Prisioneros de guerra: obreros gratis y descalzos
Un informe encargado por el Gobierno recopila 20 a?os de investigaciones sobre trabajos forzados durante el franquismo
¡°Los criminales y sus v¨ªctimas no pueden vivir juntos¡±, declar¨® Franco en 1938 a la agencia United Press. La cifra m¨¢xima de presos oficiales en Espa?a es de abril de 1939: 270.000. En Alemania, en enero de 1945, eran 189.000. Franco recluy¨® a centenares de miles de personas como un m¨¦todo para aislar, vigilar y controlar al enemigo. Y lo convirti¨®, adem¨¢s, en un rentable negocio: mano de obra muy barata o directamente esclava.
Adem¨¢s de los presos en las c¨¢rceles, entre abril de 1939 y enero de 1940 hab¨ªa medio mill¨®n de personas en campos de concentraci¨®n, 90.000 en batallones de trabajadores y 47.000 en batallones disciplinarios. Los recluidos eran clasificados seg¨²n su capacidad de conversi¨®n en ¡°afectos¡± al R¨¦gimen, ¡°dudosos¡± y ¡°desafectos¡±.
PRISIONEROS POR TIPO DE TRABAJO
Solo entre 1940 y 1957, el total de jornadas trabajadas por presos en ferrocarriles asciende a 4,7 millones. Son datos del informe que el Gobierno ha encargado al investigador de la Universidad Complutense Gutmaro G¨®mez Bravo para tratar de reunir toda la informaci¨®n sobre el trabajo en los campos de concentraci¨®n y en las prisiones, ahora dispersa.
Ochenta a?os despu¨¦s del final de la Guerra Civil, el Estado no dispone de censos oficiales sobre todas las formas de represi¨®n franquista. Fueron decenas de asociaciones de familiares quienes se presentaron en 2008 en la Audiencia Nacional con cajas, maletines y bolsas para entregar al juez Baltasar Garz¨®n los nombres de los desaparecidos: 143.353. El Gobierno ha encargado a expertos informes que re¨²nan la informaci¨®n ahora diseminada en distintos archivos y trabajos de especialistas, como Juan Carlos Garc¨ªa-Funes, de la Universidad P¨²blica de Navarra, que hizo una tesis doctoral sobre espacios de castigo y trabajos forzado en el franquismo, o la investigaci¨®n de Carlos Hern¨¢ndez. ¡°Un Estado democr¨¢tico necesita conocer su pasado, saber la verdad¡±, explica el director general para la Memoria Hist¨®rica, Fernando Mart¨ªnez.
EMPRESAS QUE UTILIZARON PRISIONEROS
Entre 1940 y 1943
El historiador explica que ni siquiera hay datos sobre todas las comunidades aut¨®nomas y est¨¢ deseando poder consultar los archivos militares a¨²n por catalogar que el Gobierno aprob¨® desclasificar el a?o pasado. ¡°En este informe recojo datos de 20 a?os de historiograf¨ªa. El objetivo es hacer un censo oficial de edificaciones hechas por mano de obra esclava¡±.
Presos y prisioneros de guerra (la mayor¨ªa j¨®venes capturados en el frente o civiles en espera de ser movilizados) fueron utilizados para reconstruir las infraestructuras afectadas por los bombardeos, levantar otras nuevas, hacer obras en edificios religiosos o incluso trabajar para particulares afectos al R¨¦gimen. En los m¨¢s de 280 campos de concentraci¨®n repartidos por todo el territorio nacional (ubicados en antiguas f¨¢bricas, campos de f¨²tbol, plazas de toros...), el trabajo era una forma de castigo. En los centros penitenciarios, los presos pod¨ªan rebajar un d¨ªa de pena por cada dos trabajados siempre que hubieran cumplido ya un tercio de la condena. En ambos casos, las condiciones eran infrahumanas. No inger¨ªan las calor¨ªas necesarias pese a que el c¨¢lculo del coste de su alimentaci¨®n se hac¨ªa ajustando las calor¨ªas de cada preso seg¨²n el trabajo que fueran a realizar. La media del salario, en 1939, eran dos pesetas diarias por persona.
Joan Guari recuerda en Los campos de concentraci¨®n de Franco, de Carlos Hern¨¢ndez, su paso por el batall¨®n de trabajadores de Arizcun, en Navarra: ¡°Era un holocausto sin hornos crematorios¡±. ¡°Nos hac¨ªan construir fortificaciones con nidos de ametralladoras. Ten¨ªamos mucho cuidado para que las piedras no se nos cayeran en la cabeza, pero ocurr¨ªa con frecuencia porque estaban heladas y resbalaban. En cuanto alguien ca¨ªa desmayado, la ¨²nica asistencia eran cuatro bofetadas¡±.
Hern¨¢ndez recoge tambi¨¦n las anotaciones del sacerdote Agust¨ªn Zubicaray en su diario sobre el batall¨®n de trabajadores en Mirabueno, cerca del frente de Guadalajara: ¡°Nos levantamos a las cinco de la ma?ana. Tenemos dos tajos. El primero est¨¢ a nueve kil¨®metros. El segundo, a 12. Ida y vuelta a pie. De 600, m¨¢s de 200 no tienen calzado. Muchos de ellos envuelven los pies con sacos. Nos morimos de fr¨ªo. Para cuando llegamos a acostarnos son siempre las diez [de la noche]¡±.
El hacinamiento era total. En 1940, la cifra de presos en la provincia de Murcia rozaba los 8.000. Ante el temor a una revuelta o una epidemia, los responsables de prisiones solicitaron enviar presos a la isla de Tabarca, pero la direcci¨®n lo desaconsej¨®, como cita en su informe G¨®mez Bravo, ¡°porque el viaje cuesta m¨¢s de dos horas, y muchos no lo aguantan dado el deplorable estado¡±. El colapso era tal que el R¨¦gimen alquil¨® 256 fincas privadas para usarlas como c¨¢rceles.
El franquismo se aprovechaba de aquella mano de obra que trabajaba en condiciones extremas, pero teji¨® un amplio sistema de propaganda para presentar los centros de reclusi¨®n como lugares de ¡°recristianizaci¨®n¡± y "reeducaci¨®n". Era obligado hacer el saludo franquista, cantar los himnos correspondientes o asistir a oficios religiosos. Y con frecuencia se hac¨ªa posar a los presos leyendo o practicando deporte para ilustrar una revista llamada, precisamente, Redenci¨®n.
El sistema cont¨® pronto con una burocracia estable. En 1937 se cre¨® la Inspecci¨®n de Campos de Concentraci¨®n de Prisioneros, que distribu¨ªa a los mismos en la reparaci¨®n de carreteras, ferrocarriles, f¨¢bricas, minas.... Y en 1938 se firm¨® el Decreto de Redenci¨®n de Penas por el trabajo. De aquella mano de obra se beneficiaron, entre otras muchas empresas, Ferrocarriles y Construcciones A.B.C, los hermanos Nicol¨¢s G¨®mez, Construcciones Elizaran, Amsa o los hermanos Ban¨²s.
Entre las grandes obras construidas por los presos del franquismo, la m¨¢s conocida es el Valle de los Ca¨ªdos. Cuarenta y tres a?os despu¨¦s de la muerte de Franco, el Estado batalla con sus nietos para levantar una losa de 1.500 kilos como primer paso para convertir el monumento en un lugar de memoria que recuerde, entre otras cosas, a qui¨¦nes lo construyeron y en qu¨¦ condiciones. La exhumaci¨®n del dictador tiene fecha: el pr¨®ximo 10 de junio, pero los descendientes del dictador han pedido al Tribunal Supremo que paralice el traslado de los restos.
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