El alto mando de inteligencia de los Mossos crucifica a sus jefes en el juicio del ¡®proc¨¦s¡¯

Suda, tose, le tiembla la voz, tartamudea con frecuencia, el tic nervioso de su pierna derecha golpea continuamente la mesa y hace temblar la jarra de agua. Est¨¢ tan agobiado que cuando quiere referirse a Joan Carles Molinero se equivoca y dice: ¡°Juan Carlos I¡±. Delante del tribunal est¨¢ sentado Manel Castellv¨ª, antiguo comisario jefe de Informaci¨®n de los Mossos d¡¯Esquadra. El jueves 28 de septiembre de 2017 se reuni¨® con el entonces presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, con el vicepresidente, Oriol Junqueras, y con el consejero de Interior, Joaquim Forn, para decirles que, seg¨²n un informe de inteligencia que le quemaba en las manos, el domingo 1 de octubre se podr¨ªa producir ¡°una escalada de violencia¡± en Catalu?a. Castellv¨ª intuye que el fiscal Javier Zaragoza, que lo est¨¢ interrogando a cara de perro, le va a preguntar en alg¨²n momento si ratifica ese informe que lleva su firma, pero todav¨ªa no lo hace. Zaragoza quiere acorralarlo un poco m¨¢s, y le pregunta por la falta de voluntad de los Mossos para evitar el refer¨¦ndum ilegal:

¡ª?Sabe si actu¨® la Brigada M¨®vil [los antidisturbios de la polic¨ªa catalana] durante la jornada del refer¨¦ndum?

¡ªS¨¦ que estaba en Barcelona porque por la noche hab¨ªa un partido.

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¡ª?De alto riesgo?, pregunta el fiscal con cierta chanza.

¡ªCreo que era un Barcelona contra Las Palmas.

Ni el aparente momento de distensi¨®n que se produce dentro del Sal¨®n de Plenos calma a Castellv¨ª. Y cuando por fin llegan las preguntas m¨¢s temidas del fiscal Javier Zaragoza y de la abogada del Estado Rosa Mar¨ªa Seoane ¡ª¡°?Advirti¨® usted del peligro a los altos cargos del Govern? ?Qu¨¦ le dijeron? ?Qu¨¦ actitud tom¨® el consejero de Interior, Joaquim Forn?¡±¡ª, el antiguo responsable de Informaci¨®n de los Mossos sabe que no tiene escapatoria posible, que al fin y al cabo es un polic¨ªa y ha jurado decir la verdad ante el Tribunal Supremo. Sus respuestas dejan en evidencia a sus tres jefes pol¨ªticos, al que est¨¢ fugado en Bruselas y a los otros dos, que lo observan desde el banquillo de los acusados:

¡ªEl president dijo que comprend¨ªa la situaci¨®n, que se pon¨ªa en nuestro lugar, pero que hab¨ªa un mandato del pueblo para celebrar el refer¨¦ndum y la decisi¨®n del Gobierno era llevarlo a cabo. El se?or Forn no habl¨® en aquella reuni¨®n. ?l conoc¨ªa cu¨¢l era nuestra posici¨®n, pero en esa reuni¨®n estaba junto al president y junto al vicepresidente... Sal¨ª de all¨ª frustrado.

Ya va quedando todo m¨¢s claro. A tenor de lo visto y lo escuchado en la sesi¨®n 13? del juicio ¡ªen la que adem¨¢s de Castellv¨ª declararon los m¨¢ximos jefes operativos de la Polic¨ªa Nacional y la Guardia Civil¡ª, la v¨ªspera del 1 de octubre de 2017 hab¨ªa en Catalu?a tres cuerpos policiales perfectamente preparados para el refer¨¦ndum ilegal que iba a celebrarse al d¨ªa siguiente. Solo que el primero de ellos, los Mossos d¡¯Esquadra, se hab¨ªa preparado a conciencia para una jornada electoral m¨¢s. Uno de esos domingos tranquilos en que los telediarios difunden las t¨ªpicas im¨¢genes de monjas votando y el locutor dice que los ¨²nicos incidentes rese?ables son los de un presidente de mesa que lleg¨® borracho al colegio y los de un pueblo de la sierra donde a las diez de la ma?ana a¨²n no hab¨ªan llegado las papeletas. En consecuencia, los jefes de la polic¨ªa catalana mandaron a cada colegio a una pareja de agentes ¡ª¡°un binomio¡± seg¨²n la jerga actual¡ª y los situaron en la puerta a cuerpo gentil, como si no pasara nada. Los otros dos cuerpos policiales, en cambio, vivieron aquella madrugada de una forma muy distinta.

Lo cuentan ante el tribunal el comisario principal Sebasti¨¢n Trapote, responsable de la Polic¨ªa Nacional el d¨ªa del refer¨¦ndum, y el teniente general ?ngel Gozalo, m¨¢ximo responsable de la Guardia Civil en Catalu?a durante el proc¨¦s. Uno y otro cuentan pr¨¢cticamente lo mismo. Que, como tambi¨¦n percibi¨® el mosso Castellv¨ª, las calles de Catalu?a se estaban calentando en las v¨ªsperas del refer¨¦ndum ilegal del 1 de octubre. ¡°Hab¨ªa un lenguaje preb¨¦lico¡±, lleg¨® a decir el guardia civil.

As¨ª que, de acuerdo con el coronel Diego P¨¦rez de los Cobos, coordinador del dispositivo de seguridad de los tres cuerpos, tomaron una decisi¨®n. Si la polic¨ªa auton¨®mica acataba la orden judicial de impedir la celebraci¨®n del refer¨¦ndum, ellos solo actuar¨ªan como apoyo. A eso le llamaron ¡°el plan A¡±. Si, como se barruntaban desde la noche anterior y confirmaron en cuanto amaneci¨®, los Mossos d¡¯Esquadra decid¨ªan no actuar, se activar¨ªa ¡°el plan B¡± y pasar¨ªan a la acci¨®n. El comisario Trapote lo cuenta as¨ª:

¡ªAntes de las ocho de la ma?ana, mi gente de informaci¨®n me dijo que, como nos tem¨ªamos, en los colegios hab¨ªa ya mucha gente y los Mossos no estaban en actitud de hacer nada. Llam¨¦ al coronel P¨¦rez de los Cobos, se lo cont¨¦ y me dijo: ¡°Ahora te llamo¡±. Cuando al rato me devolvi¨® la llamada, me dijo: ¡°Ponemos en marcha el plan B¡±.

A media tarde, el juez Manuel Marchena interrumpe hasta el lunes el interrogatorio del comisario Manel Castellv¨ª. Pudiera parecer que lo m¨¢s duro ya lo ha hecho. Decir la verdad aunque duela a sus antiguos jefes pol¨ªticos. Pero viendo al fondo de la sala a Santi Vila, repudiado por sus excolegas y vapuleado en las redes sociales, se intuye que el camino del disidente es m¨¢s duro cuando el sudor se enfr¨ªa.