°Lo que nos hac¨ªan no se lo deseo a nadie¡±. Cada vez que hab¨ªa un atentado ¡ªde quien fuese y donde fuese¡ª lo iban a buscar a casa. Las dos ¨²ltimas detenciones se lo llevaron a Madrid.
La Direcci¨®n General de Seguridad (DGS) estaba en la Puerta del Sol. Por all¨ª campaba en 1981 Antonio Gonz¨¢lez Pacheco, Billy El Ni?o, al frente de la Brigada Central de Informaci¨®n (antes Brigada Pol¨ªtico-Social). ¡°Cuando nos quer¨ªan meter miedo de verdad nos dec¨ªan que ven¨ªan los de la Brigada de Madrid. Ah¨ª temblabas. Hasta que me toc¨® ir¡ Cualquiera que haya pasado por la DGS no puede caminar hoy por la Puerta del Sol sin que le entre un escalofr¨ªo¡±, dice Chano.
Palizas, calabozos que eran mazmorras, ayunos, interrogatorios en bucle¡ ¡°Si hac¨ªa falta firmabas la muerte de Manolete¡±. Y firm¨® Chano, tras dos d¨ªas all¨¢ dentro, que hab¨ªa puesto una bomba. ¡°Y me preguntaban luego en la declaraci¨®n: ?c¨®mo era la bomba? Y yo: ¡°Pues as¨ª, con cables¡±, pensando en alguna bomba de las pel¨ªculas. Yo qu¨¦ carallo sab¨ªa¡¡±.
Enfilaba ya la prisi¨®n cuando en 1982 gan¨® el PSOE y cambi¨® su destino. De vuelta a Vigo tom¨® una decisi¨®n. La decisi¨®n. ¡°Sal¨ª con los huevos hinchados y dije: ¡®Voy a ir hasta el final¡¯. En realidad, yo nunca me lo hab¨ªa planteado. Pero voy a decir algo, para que no se me malinterprete: nada de lo que hice es justificable. No lo justifican ni las palizas, ni las torturas, ni la violencia de Estado¡. Nada¡±.
Antes de partir, rumbo a integrarse en un comando, habl¨® con sus padres. Les dijo que se iba. No hizo falta a?adir nada m¨¢s. Su padre, por primera y ¨²nica vez, le cruz¨® la cara de pura impotencia. Despu¨¦s Chano cogi¨® un petate y se fue a Barcelona.
¡°Menudo gilipollas. A d¨®nde vas¡¡±. Se lo murmulla Chano a s¨ª mismo mirando al vac¨ªo, como si estuviese viendo aquella escena en una pantalla imaginaria.
Dice Chano que a Barcelona no fue con la idea de pegar tiros. Pero que fue. Nueves meses dur¨® aquello. Integrado en un comando, viviendo en un piso franco, conociendo por primera vez el estr¨¦s. Lo detuvieron en una redada en 1985. Furgoneta, capucha y pu?etazos. ¡°Me hago responsable de lo que hizo el grupo esos nueve meses, haya participado yo o no. Soy responsable porque formaba parte de ¨¦l¡±.
Y lo que hizo el grupo esos nueve meses fue, entre otras cosas, asesinar en Sevilla al entonces presidente de la Confederaci¨®n de Empresarios Andaluces, Rafael Padura, hacer lo propio con Manuel ?ngel de la Quintana, presidente de una inmobiliaria en Madrid y dejar malherido a un ingeniero de TVE en A Coru?a.
¡°Yo ya cumpl¨ª condena y lo que queda ahora es mi conciencia. Cuando yo me acuesto y cierro los ojos, eso queda para m¨ª¡±.
SI LO MOV?IS, SE MUERE
De cuando a Chano se le olvid¨® c¨®mo era comer.
En 1985, en la tercera galer¨ªa de Carabanchel, hab¨ªa un muerto a la semana. Un agujero de cemento y calor donde conviv¨ªan grupos estancos que a veces chocaban entre s¨ª: delincuentes comunes, capos de organizaciones, narcos, miembros de ETA, de Terra Lliure, de los GRAPO¡ Estos ¨²ltimos se organizaron en comunas. ¡°Para nosotros, por aquel entonces, algunos miembros de ETA eran burgueses, ni?os de pap¨¢. Ellos, por un lado, nosotros, por otro. Por su parte, algunos nos ve¨ªan como enemigos, por espa?oles¡±, dice Chano.
Enseguida comenz¨® el baile. De Carabanchel a Soria, de all¨ª a Alcal¨¢ Meco y despu¨¦s a Badajoz, pasar por Almer¨ªa y moverse a Valencia. Dispersi¨®n, lo llamaron. Y admite Chano que, entonces, ten¨ªa cierto sentido, porque en el mismo sitio y con la misma gente, ideas e ideolog¨ªa se retroalimentan. En lo que respecta a Chano y al resto de miembros de los GRAPO, separarse era poner en riesgo sus vidas: ¡°Hab¨ªa muchos funcionarios y presos que nos ten¨ªan ganas. Corr¨ªamos peligro de muerte¡±. As¨ª que protestaron.
El 30 de noviembre de 1989, 38 miembros de los GRAPO comenzaron una huelga de hambre. ¡°Te lo crees. Crees que eres el bien, que el sistema es el mal. Te lo justificas a ti mismo¡¡±.
Fueron 432 d¨ªas. Un a?o, dos meses y quince d¨ªas sin comer. Las consecuencias fueron funestas.
Ocurri¨® una ma?ana al incorporarse de la cama. Chano llevaba un mes sin ingerir alimento alguno. ¡°Me puse de pie y empec¨¦ a perder el control. De mi cuerpo, de mis pensamientos. De todo. Era como si me hubiese vuelto loco¡±. Cuando despert¨® en la enfermer¨ªa el m¨¦dico le explic¨® a Chano que el organismo se hab¨ªa quedado sin glucosa. Y que se la estaba empezando a quitar al cerebro. Aquel a?o fue cuando m¨¢s lo movieron. Pis¨® cuatro c¨¢rceles y lleg¨® a quedarse en 40 kilos.
Desde el segundo mes la alimentaci¨®n fue forzosa. Denunciaron y, a pesar de que una magistrada llamada Manuela Carmena (actual alcaldesa de Madrid) dijo que alimentarles a la fuerza atentaba contra su dignidad, el fallo del Constitucional respald¨® al Gobierno. En Almer¨ªa ya qued¨® postrado en una cama. Lo ataban de pies y manos y le introduc¨ªan una sonda. Chano intentaba quit¨¢rsela. ¡°As¨ª muri¨® Sevillano Mart¨ªn, de un infarto cuando se resist¨ªa a la sonda. Yo me llegu¨¦ a notar la columna toc¨¢ndome el vientre¡±. En Badajoz, en pleno verano, Chano usaba gorro y guantes de lana. ¡°A [Jos¨¦] Barrionuevo y a [Antoni] Asunci¨®n [ministros de Interior] les importaba un carajo si nos mor¨ªamos, pero pol¨ªticamente no pod¨ªan permitirlo¡±.
El pen¨²ltimo traslado fue desde Badajoz a Almer¨ªa: ¡°Si lo mov¨¦is, se muere¡±, dijo el director de la prisi¨®n. ¡°Pues que se muera¡±, respondi¨® el sargento de la Guardia Civil encargado del viaje. Por el camino Chano entr¨® en parada y lo resucitaron. Cuando recobr¨® la conciencia reuni¨® fuerzas para dirigirse al sargento: ¡°Si tanto quieres que me muera, p¨¦game un tiro¡±. Esa noche lleg¨® a Almer¨ªa. Vivo. D¨ªas despu¨¦s, los grapo pusieron fin a la huelga. ¡°No hay un solo d¨ªa que no pases hambre. Cada uno de los 432 d¨ªas mi cuerpo me suplic¨® comida¡±.
¡°?Si me sirvi¨® de algo? Ha definido todo el resto de mi vida. Compito, aguanto el dolor, pierdo 5 kilos si hay que perderlos¡ Si hay que hacer algo, lo hago¡±.
Chano fue trasladado a Valencia donde empez¨® la recuperaci¨®n bebiendo un preparado de leche y no comenz¨® a ingerir alimentos s¨®lidos hasta pasada una semana. ¡°No acertaba con la cuchara en la boca. Es acojonante, pero me hab¨ªa olvidado del gesto¡±. Poco a poco empez¨® a mover los brazos y el tronco. Pero las piernas no respond¨ªan. ¡°No las sent¨ªa¡±.
TU MENTE TE DICE: TE AHOGAS. PERO NO TE AHOGAS.
De cuando Chano decidi¨® empezar a nadar en direcci¨®n contraria.
El diagn¨®stico estableci¨® que, debido a la desnutrici¨®n, la prote¨ªna encargada de preservar la m¨¦dula dej¨® de ser generada por el cerebro de Chano. No volver¨ªa a caminar.
En la c¨¢rcel de Valencia hab¨ªa una piscina. Varios enfermeros y guardias, acompa?ados por el director de la prisi¨®n, ayudaron a Chano a sentarse en el bordillo. Chano mir¨® la superficie, vio sus piernas inm¨®viles y se dej¨® caer. ¡°Fue como saltar al vac¨ªo¡±. Relajado, su cuerpo descendi¨® hasta el fondo. ¡°Me sent¨ª libre como hac¨ªa a?os¡±. Chano miraba hacia arriba y, borrosas por encima de la superficie, distingu¨ªa las cabezas preocupadas de los funcionarios asomados. ¡°Este se ahoga¡±, r¨ªe Chano.
Sus ¨²ltimos meses en prisi¨®n discurrieron en Galicia. Ante un juez coru?¨¦s se present¨® Chano en 1994 con una hoja arrugada en las manos llena de peticiones. Usted no necesita nada de eso, le dijo el juez. Lo que necesita es salir de aqu¨ª. ¡°Era un juez superfacha¡±, recuerda Chano sonriendo. ¡°Pero me dijo: si van a soltar a Amedo y a Dom¨ªnguez (expolic¨ªas vinculados a los GAL cuyo indulto estudiaba aquel a?o el Gobierno del PSOE) yo le suelto a usted por mis cojones¡±. Y le solt¨®.
Dio tumbos Chano un tiempo de trabajo en trabajo en su nueva vida. Encuadernador, recepcionista, dependiente¡ Hasta que aparecieron Miguel Carballeda y la ONCE y empez¨® a jugar al baloncesto en silla de ruedas. Tambi¨¦n, y sobre todo, a nadar.
Empez¨® en campeonatos de Espa?a, pero Chano se aburr¨ªa: ganaba siempre. Estaba a punto de dejarlo cuando Pablo Beiro, exdeportista paral¨ªmpico vigu¨¦s, le anim¨® a intentar una marca. Era el a?o 1998. Logr¨® la marca y, unos meses despu¨¦s, en un campeonato de C¨¢diz con su madre en la grada de la piscina, bati¨® un r¨¦cord del mundo. ¡°Me dije: pues nada, me voy a dedicar a esto¡±.
Una cosa es nadar y otra competir. Chano lleva en sus brazos (metaf¨®ricamente y tatuados) cinco Juegos Paral¨ªmpicos, 8 medallas de oro, 4 de plata y 4 de bronce. Junto a Richard Oribe es el nadador espa?ol adaptado con m¨¢s oros de la historia. ¡°El 90% es mental. Est¨¢s nadando y la cabeza te pide que pares. Y t¨² tienes que aprender a seguir. Entrenarte para no hacerle caso, para saber sufrir. Tu mente te enga?a, te dice: te ahogas. Pero no te ahogas¡±.
La presi¨®n es tal que las costumbres se convierten en man¨ªas y a veces en obsesiones. Ah¨ª aparece Manuela Rodr¨ªguez, su psic¨®loga deportiva. La competici¨®n no tiene piedad: el gorro, la posici¨®n de las gafas, la temperatura del agua, el color de la piscina¡ Todo cuenta. ¡°Conozco nadadores que pierden la carrera en los minutos de espera antes de salir. Se derrumban¡±.
A Chano, adem¨¢s, le duele el hombro, la espalda, las lumbares, un pectoral, el cuello¡ Amaia, Josefina y Francisco, sus m¨¦dicos y fisioterapeutas, le explicaron cierto d¨ªa que una persona que no nada rota su hombro aproximadamente un mill¨®n de veces a lo largo de su vida. Chano lo habr¨¢ hecho unos 6 millones de veces.
Entre medias, ha realizado tres traves¨ªas en la costa gallega. La ¨²ltima le llev¨® a dar la vuelta a la r¨ªa de Vigo. Tard¨® 25 horas. ¡°Cuando llevaba 15 no pod¨ªa m¨¢s. Estaba helado, me estallaba la cabeza. As¨ª que me puse de espaldas y, mientras ve¨ªa ponerse el sol, me imaginaba que estaba tumbado en mi casa jugando con mis perros¡±. Y as¨ª aguant¨® diez horas m¨¢s.
¡°?Que c¨®mo puedo? Bueno, ?c¨®mo se puede aguantar 430 d¨ªas sin comer?¡±.
El pr¨®ximo objetivo de Chano es hacer la marca m¨ªnima para clasificarse para el campeonato del Mundo que se celebra en Malasia. Despu¨¦s, en el horizonte, est¨¢n los Juegos de Tokio. ¡°Mis principios, los mismos, fueron los que me llevaron a cometer errores, a estar un a?o sin comer y a ganar 16 medallas¡±.
A Chano le preguntan siempre los periodistas si est¨¢ arrepentido. O si quiere pedir perd¨®n de forma expresa y p¨²blica por su pasado. ¡°Yo digo lo que necesite quien lo necesite. Pero creo firmemente que mi vida, lo que he hecho y hago es lo que mejor habla por m¨ª. Para m¨ª ser¨ªa f¨¢cil decir: yo ese d¨ªa no estaba. Pero yo soy responsable y quiero pedir perd¨®n y redimirme con hechos¡±.
Chano es una persona muy popular en Vigo y en toda Galicia. Apoyado por la ONCE y varios colaboradores, da charlas en colegios e institutos, participa en ONG y distintas asociaciones, adem¨¢s de formar parte del equipo paral¨ªmpico nacional de nataci¨®n. Colabora en campa?as y organiza eventos para ayudar a los j¨®venes. ¡°Lo que me mueve a todo esto, a levantarme a las 5 de la ma?ana, a no comer, a entrenar a diario, a sentir dolor por todo mi cuerpo es devolverle a la sociedad un poco de lo que le he robado. Me he autoimpuesto un compromiso social, nadie me lo ha pedido. Lo he adquirido¡±.
Sue?a Sebasti¨¢n Rodr¨ªguez con ser abanderado del equipo paral¨ªmpico espa?ol en Tokio. No est¨¢ f¨¢cil. Hay patrocinador e instituciones a quienes no les hace gracia. Su pasado pesa. La imagen dar¨ªa la vuelta al mundo.
¡°Yo lo veo al rev¨¦s¡±, dice. ¡°Soy el ejemplo de que los errores te pueden llevar a lograr cosas. Y ayudar a otros a que no los cometan. No pretendo ser ejemplar, solo aprender del pasado, vivir el presente y trabajar para el futuro¡±.
[Edici¨®n de Guiomar del Ser]