El extravagante pante¨®n del ¡®Pirata de los camiones¡¯
El cementerio de Pinos Puente acoge una de las esculturas funerarias m¨¢s peculiares de Espa?a
Existe la ruta europea de cementerios a la que pertenecen hasta 20 camposantos espa?oles. En ese recorrido se pasar¨ªa por el de San Jos¨¦ de Granada, el ingl¨¦s de M¨¢laga, La Almudena de Madrid, el de Monturque de C¨®rdoba o el de La Carriona de Avil¨¦s. Tambi¨¦n existe la Asociaci¨®n europea de cementerios singulares, con m¨¢s de 150 necr¨®polis de inter¨¦s, sobre todo con gran valor hist¨®rico art¨ªstico. Y en Pinos Puente, a 20 minutos de Granada, existe si no un cementerio, s¨ª un pante¨®n especial. Es el de Antonio F. C., al que su familia ha querido recordar con una escultura a tama?o real y en bronce a color. Antonio est¨¢ representado en su cotidianidad y se ve que debi¨® ser de gustos nada baratos, a juzgar por los detalles que adornan su escultura: un buen Rolex de oro, anillo de diamantes, zapatillas Moncler un bolso Gucci. No se ha olvidado la familia de su paquete de Marlboro y su mechero. El toque de calidez lo aporta la gorra, de tela, de Tommy Hilfiger.
Antonio F. C. tambi¨¦n era conocido como Antonio el tonto. Y no porque lo fuera, sino porque ese es el mote de la familia. La Guardia Civil puede dar fe de que el apelativo era solo eso, un mote. A los agentes los tra¨ªa de cabeza. Antonio el tonto era tambi¨¦n conocido, a juzgar por los antecedentes penales con raz¨®n, como el Pirata de los camiones. Fue detenido en m¨²ltiples ocasiones por toda Espa?a y en el sur de Francia por desvalijar camiones parados en ¨¢reas de servicio. Cuentan las cr¨®nicas period¨ªsticas que su golpe m¨¢s sonado fue contra un cami¨®n de El Corte Ingl¨¦s que trasportaba perfumes valorados en un mill¨®n y medio de euros.
La Guardia Civil lo detuvo en numerosas ocasiones. Y muri¨®, precisamente, detenido. A sus 46 a?os, reci¨¦n ingresado en la c¨¢rcel de Ja¨¦n, falleci¨® de un fallo card¨ªaco, seg¨²n la autopsia. Tras su muerte, la familia compr¨® un espacio en el cementerio de su Pinos Puente natal y le levant¨® el pante¨®n m¨¢s pop que existe en Espa?a.
Antonio tuvo que ser un tipo, con sus cosas, sonriente y amante de las marcas. Y as¨ª lo ha querido retratar su familia para la posteridad. En su pante¨®n, de seis por seis metros y de una piedra blanca reluciente, Antonio ocupa una esquina mientras espera la llegada de la escultura del coche que ha de completar el conjunto ocupando el lugar central del pante¨®n. Un Ferrari rojo, su coche favorito dicen unos, un Q5, el coche que conduc¨ªa, dicen otros. Desde la empresa que mantiene el cementerio, no obstante, no aseguran que esa escultura vaya a instalarse finalmente. No quieren entrar en detalles, pero insin¨²an que el pante¨®n se quedar¨¢ como est¨¢ a d¨ªa de hoy y que no habr¨¢ una segunda fase de mejora.
En cualquier caso, la familia de Antonio no lo olvida. Ocho ramos de rosas blancas frescas lo acompa?aban y cuentan quienes frecuentan el cementerio que esos ramos siempre est¨¢n lustrosos. El pante¨®n de Antonio el tonto no es del gusto de todo el mundo. Pero todos acaban con la misma coletilla: ¡°Si se lo han permitido, qu¨¦ le vamos a hacer¡±.
El caso del Pirata de los camiones, no es ¨²nico. Nieves Concostrina, periodista y buena conocedora de los cementerios del mundo, explica que el caso de Pinos Puente no es una excepci¨®n. "Quiz¨¢ sea extremo, pero no ¨²nico ni ilegal. Y, bueno, me parece bien que cada uno honre a sus familiares como le parezca¡±. Concostrina recuerda el ejemplo de la familia Conchado, que homenaje¨® a Juan, uno de sus miembros, instalando su coche Mercedes en el pante¨®n.
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