Pedro me quiere
Al llegar al sitio me encuentro con que la cita ¨ªntima es el mitin, perd¨®n, acto de presentaci¨®n, de la precampa?a electoral del PSOE
El viernes por la noche un desconocido me regal¨® flores. Sal¨ªa yo del curro a las tantas, para variar, y me llamaron de seguridad con su poquito de choteo con que me hab¨ªa llegado un ramo el d¨ªa despu¨¦s de San Valent¨ªn. M¨¢s vale tarde que nunca, pens¨® una. Como era el caso que hab¨ªa quedado a cenar con un se?or, fui a por ellas ipso facto, no fuera a ser que fueran de ¨¦l y quedara yo mal por presentarme a la cita sin ellas, o que fueran de otro y quedara a¨²n peor llev¨¢ndolas. Misterio. Las flores, cuatro rosas de varios colores, no eran de nadie. Una nota manuscrita pero que se notaba que era fotocopiada me deseaba feliz d¨ªa de los Enamorados, y me informaba de que en el seno del remitente siempre tendr¨ªa abrigo, pero de concretar nada, como todos. Ni firma, ni data ni se?as. Total, que como no era cuesti¨®n de llevarlas a mi cena en plan con los nardos apoyaos en la cadera, le dije al segurata que se las regalara a su novia (o su novio) y me olvid¨¦ del tema.
El lunes se aclar¨® el enigma. A mediod¨ªa, me llaman de Ferraz al m¨®vil y me dicen que Pedro, (S¨¢nchez, infiero) en persona, me invita el martes (por hoy a mediod¨ªa) ¡°a un acto muy bonito y peque?o con influencers¡± y que le encantar¨ªa contar con mi presencia. ?Influqu¨¦?, pens¨¦, pero dije que s¨ª al momento, no fuera a ser que se arrepintieran. Al a¨²n presidente del Gobierno no se le puede decir que no a nada as¨ª a lo tonto, porque si no te tuitea la exclusiva. Total: otro chasco. Al llegar al sitio me encuentro con que la cita ¨ªntima es el mitin, perd¨®n, acto de presentaci¨®n, de la precampa?a electoral del PSOE, que la sala est¨¢ de bote en bote de ministros, periodistas y simpatizantes del partido, que el lema de la misma es La Espa?a que quieres, y que por eso las rosas, y la nota an¨®nima, y el misterio y la intriga, etc¨¦tera. Otra cosa no, pero ah¨ª estuvo r¨¢pido S¨¢nchez. Y bic¨¦falo. El viernes, al puntito de las 10 a.m, estaba? convocando elecciones como presidente, y a las 21 p.m mandando flores por las redacciones como candidato a las mismas.? El tal Iv¨¢n Redondo, el adl¨¢ter del l¨ªder, que de neurom¨¢rqueting y calendarios sabe un rato, supongo.
Llegados a este punto, lo que sigui¨® est¨¢ en las cr¨®nicas serias. Un chute de autoestima general para ministros, cargos org¨¢nicos y militancia de base y una puesta de pilas generalizada de las huestes socialistas con vistas a la contienda del 28 de abril, que se prev¨¦ bronqu¨ªsima. Si alguien se merec¨ªa las flores ¨Cy los derechos de autor ¨ªntegros- del discurso de S¨¢nchez fue el maestro Manuel Vicent, cuya columna L¨ªderes, publicada en este diario, fusil¨® el candidato impunemente de cabo a, perd¨®n, rabo, para explicar que esa es la Espa?a que quiere el PSOE.
Para ilustrarlo con caras, nombres y apellidos, hablaron seis simpatizantes, desde una millenial cient¨ªfica exiliada a la fuerza, a un jubilado activo y una mujer transexual activista, que explicaron c¨®mo es el pa¨ªs que desean. Una Espa?a feminista, solidaria, culta, europea, constitucional, confiada, tranquila y optimista que quiere a todo el mundo, no como otros, que excluyen y ningunean y ponen cordones sanitarios antes de que se produzca siquiera la herida. No se hab¨ªa o¨ªdo tanto el nombre de Espa?a desde la concentraci¨®n de Col¨®n donde se juntaron todos los que S¨¢nchez nombr¨® como adversarios sin darles siquiera el gusto de nombrarlos.
Al final, un v¨ªdeo de esos de sentimientos que apelan al corazoncito y te ponen los vellos como llaves Allen de Ikea, puso un punto final tan emotivo al acto, perd¨®n, mitin, que hasta al recio ministro y secretario de organizaci¨®n Jos¨¦ Luis ?balos, sentadito en primera fila, se le saltaban lagrimones como kiwis y se los ten¨ªa que quitar a manotazos para que no le vieran llorar sus pares. Le entiendo por la parte que le toca, pero que se vaya poniendo a la cola. Pedro me quiere y tengo pruebas, aunque tenga que robarle las rosas al novio del segurata.
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