La nueva pol¨ªtica desquicia a todos
Casado recurre a Aznar para cerrar la sangr¨ªa hacia Vox mientras Feij¨®o avisa: ¡®sigo aqu¨ª¡¯. El PP sufre su propia pinza pero la izquierda est¨¢ a¨²n peor
La mayor¨ªa de los dirigentes del PP lleva dos navidades muy complicadas. La de 2017 se tuvieron que esforzar con varios familiares, sobre todo los m¨¢s j¨®venes, para que no se fueran a Ciudadanos. Incluso algunos hijos de ministros se pasaron al enemigo. Estas de 2018 fueron peores. Ahora son los de su generaci¨®n, los abuelos y los cu?ados, los que les han amargado las fiestas con la amenaza de votar a Vox. ¡°Ha sido insoportable, y el problema es que ya no podemos decir que es un voto in¨²til porque en Andaluc¨ªa han mostrado su influencia¡±, se queja un dirigente regional.
Por fuera, la convenci¨®n del PP parece todo alegr¨ªa, m¨²sica, entusiasmo con el discurso de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, que ha vuelto por la puerta grande para decir claro que ¨¦l es ahora el hombre fuerte y que Pablo Casado es su heredero de verdad, no como Mariano Rajoy que le sali¨® rana. Pero en los pasillos, el terror a una pinza entre Ciudadanos y Vox, la ¡°moda¡± que crece sin freno, concentra todas las conversaciones.
Como ser¨¢ de fuerte ese miedo que hasta el propio Esteban Gonz¨¢lez Pons, despu¨¦s de una provocadora broma de un representante de Tabarnia, ruega ante un p¨²blico hecho de cuadros del partido: ¡°?No os afili¨¦is a Vox! Ni Loyola de Palacio ni Rita Barber¨¢ lo habr¨ªan hecho. Os lo digo yo que las conoc¨ª bien¡±.
El propio discurso de Aznar parece pensado de principio a fin como un freno a la hemorragia de Vox. Para Ciudadanos, con los que tambi¨¦n coquete¨® el presidente, hab¨ªa otro ant¨ªdoto: Mario Vargas Llosa, otra estrella de la convenci¨®n. El premio Nobel apoyaba hasta ahora a Albert Rivera.
Pero no todo el PP se ha hecho de repente aznarista tras 10 a?os de marianismo intenso. Fue Rajoy quien aup¨® a la mayor¨ªa de los barones, de los alcaldes, de los cuadros intermedios que est¨¢n sentados en esa sala. Aznar a¨²n tiene muchos detractores, aunque ahora est¨¦n tan callados como los aznaristas hace unos meses. ¡°?Ni que fuera Jesucristo!¡±, se indignaba un delegado cuando el expresidente se paseaba por la platea lentamente y entre v¨ªtores, como en sus mejores tiempos.
Pero igual que Rajoy tuvo a Aznar como jefe de la oposici¨®n, Casado tambi¨¦n sufre la vigilancia del nuevo l¨ªder del otro PP. Alberto N¨²?ez Feij¨®o, que durante a?os hizo ex profeso discursos anodinos en las convenciones y congresos del PP, se prepar¨® un texto rotundo el viernes que levant¨® el escenario. Un recordatorio para todos de que, aunque ¨¦l renunciara a la carrera por el liderazgo tras la retirada de Rajoy, sigue all¨ª como alternativa.
El presidente gallego, que ha dejado caer, como otros muchos, que no le gusta tanto acercamiento a Vox, habl¨® claro: ¡°?Vamos a cometer el error de dejar a los nacionalistas las banderas de las autonom¨ªas y las lenguas? Entonces nunca ganaremos en las autonom¨ªas donde hay lengua propia. ?El PP ha sido el dique de contenci¨®n del nacionalismo en Galicia!¡± clam¨®. Feij¨®o presume de que all¨ª no se le col¨® Ciudadanos y cree que tampoco lo har¨¢ Vox. Y se coloca como la opci¨®n moderada por si este giro a la derecha saliera mal. Otros tienen otra t¨¦cnica para frenar a los de Santiago Abascal: ¡°Pero qu¨¦ me est¨¢n contando, si Vox est¨¢ a mi izquierda, en mi ciudad no entran¡± dice un alcalde madrile?o del ala m¨¢s conservadora.
El PP est¨¢ desquiciado con la nueva pol¨ªtica. Pero no es el ¨²nico. ¡°El sistema est¨¢ colapsando. Los ciudadanos est¨¢n dise?ando una receta que no sabemos cocinar. Si PP y Ciudadanos no suman, que no lo har¨¢n, el ¨²nico bloque estable ser¨ªa el PSOE con Ciudadanos y eso es inviable por Catalu?a¡±, resume un veterano dirigente popular.
Por fuera, el PP est¨¢ euf¨®rico por haber logrado el Gobierno en Andaluc¨ªa. Por dentro, vive aterrorizado por la posibilidad de que alguno de los dos de la pinza le arrebate el liderazgo de la derecha. Pero en la izquierda las cosas no est¨¢n mucho mejor. Hace solo dos meses, los socialistas estaban convencidos de que la suma de PSOE y Podemos se alzar¨ªa con m¨¢s poder que nunca despu¨¦s de las municipales de mayo. La llegada de Vox a Andaluc¨ªa y la explosi¨®n interna de Podemos de esta semana ha terminado de desquiciar a todos los estrategas de la izquierda. ¡°Necesitamos que Podemos aguante. Nos podemos encontrar con que el PSOE sea el partido m¨¢s votado en buena parte de Espa?a y sin embargo no pueda gobernar en ning¨²n lado si Podemos no resiste¡±, se inquieta un dirigente.
¡°La ¨²nica que se hab¨ªa salvado de la guerra interna de la izquierda era Manuela Carmena, a la que nunca se mezcl¨® en temas internos. Ahora con esta operaci¨®n de ??igo Errej¨®n ella tambi¨¦n queda tocada¡±, sentencian en Podemos desde el sector de Pablo Iglesias. Los errejonistas piensan lo contrario, que est¨¢ mucho m¨¢s fuerte la marca Carmena que la marca Podemos.
Lo cierto es que la ¨²ltima crisis no solo hunde la moral de la formaci¨®n morada sino que afecta tambi¨¦n a sus socios del PSOE, que ven cada vez m¨¢s factible que el nuevo eje de derechas que les ha apartado de Andaluc¨ªa los desplace en otros muchos territorios. Los barones socialistas, muy nerviosos por esta posibilidad, reaccionan de forma cada vez m¨¢s incontrolable para el Gobierno.
Si S¨¢nchez finalmente no hace caso a algunas personas muy relevantes de su entorno y no convoca el superdomingo electoral ¡ªtodos los comicios a la vez en mayo¡ª los intereses se har¨¢n claramente contradictorios entre ¨¦l y los que s¨ª se juegan su puesto. Mientras el Ejecutivo intenta pactar los Presupuestos con los catalanes para ver si puede alargar la legislatura y esperar que pase la ola de derechas, los barones y alcaldes quieren que rompa ya con los independentistas para evitar que la campa?a se centre en Catalu?a, algo que saben demoledor.
Mientras, todos resisten como pueden esta explosi¨®n en sus comunidades de los temas estrella de Vox: los toros, la caza, las tradiciones. Espa?a no se ha hecho de derechas de repente, explican dirigentes territoriales, pero s¨ª la agenda pol¨ªtica por miedo a Vox.
¡°Estamos m¨¢s de derechas que nunca¡±, explica un estratega de una campa?a regional del PP. ¡°La gente quiere ca?a. Hace cinco a?os a muchos les daba verg¨¹enza llevar una pulserita de Espa?a. Te dec¨ªan facha. Pero ahora si no la llevas eres de la derechita cobarde. Ahora nos estamos haciendo todos taurinos y cazadores. Ya veremos si dentro de dos a?os volveremos a ser socialdem¨®cratas, como le dec¨ªan a Montoro, pero esto es lo que hay ahora y el que no lo vea no puede hacer campa?a en ning¨²n pueblo¡±. Algunos a¨²n conf¨ªan en que sea una moda pasajera. De momento ha logrado desquiciar a todos.
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