Abascal incluye al PSOE en su lista de ¡°enemigos de Espa?a¡±

Antes de que empiece el mitin, se proyecta un v¨ªdeo en la gran pantalla. Cuando aparecen en imagen Pedro S¨¢nchez, Pablo Iglesias o Gabriel Rufi¨¢n, el p¨²blico brama enfurecido. Tambi¨¦n abuchean al reconocer a algunos periodistas, como Jordi ?vole y Antonio Garc¨ªa Ferreras. Entre pitidos y canciones (Que viva Espa?a, El novio de la muerte), se va caldeando el ambiente hasta que un toque de clar¨ªn anuncia la llegada de Santiago Abascal a la presentaci¨®n de los candidatos de Vox a las elecciones generales.

Flanqueado por los primeros espadas del partido (Jos¨¦ Antonio Ortega Lara, Roc¨ªo Monasterio, Iv¨¢n Espinosa de los Monteros) da la vuelta al ruedo de la plaza de toros la Cubierta de Legan¨¦s (Madrid). Le aclaman unas 8.500 personas, que casi llenan los tendidos. Otras 5.000 lo siguen en directo por el canal de YouTube. Unos pocos banderines verdes de Vox se pierden en un mar rojigualda. La Patria por todas partes: en los discursos, en el lema de campa?a (Por Espa?a),? en el himno nacional con el que se cierra el acto y hasta en la cascada de serpentina y confeti al m¨¢s puro estilo americano.

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Desenterrando un lenguaje olvidado en democracia, Abascal distingue entre los adversarios pol¨ªticos, como el PP y Ciudadanos (¡°tibios, blanditos, cobardes¡±), y los ¡°enemigos de Espa?a¡±. Entre estos ¨²ltimos, no solo los ¡°golpistas separatistas¡± y los ¡°comunistas¡± de Podemos, sino tambi¨¦n el PSOE, ¡°el mayor problema de Espa?a¡±, por pactar con los anteriores. A los votantes socialistas les perdona la vida ("no les hacemos ning¨²n reproche", dice) y les invita a recorrer el camino desde la socialdemocracia hasta Vox, ¡°un partido que defiende a Espa?a por encima de izquierdas y derechas¡±. Con quienes no hay piedad es con los "lobbies feministas supremacistas y LGTB y con los animalistas urbanitas y radicales". Y tampoco con la "oligarqu¨ªa pol¨ªtica"; una nueva versi¨®n de "la casta", el t¨¦rmino acu?ado por Podemos hace un lustro.

Con un mensaje simple y emotivo (¡°ninguna raz¨®n es tan poderosa como la emoci¨®n¡±, afirma), el l¨ªder de Vox recorre Espa?a reventando aforos y arrasando en las redes sociales. Ante fen¨®menos complejos como la emancipaci¨®n de la mujer, la inmigraci¨®n o el calentamiento global, receta "lo que nos ense?aron nuestros padres" y "el sentido com¨²n", sin que le importe ser tachado de "carca o facha".

Asegura que la investigaci¨®n abierta por la Fiscal¨ªa contra su secretario general, Javier Ortega Smith, por un presunto delito de islamofobia, es un ataque a la libertad de expresi¨®n, pero olvida que fue el propio Ortega quien acus¨® al ya fallecido actor Pepe Rubianes de un delito de odio por decir "puta Espa?a". A los 40 a?os de democracia los llama "dictadura progre", pero evita dar un calificativo a las cuatro d¨¦cadas anteriores. No ofrece ruedas de prensa, solo se deja entrevistar por periodistas amigos y elige a qu¨¦ debates acudir, pero se queja cuando los candidatos de los grandes partidos le ningunean record¨¢ndole que es extraparlamentario. Su reto es convertir el fen¨®meno pol¨ªtico de moda en papeletas en las urnas el pr¨®ximo d¨ªa 28.