Elecciones valencianas: el Gobierno de izquierdas del Bot¨¤nic contra la nueva derecha
Socialistas y Comprom¨ªs aspiran a revalidar su Ejecutivo en la Generalitat con dos l¨ªderes consolidados mientras la oposici¨®n presenta un nuevo cartel electoral
Si en Europa se pone el ejemplo de Portugal por la estabilidad entre los partidos de izquierda en el Gobierno, en Espa?a se se?ala a la Comunidad Valenciana por las mismas razones. En cuatro a?os, la mayor discrepancia entre los socios de la Generalitat, PSOE y Comprom¨ªs, en el Govern del Bot¨¤nic, ha sido el adelanto de las elecciones auton¨®micas para hacerlas coincidir con las generales del 28 de abril. Ahora, los liderazgos del presidente y vicepresidenta, Ximo Puig y M¨®nica Oltra, se enfrentan a un bloque de la derecha con un renovado cartel electoral: Isabel Bonig (PP), Toni Cant¨® (Ciudadanos) y Jos¨¦ Mar¨ªa Llanos (Vox).
Con el apoyo parlamentario de Podemos, ahora liderado por Rub¨¦n Mart¨ªnez Dalmau, la izquierda acab¨® en 2015 con dos d¨¦cadas de hegemon¨ªa del PP y convoc¨® el primer adelanto auton¨®mico de la historia de la Comunidad Valenciana. En realidad, fue el socialista Ximo Puig, quien lo decidi¨® en marzo para "visibilizar el problema valenciano", en contra de la opini¨®n de M¨®nica Oltra, de la coalici¨®n valencianista. Est¨¢ por ver si el posterior "pelillos a la mar" dejar¨¢ resaca en la relaci¨®n entre ambos. De momento, las fuerzas de izquierdas reiteran su deseo de repetir el Acuerdo del Bot¨¤nic (cuyo nombre procede del jard¨ªn universitario donde se sell¨®) si es necesario, dada la extrema dificultad de alcanzar mayor¨ªa absoluta como consecuencia de la fragmentaci¨®n pol¨ªtica.
CANDIDATOS A LA PRESIDENCIA DE LA GENERALITAT VALENCIANA
Electores censados
Los socios salen a ganar, pero sin que corra la sangre entre ellos por tres razones: preservar el activo de su gesti¨®n; evitar una lucha encarnizada como la que se vio en las ¨²ltimas elecciones andaluzas, porque consideran que inhibe al votante de izquierdas, y preparar el terreno para una eventual negociaci¨®n.
El viento de los sondeos sopl¨® en contra del Bot¨¤nic desde oto?o, pero las ¨²ltimas encuestas apuntan a que las tres fuerzas podr¨ªan volver a sumar y a que el PSPV-PSOE se convertir¨ªa en el partido m¨¢s votado, algo que no sucede desde la victoria del expresidente socialista Joan Lerma en 1991. En la mejora de las expectativas ha influido, adem¨¢s del posible efecto Pedro S¨¢nchez que busc¨® Puig, el pacto de Podemos y Esquerra Unida para concurrir juntos, lo que parece descartar el peligro de que ambos se queden fuera de las Cortes Valencianas al no alcanzar el 5%, como le sucedi¨® a EU en 2015. Los ¨²ltimos sondeos, como el del CIS, dan una ventaja ligera a la izquierda y dejan al bloque de derechas m¨¢s cerca de lograr la mayor¨ªa absoluta en las Cortes Valencianas que en el Congreso de los Diputados. PP, Ciudadanos y Vox han manifestado su disposici¨®n a repetir un acuerdo a la andaluza.
La izquierda cuenta con dos l¨ªderes consolidados, Puig y Oltra, que repiten como cabezas de cartel. Y un tercero, el profesor de Derecho Constitucional Rub¨¦n Mart¨ªnez Dalmau, persona cercana a Pablo Iglesias, que acaba de coger las riendas de Unides Podem. La derecha, por el contrario, ha renovado a sus principales cabezas de lista desde la cita de 2015. Alberto Fabra lideraba al PP de entonces, que volvi¨® a ganar las elecciones, a pesar de que no dejaban de sumarse esc¨¢ndalos de corrupci¨®n a los ya conocidos de G¨¹rtel y Brugal. Para la izquierda y muchos analistas, las redes clientelares tejidas a lo largo de 20 a?os explicaban el suelo electoral del PP valenciano que, en cualquier caso, consigui¨® una identificaci¨®n de buena parte de la sociedad con el partido. Pero los 31 diputados y 650.000 votos de Fabra no le sirvieron para gobernar y se quedaron lejos de los 54 esca?os (la mayor¨ªa absoluta se sit¨²a en los 50) y 1,2 millones de papeletas que cosech¨® Francisco Camps en mayo de 2011, dos meses antes de dimitir por el caso G¨¹rtel.
EVOLUCI?N DE LA PARTICIPACI?N Y ?LTIMO PARLAMENTO
Ahora ha cogido el testigo del PP Isabel Bonig, que se defini¨® en su d¨ªa como "la Thatcher de la Vall d'Uix¨®", el pueblo de Castell¨®n del que fue alcaldesa, y ha multiplicado su actividad para darse a conocer. Bonig trat¨® de mantener en las primarias del PP una actitud neutral y no apoy¨® p¨²blicamente a ning¨²n candidato, aunque miembros de su equipo se decantaron por Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa frente a Pablo Casado. Bonig se ha esforzado en limar asperezas apelando a su cercan¨ªa ideol¨®gica, lo que no ha impedido que matizara las propuestas m¨¢s recentralizadoras de Casado. No en vano, el PP valenciano lleg¨® a confundirse con la Generalitat durante su largo mandato.
El principal lastre de Bonig sigue siendo el pasado. Tres de los cuatro presidentes del PP de la Generalitat est¨¢n imputados en varias causas judiciales: Francisco Camps, Jos¨¦ Luis Olivas y Eduardo Zaplana, que estuvo ocho meses en prisi¨®n provisional y al que la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n acusa de ocultar 20 millones en el extranjero. La semana pasada fue detenido el cu?ado de la exalcaldesa de Valencia Rita Barber¨¢, Jos¨¦ Mar¨ªa Corb¨ªn, por una presunta trama de comisiones en el Ayuntamiento. Y el lunes arranca otro juicio contra el exconsejero popular Rafael Blasco por el saqueo de fondos de cooperaci¨®n.
Tambi¨¦n ha cambiado de cartel Ciudadanos. Ha pasado del perfil ecologista y casi socialdem¨®crata de Carolina Punset, hija del conocido pol¨ªtico y divulgador cient¨ªfico Eduardo Punset, al tono m¨¢s duro y liberal de Toni Cant¨®. El actor sigue la estrategia andaluza de su partido de denunciar "chiringuitos" p¨²blicos y propone la eliminaci¨®n de consejer¨ªas y la televisi¨®n auton¨®mica.
El d¨¦ficit y la agenda social
La Comunidad Valenciana cerr¨® 2018 con un d¨¦ficit del 1,29% del PIB ¡ªel m¨¢ximo autorizado era del 0,4%¡ª. La Generalitat justifica la desviaci¨®n argumentando que no tiene otra manera de desarrollar una agenda social que acerque al territorio a la media espa?ola de gasto por habitante: con un d¨¦ficit desbocado, gasta 140 euros menos por persona que la media espa?ola. La causa es el ¨²nico elemento que une a los partidos y a la sociedad civil: la peor financiaci¨®n auton¨®mica, seg¨²n concluy¨® el Ministerio de Hacienda en 2014.
Coinciden las tres formaciones de centro-derecha en enarbolar el anticatalanismo. Un discurso emotivo que fue muy eficaz y popular, sobre todo en Valencia, desde los a?os de la Transici¨®n y que ahora se ha rescatado a ra¨ªz del proc¨¦s. "Si no paramos el nacionalismo nos vamos a convertir en Catalu?a", repiten a modo de mantra como cr¨ªtica al Govern del Bot¨¤nic.
Este defiende su gesti¨®n de estos cuatro a?os, que describen como honrada y volcada en la agenda social, con banderas como la reversi¨®n de la privatizaci¨®n sanitaria en el departamento de Alzira ¡ªy puede que antes de elecciones tambi¨¦n en el de D¨¦nia¡ª, la gratuidad de los libros de texto y la contrataci¨®n de 6.000 profesores.
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