Contra la matraquilla del oro de Negr¨ªn
Voluntarios custodian en Las Palmas el legado del republicano m¨¢s vilipendiado de la historia
Emiliana Vel¨¢zquez, historiadora, secretaria de la Fundaci¨®n Juan Negr¨ªn, dice nada m¨¢s abrise la puerta de esta sede que en Gran Canaria defiende el legado y la honra del m¨¢s insultado de los gobernantes republicanos que perdieron la guerra:
-?A ver si se acaba ya la matraquilla del oro de Negr¨ªn!
Franco supo que, de ese oro que se mand¨® a la Uni¨®n Sovi¨¦tica, Negr¨ªn, destacado fisi¨®logo, primer ministro, luchador republicano tambi¨¦n en el exilio, no se qued¨® ni un duro. La mentira ha querido ser m¨¢s fuerte que la historia. Juan Marichal, ?ngel Vi?as, Santos Juli¨¢, muchos otros, desmintieron esta fake news de patas sucias. La matraquilla ha manchado la trayectoria del ilustre canario, pasto de los que ganaron la guerra.
Ese "libro del oro" guarda las notas del destino del dinero y se custodia aqu¨ª junto a 160.000 documentos que a¨²n no han podido estudiarse a fondo. A la Fundaci¨®n le sobra material y le falta el dinero para investigar. Un retrato de Negr¨ªn marca en el patio canario el culto republicano del hijo pr¨®digo. Este lugar donde descansa su memoria fue Caja de Reclutas de Franco tras la Rep¨²blica.
Matraquilla, dice Emiliana. Esa expresi¨®n tan canaria alude a lo que se repite con la intenci¨®n de enga?ar, o de marear con mentiras. Mili, as¨ª la llaman, se pone los guantes blancos con los que se manipulan los miles de documentos que aqu¨ª custodian con celo republicano.
Cuando ella ense?a "el libro del oro", sus compa?eros, voluntarios que nutren con su entusiasmo la energ¨ªa de la fundaci¨®n, guardan el silencio que se debe a los s¨ªmbolos. Con Mili est¨¢n el tambi¨¦n historiador Juan Miguel Ortega, la periodista ?ngeles Arencibia, y Francisco Ramos Camejo, que ha ocupado cargos en administraciones culturales canarias.
Todos est¨¢n aqu¨ª por amor al arte, deudores del entusiasmo republicano que desprende la figura de Negr¨ªn. En una de las salas una exposici¨®n refleja el trabajo cient¨ªfico de este gran disc¨ªpulo de Santiago Ram¨®n y Cajal. En el patio la lluvia que cae sobre Las Palmas no mueve la sonrisa de Negr¨ªn. Los voluntarios posan como si estuvieran amparando su reivindicaci¨®n de la verdadera historia. Falta Jos¨¦ Medina, alma de la fundaci¨®n, su presidente, que est¨¢ de viaje.
No es reliquia. Ramos Camejo recuerda que Negr¨ªn pregon¨®, "en sus discuros finales", lo que iba a pasar con la ultraderecha de Hitler. "Y ahora no viene mal recordarlo, ante la efervescencia de los fascismos que ahora tenemos en boga". Fue un incomprendido, "pero fue coherente, se qued¨® hasta el ¨²ltimo momento, su lema fue resistir", dice ?ngeles.
Juan Miguel subraya el origen de la matraquilla: "Fue Franco. El oro fue para financiar la guerra. La Rep¨²blica s¨®lo pod¨ªa hacerse con armas a trav¨¦s de Mosc¨². Franco lanza la leyenda negra de que Negr¨ªn roba el dinero y se lo regala a Stalin. Negr¨ªn le envi¨® a Franco esta documentaci¨®n antes de morir. Cuando ?ngel Vi?as consult¨® los documentos revel¨® que todo era una grand¨ªsima mentira". No s¨®lo fue una gran mentira, sino el principio de una enorme matraquilla. "Acabar¨¢", dice Mili.
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