La cocina de Tezanos y el infierno fiscal

Visto de cerca, nadie es normal: a apenas unos metros de distancia, Albert Rivera parece casi una corriente de aire, o un personaje salido de un cuadro de Hopper. A su entrada en un acto electoral en Madrid, Rivera acaba de conocer los resultados de la macroencuesta del Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas (CIS), que le dejan lejos de sus expectativas. Si hay que fiarse de esos espejismos organizados de la demoscopia, el CIS le pone ante la disyuntiva de formar Gobierno con Pedro S¨¢nchez o quedarse en tierra de nadie. Una campa?a electoral es una especie de efecto ¨®ptico: su equipo le llama una y otra vez "presidente Rivera" y este martes parec¨ªa un d¨ªa clave para Cs, que ten¨ªa que dar a conocer su agenda econ¨®mica. Pero el l¨ªder naranja no est¨¢ de humor. Aparca la adjetivaci¨®n apocal¨ªptica de otras veces. Apenas ataca a S¨¢nchez, a quien 24 horas antes acusaba de estar "inhabilitado". Y se limita a anunciar rebajas de impuestos en esa carrera alocada de las promesas electorales hacia el grado cero del sistema fiscal.

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El CIS de Jos¨¦ F¨¦lix Tezanos, veterano socialista y fiel colaborador de S¨¢nchez durante la traves¨ªa del desierto del hoy presidente del Gobierno, est¨¢ en el centro de todas las dianas. Los polit¨®logos le zurran de lo lindo. Y los partidos: "Ya es hora de que Tezanos se vaya a casa con su cocina", espeta Toni Rold¨¢n, de Cs, en una especie de v¨¢yase, se?or Tezanos que parafrasea a Aznar. Casado tira de desapacible iron¨ªa: "S¨¢nchez va a sacar 415 esca?os". Pero es que esos n¨²meros ni siquiera son una buena noticia en los cuarteles del PSOE, cuyo m¨¢ximo enemigo parece la abstenci¨®n. "La ultraderecha est¨¢ a las puertas del Congreso", acierta a decir su portavoz, Adriana Lastra, consciente de que Santiago Abascal, su caballo y sus alegatos a favor de Don Pelayo, la bandera y las armas son la mejor receta para movilizar a la izquierda.

Las encuestas, en fin, sonr¨ªen a S¨¢nchez, que viene adoptando una actitud presidencial: no entra en pol¨¦micas ni arriesga lo m¨¢s m¨ªnimo. No hace tanto la forma de trabajar en La Moncloa era bien distinta: "Iv¨¢n Redondo [estratega principal del presidente] oye la m¨²sica del presente, entra con su instrumento, improvisa y lleva a Pedro S¨¢nchez por ese camino", ataca Pablo Iglesias en el libro Nudo Espa?a.

Tras una d¨¦cada de crisis, en el mercado de compraventa de ilusiones pol¨ªticas cotiza a la baja la econom¨ªa, a pesar de que el FMI advert¨ªa este martes de que nos adentramos en zona delicada. Viene una desaceleraci¨®n global y Espa?a est¨¢ mal equipada. En nueve meses de Gobierno, S¨¢nchez ha esbozado su pol¨ªtica econ¨®mica en unos Presupuestos abortados por los nacionalistas con un buen pu?ado de medidas interesantes en la agenda social pero poco o nada cre¨ªble por el lado de los ingresos. De Podemos se puede decir algo parecido: en su mejor versi¨®n, Iglesias tir¨® del PSOE para acordar algunas de las medidas m¨¢s audaces de la legislatura; en su debe, hay que decir que otras fracasaron por estirar demasiado la cuerda. En su programa aparece una reestructuraci¨®n de deuda que recuerda a la de Varoufakis en Grecia: un imposible.

Al otro lado del espectro pol¨ªtico es como si la Gran Crisis no hubiera sucedido. Para Abascal, "Espa?a es un infierno fiscal, hay que bajar todos los impuestos": aroma neocon a?os ochenta. La presi¨®n fiscal espa?ola, el peso de los ingresos fiscales sobre el PIB, est¨¢ en torno al 34%, siete puntos equivalentes a 80.000 millones anuales menos que la media europea, pero el concepto "infierno fiscal" ha venido para quedarse. La entrada en la UE fue la primera gran modernizaci¨®n de Espa?a: recortar esa diferencia de presi¨®n fiscal deber¨ªa ser la segunda, salvo que los partidos sigan prometiendo servicios p¨²blicos de Suecia con impuestos de Rumania.

El PP va por esos derroteros: rebaja del IRPF, de sociedades, beneficios fiscales para la vivienda (otra invitaci¨®n a la burbuja) y eliminaci¨®n de sucesiones y pr¨¢cticamente todo impuesto viviente. El gur¨² de Casado, Daniel Lacalle, lo resum¨ªa con una frase muy Ronald Reagan: ¡°Laffer vuelve a funcionar¡±. Laffer era el asesor de Reagan que juraba, contra toda evidencia emp¨ªrica, que si se bajan los impuestos sube la recaudaci¨®n. Econom¨ªa vud¨², tan habitual en campa?a.

Rivera no fue tan lejos. Anunci¨® un recorte del tipo m¨¢ximo del IRPF y deducciones a las familias. Y se jact¨® de haber acabado con el impuesto de sucesiones en Andaluc¨ªa: "Hemos matado un impuesto cuestionable y pol¨¦mico". Matar impuestos: hasta en sus d¨ªas grises, con la cocina de Tezanos recalentando la pol¨ªtica espa?ola, Rivera es capaz de atravesar la barrera del sonido.