Podemos: el partido en el que no caben dos amigos
Pablo Iglesias e ??igo Errej¨®n eran ¨ªntimos. Juntos inventaron una f¨®rmula que so?¨® con alcanzar el poder. Pero fueron ellos los que no sobrevivieron al asalto a los cielos
Hace mucho tiempo que a Pablo Iglesias e ??igo Errej¨®n les cuesta hablar de forma relajada de s¨ª mismos y de lo que les ha pasado en los ¨²ltimos cinco a?os. Cuando lo hacen, con cervezas y amigos, ambos tienen un an¨¢lisis parecido. ¡°Esto pasa por montar un partido con colegas. La pol¨ªtica a veces saca lo peor de la gente¡±, cuentan que suele resumir Iglesias. ¡°Nos lleg¨® todo demasiado pronto. En 2016 est¨¢bamos decidiendo qui¨¦n gobernaba Espa?a y el futuro de la izquierda. Y pusimos la pol¨ªtica por encima de la amistad¡±, dicen que sintetiza Errej¨®n.
Pablo e ??igo no eran solo amigos, como Alfonso Guerra y Felipe Gonz¨¢lez, protagonistas de otro gran drama pol¨ªtico en la izquierda espa?ola. Eran gemelos. Inseparables desde que se conocieron en la facultad de Pol¨ªticas de la Complutense. No solo compart¨ªan lecturas, viajes y despacho en la universidad cuando fueron profesores. Hasta los fines de semana los pasaban juntos, en Valsa¨ªn, en la sierra segoviana. All¨ª dorm¨ªan en un piso alquilado que pagaban entre tres parejas: la de Iglesias con Tania S¨¢nchez, la de Errej¨®n con Rita Maestre, y la de Ariel Jerez, profesor de la Complutense como ellos, y Bel¨¦n Guerra.
Juan Carlos Monedero tambi¨¦n ten¨ªa una casa en Valsa¨ªn. Hasta Ram¨®n Espinar alquil¨® durante una temporada otra encima de la de las tres parejas. Estos nombres, entonces los de un an¨®nimo grupo de amigos de izquierdas y activistas, curtidos en batallas casi siempre minoritarias, ser¨ªan m¨¢s tarde claves en la historia de la izquierda espa?ola y llegar¨ªan a condicionar gobiernos.
Ahora que todo parece irreconciliable, algunos de sus mejores amigos e incluso ellos mismos recuerdan cuando Iglesias y Errej¨®n parec¨ªan una sola persona. Cuando pensaban casi igual. En medio hubo discusiones estrat¨¦gicas, ideol¨®gicas, conspiraciones internas y una descarnada lucha por el poder. Pero hace solo cinco a?os, cuando fundaron Podemos, era completamente diferente.
Todo el grupo es adicto a las series, las usan siempre como met¨¢fora. Iglesias suele acudir a una para explicar lo que les pas¨®. Es Counterpart. En plena Guerra Fr¨ªa, por un experimento secreto fallido, el mundo entero se clona en otro espacio. Al principio, los clones en los dos mundos son iguales. Con el tiempo, uno en un mundo puede ser actor y el otro ingeniero, en funci¨®n de las circunstancias. Esta es la versi¨®n m¨¢s suave. La realidad es mucho m¨¢s parecida a un Juego de tronos en peque?ito y sin poder. ¡°Los latinoamericanos nos avisaron de que esto nos pasar¨ªa cuando lleg¨¢ramos al poder, pero es que a nosotros nos ha pasado antes. Es una verg¨¹enza, era una oportunidad ¨²nica para nuestra generaci¨®n y la estamos tirando a la basura¡±, sentencia uno que vio crecer y romperse la amistad de la pareja clave de Podemos.
?Ambici¨®n de poder, pelea de egos o batalla ideol¨®gica? Para los de Iglesias, Errej¨®n nunca acept¨® ser el n¨²mero dos y conspir¨® contra el l¨ªder hasta que este se enter¨® ¡ªel famoso Jaque Pastor, el cruce de mensajes de Telegram que preparaba una operaci¨®n de asalto a la c¨²pula¡ª. Para los errejonistas, fue un debate ideol¨®gico que empez¨® tras las generales de 2015, cuando Podemos tom¨® la decisi¨®n clave de su breve historia: forzar unas nuevas elecciones en las que el sorpasso nunca lleg¨®. Errej¨®n apostaba por un acercamiento al PSOE, no ve¨ªa otras elecciones y rechazaba la lista conjunta con IU. Iglesias hizo lo contrario. Perdieron un mill¨®n de votos, no hubo sorpasso y Rajoy pudo gobernar hasta que una moci¨®n de censura promovida especialmente por Iglesias le ech¨® en 2018. Ese d¨ªa, Errej¨®n clamaba ¡°Pablo me ha dado la raz¨®n tanto tiempo despu¨¦s¡±. Pero nunca se la dio. Porque ya no se hablaban. Iglesias elimin¨® a los errejonistas tras su reelecci¨®n en Vistalegre II y se rode¨® de un c¨ªrculo nuevo, con Irene Montero, primero su jefa de gabinete, ahora portavoz, su pareja y madre de sus hijos, como personaje clave.
De la fotograf¨ªa m¨ªtica de Podemos, la fundaci¨®n con cinco profesores universitarios abrazados, solo queda Iglesias en la c¨²pula. ?l insiste en que en realidad Monedero sigue a su lado como gran consejero, y dice que no fueron cinco los fundadores, sino muchos m¨¢s. Pero esa imagen tiene mucha fuerza y la usan los errejonistas para acusarle de leninista.
En aquel debate de investidura fallido de 2016, cuando Iglesias le sac¨® la ¡°cal viva¡± a Pedro S¨¢nchez en el pleno del Congreso, la cara de Errej¨®n hizo p¨²blico lo que muchos sab¨ªan dentro de Podemos: que ya no se aguantaban. El Jaque Pastor hab¨ªa roto definitivamente la amistad. Dos semanas despu¨¦s, rozando casi la medianoche, el errejonista Sergio Pascual era destituido de forma fulminante como secretario de organizaci¨®n. Errej¨®n desapareci¨® dos semanas. Pensaron que dimit¨ªa. Pero no lo hizo. Se qued¨® a esperar una ocasi¨®n mejor.
Pablistas y errejonistas acusan al rival de no haber sido capaz de gestionar el enorme problema que supone para cualquier ego pasar del anonimato a convertirse en un fen¨®meno medi¨¢tico y tener en sus manos el futuro de la izquierda. Todos han quedado devastados. ¡°Esto ha sido muy duro¡±, repiten en los dos lados. Pero nadie se rinde. La guerra sigue.
En menos de cinco a?os Iglesias ha pasado de considerar a Errej¨®n ¡°el Xabi Alonso de Podemos, el que siempre ve estrat¨¦gicamente la jugada y sabe hacer los c¨¢lculos¡± a decir con desprecio que ¡°??igo no es Manuela [Carmena]¡±. Errej¨®n, por su parte, ha pasado de ensalzar los ¡°sacrificios personales¡± de Iglesias y su condici¨®n de ¡°pararrayos de los ataques medi¨¢ticos¡± a avisarle cinco minutos antes del acuerdo con Carmena para concurrir bajo la marca M¨¢s Madrid a las elecciones. De lo poco que queda intacto es el respeto intelectual entre los dos doctores en Ciencias Pol¨ªticas que en 2014 dieron un golpe al tablero nacional y saltaron a la fama como padres fundadores del partido que se puso como meta asaltar los cielos.
Aquellos maravillosos a?os en los que Iglesias y Errej¨®n atrajeron a cientos de miles de desencantados con la ¨¦pica llamada con la que Karl Marx defini¨® a la Comuna de Par¨ªs de 1871 han dado paso a la noche m¨¢s oscura de Podemos. Si la sublevaci¨®n de Par¨ªs apenas dur¨® tres meses, Podemos cumpli¨® el jueves cinco a?os sumido en su crisis m¨¢s profunda. Pol¨ªtica y personal. ¡°Vuelvo a sentir verg¨¹enza de que se hable de nosotros por maniobras de este tipo. Este cumplea?os no es feliz¡±, resumi¨® Iglesias.
Nadie se sorprendi¨® por este ¨²ltimo coletazo de la guerra eterna entre los dos viejos amigos. Algunos incluso se?alan que ya empez¨® en 2015, cuando Iglesias estaba en B¨¦lgica como eurodiputado y Errej¨®n construy¨® Podemos con su grupo de confianza, que luego los pablistas desmontar¨ªan poco a poco. Pero entonces todav¨ªa hablaban. Pod¨ªan tomarse unas cervezas y arreglarlo.
La batalla m¨¢s importante lleg¨® en Vistalegre 2, en febrero de 2017. La derrota de Errej¨®n fue dur¨ªsima. Tuvo que pasar el trago de escuchar a los miles de militantes corearle, como reproche, ¡°?Unidad, unidad!¡±, cuando sali¨® al escenario. Los equipos de ambos estaban reunidos en camerinos contiguos, y en el de los errejonistas se escucharon los gritos de Montero contra ellos.
Los entornos estaban m¨¢s enfrentados casi que ellos mismos; Iglesias y Errej¨®n llegaron, de hecho, a fundirse en un abrazo ¡ªen el escenario, hacia la militancia¡ª pero tambi¨¦n entre bambalinas, cuando conocieron la victoria de Iglesias. Despu¨¦s de esa derrota, el viejo amigo perdi¨® su plaza como portavoz parlamentario y su esca?o al lado del l¨ªder. Le sustituy¨® Montero, todo un s¨ªmbolo de los nuevos tiempos. Iglesias y Errej¨®n pactaron entonces que el exn¨²mero dos de Podemos ser¨ªa, como premio de consolaci¨®n, el candidato a presidir Madrid.
Ahora Errej¨®n se enfrenta de nuevo a Iglesias con una aliada potente: es muy dif¨ªcil para la izquierda madrile?a atacar a Carmena. El ¨®rdago final es muy fuerte. Los errejonistas ven posible a¨²n un acuerdo mientras los pablistas hablan de traici¨®n y lo ven inviable. En el grupo de viejos amigos, roto por la pol¨ªtica, ahora se lamentan de la tradici¨®n cainita de la izquierda, que amenaza un proyecto que so?¨® con asaltar los cielos y est¨¢ reventando a sus protagonistas sin haberlo conseguido. En Podemos, nadie se sorprende. Tanto que el chat de la direcci¨®n est¨¢ en silencio desde el jueves, el d¨ªa de la crisis, como si nada hubiera pasado. En realidad era lo de siempre: Pablo e ??igo rompi¨¦ndose un poco m¨¢s. Y con ellos su creaci¨®n.
Con informaci¨®n de Elsa Garc¨ªa de Blas.
Una relaci¨®n desgastada por la pol¨ªtica
La reivindicaci¨®n que Errej¨®n hizo de s¨ª mismo en el pulso que mantuvo en primavera con Espinar por el control de las listas de la candidatura a la Comunidad de Madrid ya barruntaba la tormenta que se avecinaba en Podemos. "Marco la diferencia, no estoy para hacer bulto", sentenciaba el pasado abril en La Morada, la sede social y cultural de Podemos. Iglesias intervino y dio por resuelta la crisis. Al mismo tiempo, Errej¨®n dec¨ªa entonces que el encargo de Iglesias para que ¨¦l fuera el candidato revelaba la "inteligencia pol¨ªtica" del l¨ªder de Podemos. Casi un a?o despu¨¦s, Iglesias se declaraba "triste" y "tocado" por el movimiento estrat¨¦gico de su amigo y la gran figura ic¨®nica de los denominados Ayuntamientos del cambio. "No doy cr¨¦dito a que Manuela e ??igo nos hayan ocultado que preparaban lanzar un proyecto electoral propio para la Comunidad". "Me gusta pensar que seguimos siendo amigos, pero la pr¨¢ctica pol¨ªtica desgasta afectos", le contest¨® Errej¨®n.
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