Casado, candidato de guardia

Pablo Casado inicia este viernes su cuarta vuelta a Espa?a. Y no es una forma de hablar. Desde que fue elegido presidente del PP, el pasado julio, ha vivido en una especie de campa?a permanente, con actos y entrevistas de la ma?ana a la noche, de lunes a domingo. Ha recorrido 130.000 kil¨®metros y ahora le esperan otros 15.000 en 15 d¨ªas. El candidato popular echa el resto en sus primeras elecciones generales, donde pone a prueba el giro a la derecha que ha impuesto en el partido para tratar de frenar a Vox.

Dirigentes del PP creen que esa sobreexposici¨®n de su l¨ªder les ha penalizado. El d¨ªa que pretend¨ªa atacar al Gobierno por sus enrevesadas explicaciones sobre el mediador con Catalu?a, la ristra de 19 insultos que Casado dedic¨® a Pedro S¨¢nchez provoc¨® que, al menos, su tono y el mediador compartieran protagonismo. el d¨ªa en el que presentaba su programa electoral, en el que su equipo llevaba trabajando meses, y para cuya elaboraci¨®n hab¨ªan recibido 3.000 propuestas de distintos colectivos, otra frase eclips¨® las 500 medidas del documento: ¡°S¨¢nchez prefiere las manos manchadas de sangre¡±. Y el mi¨¦rcoles, cuando se trataba de prometer a los espa?oles un ahorro de 16.100 millones en impuestos, se lio con el salario m¨ªnimo.

El l¨ªder popular repite que ha cogido las riendas del PP en el momento m¨¢s dif¨ªcil, y en eso tiene raz¨®n: por primera vez, el partido que gobern¨® durante casi 15 a?os y lleg¨® a tener 186 diputados en 2011 ¡ªahora son 137¡ª celebrar¨ªa como un ¨¦xito los 100 ¡ªlos sondeos les dan entre 66 y 101¡ª. Casado ya ha dicho que no dimitir¨¢ aunque pierda 60.

Tanto Ciudadanos como el PP han centrado su estrategia en un mismo sentido: frenar las fugas a Vox. Casado lo hizo endureciendo su tono, sustituyendo a los marianistas, de perfil m¨¢s moderado, por aznaristas que se hab¨ªan dedicado a criticar a Rajoy, e incluyendo en su programa gui?os al votante de Abascal: desde la recentralizaci¨®n del Estado ¡ªVox quiere suprimir las autonom¨ªas¡ª hasta la protecci¨®n de la caza y los toros. ¡°Un votante de Vox ya no tiene ninguna raz¨®n para no confiar en el PP¡±, dice. En el caso de Rivera su t¨¢ctica para frenar las fugas a la extrema derecha ha sido vetar un pacto con el PSOE tras las generales.

Casado ensay¨® esa estrategia en Andaluc¨ªa, y funcion¨®. Perdi¨® casi la mitad de esca?os, pero el auge de Vox y la suma de Cs le permiti¨® arrancar al PSOE su basti¨®n. Ahora quiere repetir esa f¨®rmula, pero el CIS, con horquillas amplias y muchos indecisos, cuestiona una de sus consignas, el voto ¨²til en la Espa?a vac¨ªa: Vox y Cs s¨ª obtienen esca?os. Podemos ninguno en las dos Castillas.